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La comunidad científica guatemalteca logró frenar la limpieza del lago de Amatitlán, uno de los principales desagües de Ciudad de Guatemala, cuestionando la efectividad del tratamiento y la ausencia de un plan de saneamiento por parte de la empresa contratada.
La Autoridad para el Manejo Sustentable de la Cuenca y del Lago de Amatitlán (AMSA), dependiente de la Vicepresidencia de la República, adjudicó dicha limpieza por un monto de unos US$ 18 millones a la empresa de origen israelí M. Tarcic Engineering.
El 25 de marzo, 85 científicos y estudiantes de áreas como limnología, biología, ecología y bioquímica de diversas universidades del país y el extranjero, escribieron una carta abierta indicando que no se han presentado estudios ambientales o bioensayos confiables que demuestren que la limpieza no tendrá efectos en el equilibrio ecológico del lago.
“El problema del lago es complejo y requiere soluciones complejas, como plantas de tratamiento, reforestación y educación ambiental”.
OScar Sacahuí, investigador guatemalteco
Además, manifestaron su desacuerdo con la fórmula propuesta para rehabilitar y manejar la calidad del agua del lago.
Recordaron que en 2012 se realizó un taller con expertos limnólogos nacionales, extranjeros y personal de AMSA, quienes dieron recomendaciones para restaurar el lago, sin sugerir en ningún momento “el uso de alguna fórmula biológica o química, ya que los daños ecológicos de estas aplicaciones son ampliamente conocidos”.
“Debido a la gran cantidad de dinero que el gobierno planificaba malgastar en esta fórmula mágica, y a los daños que esto podría causar a la macro y micro biota y flora, los científicos nos unimos para parar dicho proceso”, dice a SciDev.Net Liseth Pérez, investigadora guatemalteca en (paleo) limnología y participante del taller.
“Luego de tanta presión, se presentaron fichas técnicas de la fórmula que al parecer es pura agua, con poco porcentaje de agua oxigenada y otros compuestos. No puede ser que un líquido sea tan costoso”, menciona.
Oscar Sacahuí, investigador guatemalteco de bioindicadores acuáticos, afirma que el lago “requiere de rehabilitación e implementación de plantas de tratamiento de aguas residuales; reforestación de áreas en la cuenca alta, baja y media, y programas de educación ambiental integral, entre otras acciones”, explica.
El 30 de marzo la vicepresidenta de la República, Roxana Baldetti, ordenó suspender el pago a la empresa contratada y detener el tratamiento.
La semana siguiente, el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales dijo que estaba investigando por qué la empresa no presentó un estudio de impacto ambiental, y anunció la conformación de una comisión científico-técnica para estudiar el tema. El 7 de abril, el Director Ejecutivo de AMSA, Ramos Soberanis, renunció a su cargo aduciendo “asuntos personales”.
SciDev.Net solicitó una entrevista a AMSA sobre este tema. Sin embargo, el equipo de comunicación informó que no sería posible pues están “a la espera de un nombramiento y nuevos lineamientos de gestión institucional”, debido a la renuncia del Director Ejecutivo.