22/02/16

Malaria, el otro precio de la minería ilegal

mineria ilegal-by pablo correa
Crédito de la imagen: Pablo Correa

De un vistazo

  • Estudios en Colombia y Guyana Francesa indican que la malaria está aumentando donde se practica la minería ilegal
  • La expansión de la enfermedad está vinculada a la alta migración asociada a esa actividad
  • Otros expertos también alertan lo difícil que resulta completar los tratamientos en una población gitana como la de los mineros

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La malaria, enfermedad que comenzaba a ceder en algunos países suramericanos ante medidas de salud pública y tratamientos más oportunos, podría resurgir. Dos reportes, uno de Colombia y otro de Guyana Francesa, indican que la malaria está aumentando donde se practica la minería ilegal y amenazan con extenderse por la alta migración asociada al negocio.

Un artículo publicado en Emerging Infectious Diseases, investigadores del Centro Militar de Epidemiología y Salud Pública de Marsella (Francia) reportó 1.070 casos de malaria entre miembros de las fuerzas armadas de este país que controlan la minería ilegal en zonas selváticas de Guyana Francesa. En este pequeño país, gran parte del territorio estaba prácticamente libre de malaria.

Los autores, que crearon un detallado sistema de monitoreo para hacer seguimiento de malaria entre soldados, detectaron que en zonas mineras como Dagobert la tasa de ataque (número de personas enfermas en relación a la cantidad de personas expuestas al riesgo) l  llegó a 53%.

“(Los mineros) se van moviendo por el país llevando la malaria a esos lugares. Por otro lado, hay trabajadores de otros países pueden introducir parásitos resistentes a medicamentos”.

Sócrates Herrera, Centro de Investigaciones Científicas Caucaseco (Colombia)

“Los hallazgos probablemente señalan hiperendemicidad en comunidades de mineros, que a menudo son móviles y representan un reto para el control de la malaria y otras enfermedades infecciosas”, apuntaron los autores.

Algo similar sucede en Colombia, donde la minería se expandió hacia áreas alejadas del sistema de salud. En la revista Memorias Do Instituto Oswaldo Cruz, investigadores liderados por Sócrates Herrera, del Centro de Investigaciones Científicas Caucaseco, reportaron que 31,6% de los casos colombianos de malaria se dan en áreas mineras.

En Colombia, en 2010, hubo 117.000 casos. En 2013, 60.000. Pero la buena noticia ocultaba otra realidad: un incremento en zonas específicas, como municipios mineros, donde la incidencia de malaria llega a 118 por cada 1.000 habitantes cuando el promedio nacional es 4,95 por cada 1.000.

Más aún, los investigadores establecieron que por cada 100 kilogramos de oro producido, el índice anual del parásito aumenta en 0,54 casos por 1.000 habitantes.

Herrera explicó a SciDev.Net que alrededor de la minería hay mucha migración. “La gente se va moviendo por el país llevando la malaria a esos lugares. Por otro lado, hay trabajadores de países como Guyana, Brasil e incluso de África que vienen en busca de oro y pueden introducir parásitos resistentes a medicamentos”, explicó el científico.


Yenifer Hinestroza, ex directora del Proyecto Malaria Colombia de la Fundación Universidad de Antioquia, cree que al diagnóstico hecho por el grupo hay que sumarle los desafíos de la vida cotidiana. Por ejemplo, lo difícil que resulta completar los tratamientos en una población gitana como la de los mineros.

Hinestroza también alerta que en algunos municipios de minería ilegal las pruebas diagnósticas que usualmente se entregan gratuitamente se venden entre US$ 25 y 40. “Es muy difícil para el Estado contener estas situaciones”, comentó a SciDev.Net. 

> Enlace a los artículos en Emerging Infectious Diseases y en la revista Memorias Do Instituto Oswaldo Cruz