08/05/16

Indígenas, población con menos acceso a servicios vitales

Women and children around the Cathedral dressed in traditional clothes. La Paz, Bolivia
Crédito de la imagen: Dennis Jarvis from Halifax, Canada

De un vistazo

  • Indígenas enfrentan inequidades para acceder a salud y educación
  • Esto reduce su expectativa de vida y sus posibilidades educativas a nivel mundial
  • Se necesita un apoyo enfocado para lograr las Metas de Desarrollo Sostenible

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Las comunidades indígenas enfrentan una difícil lucha para acceder a servicios de salud y educación tanto en países pobres como ricos, de acuerdo con un artículo publicado en The Lancet.
 
El estudio —el cual evaluó a más de la mitad de las comunidades indígenas del mundo— encontró que, cuando se trata de acceso a servicios básicos, los pueblos indígenas están en desventaja con respecto a comunidades no indígenas. 
 
Esto reduce la expectativa de vida y la posibilidad de participar en programas educativos, a la vez que aumenta la malnutrición infantil y la mortalidad materna, dijo a SciDev.Net Ian Anderson, autor principal del estudio e investigador en educación indígena en la Universidad de Melbourne, Australia.

“Los indígenas necesitan especialistas que puedan hablar sus dialectos, y en centros de salud donde su conocimiento ancestral también pueda ser incorporado”

Leonor Pocaterra, Universidad Central de Venezuela

En Colombia, por ejemplo, 240 de cada 100.000 mujeres indígenas mueren por complicaciones asociadas al parto, mientras que lo mismo ocurre a solo 66 de cada 100.00 mujeres no indígenas, de acuerdo con la investigación.
 
En India, donde cerca del ocho por ciento de la población está conformada por comunidades indígenas, más de la mitad de los niños indígenas presentan malnutrición. En comparación, este mismo problema afecta a 40 por ciento de los niños no indígenas.
 
Los investigadores han encontrado que estas diferencias se mantienen en países con más recursos. “Pobres, ricos: todos tienen estos problemas”, señala Anderson.
 
El estudio indica que la falta de acceso a la educación y a la salud afecta a los indígenas a lo largo de su vida. La mayoría de los grupos indígenas estudiados tenía ingresos significativamente menores a los de personas no indígenas en el mismo país, lo cual contribuye a perpetuar un ciclo de poca salud y educación limitada.
 
Leonor Pocaterra, epidemióloga de la Universidad Central de Venezuela, en Caracas, dice que el estudio pone de manifiesto la falta de servicios especialmente diseñados para los indígenas.
 
Pocaterra, quien durante los últimos 20 años ha trabajado con las comunidades indígenas venezolanas, dice que los proveedores de servicios de salud y educación a menudo no están preparados para reconocer e incorporar las necesidades de los pueblos indígenas en su trabajo cotidiano.
 
“Los indígenas necesitan especialistas que puedan hablar sus dialectos, y en centros de salud donde su conocimiento ancestral también pueda ser incorporado”, señala.
 
Para el estudio, publicado el 20 de abril, los investigadores obtuvieron datos de las condiciones actuales de 153 millones de personas pertenecientes a 28 grupos indígenas en 23 países, incluyendo países desarrollados como Australia y Canadá.
 


Darwin Tamba, administrador de Jambi Huasi, una fundación que ofrece tratamientos médicos a indígenas en Ecuador, asegura que aunque la situación ha mejorado un poco en los últimos diez años, hace falta que el gobierno dedique más presupuesto para programas indígenas. “Algunas comunidades están muy aisladas y no pueden llegar a un hospital o comunicarse con un médico fácilmente”, señala.
 
Los científicos dicen que las Naciones Unidas y los gobiernos nacionales deben desarrollar mejores iniciativas de salud y educación para las comunidades indígenas si quieren cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de eliminar la pobreza extrema y reducir la inequidad para el año 2030.
 
Este informe debería ser un llamado de alerta para los gobiernos alrededor del mundo”, dice Anderson. “Un buen comienzo sería asistir a los países más pobres para desarrollar sistemas de adquisición de datos que nos ayuden a saber dónde están los problemas más graves”, finalizó el autor.
 
La versión original de este artículo se publicó en la edición global de SciDev.Net