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[QUITO] Por primera vez, Ecuador cuenta con un museo donde está prohibido “no tocar”. El Museo Interactivo de Ciencia y Tecnología Maloka Viajera está en Quito desde noviembre y busca acercar a los estudiantes desde los ocho años a los conocimientos básicos de ciencia y tecnología.


Maloka Viajera es una sección de Maloka, un exitoso museo interactivo que tiene sede en Bogotá, y que en algo más de cinco años ha llegado a alrededor de 11 millones de personas, a través de sus distintos programas. Maloka Viajera ha recorrido 24 ciudades y municipios colombianos, pero ésta es la primera vez que sale de Colombia.


El objetivo de esta muestra en Ecuador es sondear la respuesta para instalar, en forma definitiva, el primer museo interactivo en el país. La muestra, que estará abierta hasta fines de enero, ocupa 1.800 metros cuadrados en el Centro Comercial El Recreo, al sur de Quito, y contiene más de 50 módulos, que son las actividades interactivas para que los visitantes se aproximen a los conocimientos de astronomía, agua, matemáticas, percepción y electricidad y magnetismo.


“Maloka busca realizar un trabajo de educación no formal en ciencias; el trabajo formal se hace en las aulas y en los medios de comunicación”, afirma Cristina Colimón, responsable de Maloka Viajera.


El número promedio de visitantes al día en Ecuador bordea los 2.000, según Frederick Zapata, coordinador de Guías, quien está a cargo de 80 jóvenes ecuatorianos entrenados para acompañar a los visitantes a fin de lograr un recorrido más productivo que, para ser más efectivo, requiere al menos dos horas de duración.


Escuelas y colegios son los más interesados en este museo. De hecho, más de 2.400 de estudiantes han viajado desde ciudades del interior del país como Ambato, Otavalo y Latacunga, para conocer esta muestra, según Roberto Camargo, coordinador pedagógico.


“La curiosidad es uno de los bienes más preciados de que disponemos. Cuando la gente siente curiosidad, está dispuesta a saber más”, dijo Goery Delacögte, director del Exploratorium de San Francisco, el pionero en este campo, construido en 1969, bajo el concepto “manos a la ciencia”.


La actividad de los museos interactivos en América Latina está en auge. Brasil, por ejemplo, tiene alrededor de 100, entre los que destacan Estação Ciência, Casa da Ciencia y el Museu da Vida. En México existen 18 de estos centros. En Venezuela destaca el trabajo del Museo de los Niños de Caracas. En Colombia, resaltan tres experiencias: el Museo de la Ciencia y el Juego de la Universidad Nacional, el Museo de los Niños de Bogotá y el Centro Interactivo Maloka.