01/09/22

Alternativa de bajo costo para combatir el Chagas

chagas Guatemala
Además de las estrategias de bajo costo y a largo plazo para reducir la infestación de viviendas con un insecto vector de Chagas, los investigadores hicieron campañas de educación en transmisión y prevención de la enfermedad entre las comunidades. Crédito de la imagen: Laboratorio de Entomología Aplicada y Parasitología - LENAP/Facebook

De un vistazo

  • En Guatemala, un estudio logró reducir infestación con insecto vector del Mal de Chagas
  • Los investigadores aplicaron una serie de estrategias de bajo costo y a largo plazo
  • Las medidas se implementaron por nueve años de implementación y once años de seguimiento

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Utilizando el enfoque de Ecosalud —que consiste en proporcionar soluciones a problemas de salud desde una perspectiva ambiental—, investigadores guatemaltecos lograron reducir a menos del seis por ciento la infestación de viviendas con Triatoma dimidiata, uno de los insectos más importantes en la transmisión del mal de Chagas.

El estudio fue publicado en la revista Acta Trópica y fue realizado por científicos del Laboratorio de Entomología y Parasitología Aplicadas de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacia de la Universidad de San Carlos de Guatemala, y del Departamento de Ciencias Biológicas de la Universidad Loyola, en Nueva Orleans (Luisiana, Estados Unidos).

Para llegar a este resultado, los científicos implementaron, en el departamento de Jutiapa, una serie de estrategias de bajo costo y a largo plazo. Las medidas incluyeron la aplicación inicial de insecticidas para reducir la infestación de T. dimidiata; el enlucido de las paredes de las viviendas para evitar las grietas —donde se esconde el vector—; la sustitución de pisos de tierra por materiales similares al cemento, y la construcción de gallineros de alambre alejados de las habitaciones.

Además, los investigadores promovieron la reforestación, usando árboles frutales nativos para reemplazar el hábitat silvestre de los vectores.

Todas estas acciones fueron desarrolladas durante nueve años de implementación y once años de seguimiento, y sirvieron para hacer que las casas sean refractarias a los insectos vectores.

“Esta investigación demuestra que sí es posible que las comunidades adopten mecanismos locales y de bajo costo para mejorar sus viviendas, y así reducir los factores de riesgo para la transmisión vectorial de la enfermedad de Chagas, a diferencia del uso exclusivo de insecticidas, como acostumbran en muchas regiones donde la enfermedad es endémica”.

Fredy Pereira, investigador de la Universidad de San Carlos de Guatemala

En especial, esto se logró al eliminar los refugios y otras fuentes alimenticias de los hogares, y reestableciendo el hábitat silvestre adecuado para estos insectos. Durante todo el proceso del estudio, además, los investigadores hicieron campañas de educación en transmisión y prevención de la enfermedad de Chagas entre las comunidades.

“El objetivo de la investigación era evidenciar el impacto a largo plazo de una intervención de Ecosalud para abordar la enfermedad de Chagas a través de datos entomológicos, factores de riesgo de infestación de T. dimidiata y la satisfacción y participación de la comunidad”, explica a SciDev.Net Fredy Pereira, investigador de la Universidad de San Carlos de Guatemala y autor del estudio.

De acuerdo con Pereira, la estrategia de Ecosalud permitió el mantenimiento a largo plazo de las paredes mejoradas, de tal manera que más del 80 por ciento de estos muros permanecieran refractarios. “Eso demuestra la sostenibilidad del método de enyesado y el mantenimiento por parte de los comunitarios”, destaca Pereira.

El científico contó que hubo altos niveles de satisfacción en la comunidad, en especial respecto al mejoramiento de sus casas después. “El bajo costo fue una de las principales motivaciones para que los pobladores utilizaran el enfoque de Ecosalud para mejorar sus viviendas”, asegura Pereira.

Si bien indicó que el enfoque de Ecosalud y el mejoramiento de viviendas para reducir la transmisión de la enfermedad de Chagas no es algo nuevo, pocas veces se da un seguimiento a largo plazo para evaluar la sostenibilidad de esta metodología.

“Esta investigación demuestra que sí es posible que las comunidades adopten mecanismos locales y de bajo costo para mejorar sus viviendas, y así reducir los factores de riesgo para la transmisión vectorial de la enfermedad de Chagas, a diferencia del uso exclusivo de insecticidas, como acostumbran en muchas regiones donde la enfermedad es endémica”, dice Pereira.

Para Gustavo Vallejo, líder del Laboratorio de Investigaciones en Parasitología Tropical, de la Universidad del Tolima (Colombia), “esta estrategia, es de gran importancia para el control de T. dimidiata en Guatemala, siendo necesario mantenerla con el apoyo de las autoridades locales, para impedir la reinfestación de las viviendas”.

Según Vallejo, esto se demuestra al observar que antes de la implementación del enfoque de Ecosalud, el porcentaje de infestación de las casas con T. dimidiata era de 41,8 por ciento y, con la implementación de las medidas de protección, el porcentaje se redujo a 2,2 por ciento 19 años después.

En este sentido, Pereira reconoce que la investigación también demostró que el esfuerzo apenas empieza, y que es necesario seguir trabajando de la mano con las comunidades.

“Muchos de los recién llegados a estas poblaciones no están aprendiendo el método de Ecosalud con sus vecinos, y es claro que, 11 años después de la última intervención, se necesita un refuerzo para sostener el involucramiento, compromiso y empoderamiento de la comunidad, elementos fundamentales para el éxito de la estrategia a largo plazo. En este escenario, las políticas públicas que apoyen y refuercen las intervenciones serán determinantes”, apunta Pereira.