02/04/18

Tecnología argentina para que las abejas polinicen más

Foto IndieBio Facebook 1
Crédito de la imagen: IndieBio

De un vistazo

  • Iniciativa argentina está en proceso de incubación en aceleradora de EEUU
  • Los expertos proponen dos tecnologías patentadas para potenciar la polinización de las abejas
  • Probaron con éxito en almendras, arándanos, kiwis y manzanas; prevén usarlas en otras semillas

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[BUENOS AIRES] Un emprendimiento de investigadores argentinos que incluye dos nuevas tecnologías patentadas para aumentar la polinización de las abejas a distintas plantas, está en proceso de incubación en IndieBio, una de las aceleradoras de empresas más importantes del mundo para desarrollos de base tecnológica, en San Francisco (California).
 
Se trata de Beeflow, una start-up creada por los expertos en polinización de abejas Pedro Negri y Agustín Saez (Universidad de Mar del Plata y Universidad del Comahue, respectivamente), quienes junto con el licenciado en administración de empresas Matías Viel (Universidad de San Andrés), desarrollaron el proyecto que obtuvo varios reconocimientos en Argentina, hasta que logró ingresar a IndieBio en diciembre de 2017.
 
Allí permanecerán hasta el 17 de abril —con asesoramiento y mentoría de especialistas—, cuando durante el llamado Demoday presenten en siete minutos su proyecto ante cuatrocientos posibles inversores.
 
Beeflow tiene dos tecnologías con patentes compartidas entre el Conicet y las universidades de Mar del Plata y del Comahue. Estos desarrollos aprovechan un contexto de preocupación mundial por el impacto de agroquímicos en las poblaciones de abejas.
 
Una de las tecnologías “es una molécula que hace que las abejas desarrollen un sistema inmunológico más fuerte, lo que mejora la performance a la hora de polinizar”, describe Viel. “Por otro lado, con tecnologías de la memoria y aprendizaje, las estamos condicionando para hacer que un cultivo sea más atractivo, lo polinicen más y consigan trasladar más polen. Así aumenta la productividad”, dice.

Las tecnologías de Beeflow han sido probadas en cultivos de almendras, arándanos, kiwis y manzanas; y se busca extender su uso a otras semillas. “Habitualmente un buen aumento en el rinde para un productor es de 3 a 5 por ciento, cuando usa un fertilizante nuevo; nosotros conseguimos hasta 90 por ciento más que el grupo control en kiwis de una producción mediana en Mar del Plata”, agrega Viel.
 
Para almendras, arándanos y manzanas, señala, el aumento es de entre 20 y 40 por ciento en comparación con los lotes polinizados de manera tradicional. Y no sólo se trata de cantidad: consiguieron que los arándanos aumentaran el tamaño promedio de las frutas 12 por ciento.
 
El proyecto tiene buenas chances de escalarse, por ejemplo, para la producción de kiwis en Mar del Plata, ciudad cuya zona periurbana tiene condiciones similares a las de Nueva Zelanda (segundo productor mundial), y podría reemplazar la importación de la fruta desde el vecino Chile, dice Viel, un porteño de 26 años.
 
Para Leonardo Galetto —profesor titular de la Universidad de Córdoba, investigador Superior en Conicet y también especialista en abejas—, la polinización de cultivos con flores puede ser incentivada como propone Beeflow. Pero advierte que, como toda tecnología aplicada en sistemas complejos (como los agroecosistemas), tiene pros y contras.

“A favor está que pueden obtener una fuente de néctar y polen en grandes cantidades que favorece a los apicultores”, dice Galetto.
“En contra: una dieta restringida debilita las colonias, porque necesitan fuentes variadas, y que polinizadores exóticos mal manejados pueden transmitir parásitos y enfermedades a los polinizadores nativos afectándolos negativamente”.

De todos modos, Galetto admite que Beeflow podría incrementar el rendimiento en términos de semillas cosechadas o del aceite producido (para la soja o el girasol) y, por otro lado, le parece “muy bien tratar de lograr que el conocimiento académico se transforme en desarrollos tecnológicos aplicados”.