06/10/15

Vigilancia, clave para detección precoz de virus inusuales

Virus del Nilo Occidental
Micrografía electrónica del Virus del Nilo Occidental en versión coloreada. Crédito de la imagen: Center for Disease Control and Prevention (CDC)

De un vistazo

  • Caso de fiebre de Nilo Occidental en Brasil da luces para detectar otros virus en la región
  • Que se hayan identificado pocos casos en Latinoamérica no implica que enfermedad no esté presente
  • Investigador advierte posibilidad de que otros casos se hayan confundido con dengue u otros virus

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[RIO DE JANIERO] La detección, al noroeste de Brasil de un caso de fiebre del Nilo Occidental –el primero en el país confirmado con los criterios del Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos— sugiere que el virus, causante de encefalitis aguda, ya circula en América Latina, aunque se hayan detectado pocos casos en humanos.
 
En agosto de 2014, un agricultor del interior del estado de Piauí fue admitido en el Instituto de Enfermedades Tropicales de Teresina, la capital, con entumecimientos, dolor de cabeza, náuseas, debilidad y parálisis desde la cabeza hacia abajo. Tras dos exámenes, los resultados confirmaron que se trataba del virus del Nilo Occidental, un arbovirus transmitido por mosquitos. Como secuela, el paciente quedó con dificultades para caminar.
 
El caso fue detectado por el Programa de Vigilancia Sindrómica/ Centinela de Encefalitis Virales, iniciado en Teresina hace dos años. El programa recibe muestras de sangre, heces y líquido céfalo-raquídeo y los envía al Instituto Evandro Chagas, de Pará, para buscar arbovirus, virus del herpes y enterovirus (que atacan los intestinos provocando diversas infecciones).

“Siempre hubo sospechas de que este y otros virus semejantes circulaban en Brasil y países vecinos…”

Marco Aurélio Horta, Laboratorios de referencia de Fiocruz

 
Descrito por el neurólogo Marcelo Adriano Vieira y otros especialistas, el artículo fue publicado en la edición de agosto de American Journal of Tropical Medicine and Hygiene.
Señala la importancia de la vigilancia en la detección precoz de la presencia de virus inusuales en una región y de la ocurrencia endémica de enfermedades potencialmente alarmantes.
 
Según Vieira, es posible que otros casos se hayan confundido con dengue y otros virus. Se estima que por cada caso neurológicamente sintomático hay otros 150 asintomáticos o con síntomas leves.
 
Las autoridades deben reforzar la vigilancia de los síntomas neurológicos febriles y hacer el seguimiento y tamizaje en bancos de sangre. La población debe evitar los criaderos de mosquitos y protegerse de sus picaduras con ropa apropiada, y repelentes, dice Vieira a SciDev.Net.
 
Telma Abdalla, coordinadora del Núcleo de Bioseguridad de la Escuela Nacional de Salud Pública Serigo Arouca de la Fundación Fiocruz, resalta la importancia de las aves migratorias como diseminadoras y propagadoras del virus, especialmente la especie Sterna hirundo, conocida como golondrina del mar.


“Estas aves usan Sudamérica como ruta migratoria. Por eso, es extremadamente importante el trabajo de vigilancia epidemiológica mediante el control de mortalidad de aves silvestres”, afirma.
 
Para Marco Aurélio Horta, coordinador de los laboratorios de referencia de Fiocruz, el hallazgo de este virus en humanos solo era cuestión de tiempo. “Siempre hubo sospechas de que este y otros virus semejantes circulaban en Brasil y países vecinos, porque se encontraron caballos contaminados en regiones de frontera”, señala.
 
La enfermedad afecta a las aves, equinos y otros animales y se transmite a los humanos mediante la picadura de un mosquito infectado.
 
Horta subraya la necesidad de reforzar la vigilancia, principalmente en las fronteras. Advierte que el hecho de que se hayan identificado pocos casos en América Latina no implica que la enfermedad no esté presente.
 
Enlace al resumen del artículo en American Journal of Tropical Medicine and Hygiene