12/10/12

¿Está preparado el mundo para la diplomacia científica?

La capacidad de científicos e instituciones locales para adaptar la ciencia a condiciones propias es crucial Crédito de la imagen: Flickr/ IRRI

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A todos interesa la diplomacia científica progresiva centrada en crear capacidad de investigación, pero aún hay retos significativos.

Dos proyectos de ley pendientes de revisión por la Cámara de Representantes de los Estados Unidos podrían repercutir significativamente en los compromisos y el apoyo a la investigación dirigida al mundo en desarrollo. En esencia, su propósito es ayudar a que la cooperación científica apoye los objetivos de la política externa de los Estados Unidos.

Uno de los proyectos propone la creación de un órgano de coordinación para avanzar en las prioridades de los Estados Unidos mediante la cooperación con la investigación internacional, mientras que el otro se centra en el apoyo científico a los países del sur global y de mayoría musulmana.

Proyectos de este tipo mejorarían enormemente la posición de EE.UU. en sus compromisos con el desarrollo. Según el Centro para el Desarrollo Mundial, el país ocupa el décimo lugar entre los países más ricos que usan la investigación y la innovación para apoyar al desarrollo. [1]

Lo más interesante de estos proyectos es la forma en que explícitamente tratan de reunir tres aspectos políticamente significativos: política exterior, desarrollo mundial e inversión en la investigación.

La perspectiva de usar la ciencia para construir su buena voluntad, y como una ruta para la paz, es noble y sensible en muchos aspectos. Por ejemplo, al abordar las consecuencias de la desigualdad y aumentar las oportunidades para la prosperidad en todo el mundo, la ciencia podría reducir algunas de las tensiones internacionales impulsadas por las diferencias ideológicas.

No obstante, ello plantea preguntas sobre el tipo de investigación en la que debe invertir un gobierno y, al hacerlo, se expone a la ambición potencialmente desmesurada de tal ejercicio.

La elección de la agenda de investigación será de particular preocupación si el propósito de la colaboración es servir a la política exterior nacional. ¿Qué proyectos de investigación tendrán probabilidad de ser los más exitosos para ganar las mentes y los corazones? La selección de los temas ¿conducirá a una especie de censura que podría socavar todo el ejercicio de construcción de la paz?

Sin embargo, poner demasiado énfasis en el contenido de la investigación sería un error.

Validación de la agenda

La cuestión no se relaciona tanto con en qué investigar sino en cómo construir la capacidad para hacerlo. Para tener un impacto positivo en los resultados del desarrollo en áreas como salud y educación, lo mejor sería invertir en infraestructura y procesos científicos en el sur global. Esto es en parte porque cada vez es más importante reconciliar la crisis mundial con las prioridades locales si el financiamiento de la comunidad de investigación es para promover la ciudadanía global entre los científicos.

Además, las variaciones en los contextos geográficos y políticos significan que la capacidad de los científicos e instituciones locales para adaptar la ciencia a sus condiciones propias es crucial, más aún cuando se seleccionan los temas de investigación adecuados para un continente. Por ejemplo, el trabajo que procede de los programas de investigación a gran escala, como el Consorcio Future Agricultures, pone énfasis en la apropiación local a escala.

Otra razón por la que la capacidad es más importante que el contenido es que aumenta la sostenibilidad de la buena voluntad asociada con la diplomacia científica.

Hay un sentimiento creciente de que muchas soluciones globales a dilemas científicos están demasiado orientadas a Europa y Norteamérica y así se reflejó en la ansiedad entre algunas redes de investigación del sur de Asia cuando se preparaban para asistir a la conferencia Río+20 en junio de 2012.

Esto es, en parte, resultado de la falta de investigación conducida por instituciones del sur. Se pueden tomar como ejemplos los debates sobre la biodiversidad o la justicia climática. Y los científicos afincados en el sur global lamentablemente están poco representados en los índices de citas internacionalmente aceptados.

No es que falte talento en estos países, sino que las estructuras y caminos para el éxito hacen que con frecuencia los científicos talentosos del sur se encaminen hacia Europa y los Estados Unidos. Abordar este problema requerirá una inversión significativa, por no mencionar la preocupación sobre temas específicos de la investigación. En ese sentido, es alentador que uno de los proyectos de ley que comentamos la Ley del Programa Científico Mundial para la Seguridad, Competitividad y Diplomacia (H.R. 6303) contemple una biblioteca en línea de acceso libre para suministrar una mayor facilidad de consulta a las investigaciones entre científicos del Norte y del Sur, e incluso más barato.

Compensaciones políticas

Si los Estados Unidos fueran a invertir en crear capacidad científica y de investigación, de manera que los países en desarrollo puedan demostrar propiedad real de las innovaciones científicas de sus comunidades y hacer contribuciones sustancialmente consistentes al fondo mundial de conocimientos, concitarían el interés político de todos, y no solo de los Estados Unidos.

En el corto plazo, sin embargo, hay dos retos significativos para un tipo de diplomacia científica progresiva.

La ciencia es un área profundamente politizada de esfuerzo y muchos gobiernos, tanto de los países más ricos como de los más pobres, mantienen a sus científicos bajo un régimen estricto. La noción de que los Estados Unidos invertirán fuertemente en la construcción de capacidades científicas e investigativas, sin embargo, no siempre podría ser acogida como puramente altruista, y los intereses nacionales alrededor de los resultados de la investigación podrían sumar a las tensiones superficiales entre países y sectores. Ejemplos clásicos de lo anterior son las patentes para medicamentos o el desarrollo de fuentes de energía renovables.

La referencia específica para aumentar la competitividad en el título de uno de los proyectos de ley sugiere que las tensiones entre los intereses comerciales nacionales y las ambiciones de buena voluntad entre las naciones no serán fáciles de reconciliar. De hecho, según el Centro para el Desarrollo Mundial, el compromiso de los EE.UU. con el desarrollo es socavado habitualmente por “las restricciones al flujo de las innovaciones en los tratados bilaterales de libre comercio”. Esta es también una práctica común de algunos miembros de la Unión Europea.

El tres por ciento

Como resultado, es posible que tengamos más tiempo para esta discusión de lo que a algunos les gustaría: GovTrack, un sitio web que sigue la pista a las deliberaciones del congreso de EE.UU., da a los proyectos menos del tres por ciento de probabilidades de ser promulgados, debido a las dinámicas del escenario político de ese país.

Debemos tener cuidado, sin embargo, de decir que aún no ha llegado el tiempo para esta idea. En el Reino Unido existe la Colaboración del Reino Unido en Ciencias del Desarrollo, un órgano de coordinación que busca aumentar el perfil de la investigación multidisciplinaria para el desarrollo entre consejos de investigación de la Gran Bretaña y producir departamentos de gobierno más ilustrados científicamente. Su preocupación es la ciencia pero sus operaciones están integradas en la diplomacia política. Y acaba de recibir una excelente aprobación de sus primeros cinco años de operación por parte de sus miembros, los consejos de investigación.

Puede que no se consiga la paz mundial, ni sea el fin de la pobreza, pero el consenso que se forja entre disciplinas es un buen presagio para nuestro futuro colectivo.

Nick Ishmael Perkins
Director SciDev.Net

 

References

[1] 2011 Commitment to Development Index (Center for Global Development, 2012 (en inglés).