07/03/22

Conflictos de interés favorecen consumo de leche de fórmula

Lactancia
Bebé lactando. Si se sustituye la leche infantil, conocida como leche de fórmula, por la lactancia materna podrían evitar unas 800.000 muertes de niños menores de cinco años. Crédito de la imagen: Chrissie Sternschnuppe/Flickr bajo licencia Creative Commons (CC BY-SA 2.0)

De un vistazo

  • Las empresas influyen en los médicos para que recomienden la leche de fórmula
  • La ciencia muchas veces es distorsionada para favorecer el consumo de sucedáneos de la leche materna
  • Publirreportajes en revistas científicas de prestigio es otra táctica empleada por esta industria

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Las empresas que producen leche de fórmula para bebés no solo promueven sus productos de manera agresiva entre familias, sino que dan incentivos al personal de salud y financian anuncios en algunas revistas científicas de prestigio a favor de sus productos.

Al reporte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la UNICEF, presentado a fines de febrero, que muestra que la comercialización engañosa y agresiva de la leche en polvo ha sido favorecida por los incentivos que reciben muchos trabajadores de salud, se añade un artículo publicado en el British Medical Journal.

Allí se muestra que revistas científicas de prestigio publican publirreportajes pagados por la industria en los que se describe positivamente a estos sucedáneos de la leche y se incumplen muchas regulaciones internacionales y nacionales que protegen la lactancia materna.

“No solamente son los anuncios en las revistas y el contacto con el personal de salud, sino también la generación de evidencia puede estar influenciada por estos intereses”.

Sonia Hernández Cordero, investigadora de la Universidad Iberoamericana, coautora del reporte de la OMS/UNICEF desde México

“Las revistas científicas tienen autoridad y credibilidad entre los profesionales de la salud porque se presume que informan de análisis científicos independientes cuidadosamente considerados, rigurosos y revisados por pares”, explican los autores.

Sin embargo, estos publireportajes combinan estilo editorial con contenido publicitario -incluso aparece el logo de la empresa que lo financió-, lo cual “refuerza la apariencia de que estos anuncios se publicaron en una revista de prestigio gracias a su rigor científico y no al pago de una gran cantidad de dinero”.

Sonia Hernández Cordero, investigadora de la Universidad Iberoamericana, quien participó en el reporte de la OMS/UNICEF desde México, advierte que “no solamente son los anuncios en las revistas y el contacto con el personal de salud, sino que también la generación de evidencia puede estar influenciada por estos intereses”, dijo a SciDev.Net.

El pediatra Ilan Shapiro, corresponsal y jefe de la plataforma de salud Altamed, quien no participó en los estudios, confirmó que las empresas pagan por publirreportajes. “Definitivamente utilizar información errónea para ofrecer otras alternativas, en lugar de la leche materna, no es la mejor manera ya que sabemos que la leche materna es lo mejor que tenemos”, dijo a SciDev.Net.

El Código invisible

Según el informe de la OMS, la industria de la leche de fórmula, que ha alcanzado un valor total de US $55.000 millones, ha violado durante décadas las recomendaciones del Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna, adoptado por la Asamblea Mundial de la Salud en 1981.

El estudio documentó las experiencias de 8.500 mujeres y 300 trabajadores de la salud de ocho países (Bangladesh, China, México, Marruecos, Nigeria, Sudáfrica, Reino Unido y Vietnam), para mostrar las prácticas de marketing agresivo que lleva a cabo la industria de la leche de fórmula, así como la influencia que ejerce en el personal de salud.

El documento “estipula que no debe haber un contacto directo de las compañías productoras de sucedáneos con personal de salud, para evitar crear estas lealtades; también estipula que no debe haber regalos, ofrecerles pago a conferencias ni que las empresas sean patrocinadoras de los mismos congresos médicos o científicos”, señala Hernández Cordero.

Sin embargo, en América Latina este tipo de contactos ocurre con frecuencia. Incluso diversas empresas tienen vínculos directos con asociaciones médicas, patrocinan públicamente sus eventos como la Asamblea Mexicana de Pediatría 2016, y dan regalos al personal de salud, especialmente en países de ingresos medios y bajos.

Mitos

Según el informe, los mensajes publicitarios suelen estar plagados de mitos sobre la lactancia y la leche materna, como la afirmación de que la leche artificial es necesaria en los primeros días después del nacimiento; que la leche materna por sí sola es inadecuada para la nutrición infantil; o que la leche artificial mantiene a los bebés saciados durante más tiempo.

Sin embargo, de acuerdo con Shapiro, la evidencia muestra lo contrario. “La leche materna protege no solo contra COVID-19, sino también de otras enfermedades, refuerza la relación entre mamá y bebé, además de que da ventajas contra la obesidad”. Hay que ser responsables para “poder ayudar a las mamás a que continúen [alimentando a sus bebés] con leche materna” dijo a SciDev.Net.

“Una de las conclusiones más destacadas en todos los países fue que la ciencia se utilizaba para validar y dar confianza a los productos, aunque las pruebas presentadas no eran coherentes con la ciencia establecida”, dijo Nigel Rollins, jefe del Departamento de Salud de la Madre, el Recién Nacido y el Adolescente de la OMS.

Hernández Cordero concluye que hay que emprender cambios en el sector salud: fortalecer la capacitación del personal para que apoyen e informen adecuadamente a las mujeres que deciden amamantar; que se capaciten en la legislación y en el Código, con el fin de que adquiera mayor conciencia sobre los conflictos de interés y sus consecuencias.

Este artículo fue producido por la edición global de SciDev.Net con reporteo adicional de la edición de América Latina y el Caribe.

> Enlace al estudio completo en British Medical Journal

> Descargue aquí el informe “Cómo influye la comercialización de la leche de fórmula en nuestras decisiones sobre alimentación infantil” de OMS/Unicef (en inglés)