Por: Paula Leighton
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[SANTIAGO] En 2025, Chile concentrará el 70 por ciento de la capacidad astronómica instalada en el mundo. Con hasta 320 noches despejadas al año en el norte de su territorio —donde se encuentran los grandes telescopios y radiotelescopios científicos— el país quiere posicionarse como un destino de calidad internacional para el turismo astronómico.
Para lograrlo, una decena de instituciones públicas, privadas y académicas asociadas a la astronomía y al turismo, se unieron en el proyecto Astroturismo Chile, lanzado el pasado 8 de enero.
Este surge tras detectar que había en el país “una serie de iniciativas de astroturismo desperdigadas, con brechas de calidad y sin incentivos para trabajar en red y explotar el potencial internacional de este sector”, dice a SciDev.Net Loreto Navarrete, coordinadora de asociatividad de la iniciativa. Revertir este escenario es parte de un plan estratégico a 10 años.
Visitas a más de 30 observatorios repartidos desde el norte del país hasta la zona central es la principal oferta del turismo astronómico. La mayoría de ellos se concentran en las norteñas regiones de Antofagasta y Coquimbo, en pleno Desierto de Atacama, e incluyen observatorios de grandes consorcios astronómicos, pertenecientes a municipios o universidades y también a iniciativas privadas.
Una encuesta hecha por Astroturismo Chile indica que actualmente 5 de los grandes observatorios científicos instalados en el país abren sus puertas a visitantes una vez a la semana.
Entre ellos se cuentan Las Campanas, La Silla, Tololo y el Observatorio Gemini en el extremo sur del Desierto de Atacama.
Los recorridos se realizan en horario diurno. Los visitantes reciben una charla de introducción a la astronomía y conocen las principales instalaciones, incluyendo los tradicionales telescopios de cúpula y los de nueva generación, que se manejan desde amplias salas de control.
El observatorio científico que atrae más visitantes al año es, sin duda, el de Cerro Paranal. Ubicado a 2.500 m de altura, aquí se encuentra el Very Large Telescope (VLT), el instrumento óptico más avanzado del mundo, conformado por cuatro telescopios cuyo espejo mide 8,2 metros. Sus instrumentos permiten obtener imágenes de objetos cuatro mil millones de veces más débiles que el límite detectable por el ojo humano.
Hernán Julio, administrador y coordinador de visitas turísticas en Paranal, perteneciente al Observatorio Europeo Austral (ESO), dice que los visitantes, además de los telescopios, quedan impresionados con La Residencia, el hotel para el personal del observatorio, donde se rodó la película de James Bond Quantum of Solace. “Tiene un jardín interior, piscina y sauna,”, indica.
A 20 kms de Paranal y a 3.060 m de altura, se construirá el Observatorio Cerro Armazones. Ahí se instalará el Telescopio Europeo Extremadamente Grande (E-ELT, por sus siglas en inglés). Su espejo será cinco veces más grande que el del VLT y cuando comience a funcionar, en 2024, permitirá detectar por primera vez planetas similares a la Tierra en los que podría existir vida.
Más de 300 kilómetros al sur se instalará el Gran Telescopio para Rastreos Sinópticos (LSST). Su cámara digital de 3 mil millones de pixeles permitirá a los astrónomos crear un mapa 3D del Universo.
Además, el LSST funcionará como un vigía, detectando asteroides de alto riesgo para la Tierra. Su construcción de inició en enero pasado y se espera culmine en 2019.
Otros observatorios sorprenden a los visitantes con un restaurante que se convierte en planetario, degustación de vino de la casa envejecido junto a un meteorito, cine 3D para simular un viaje por el espacio o cabalgatas nocturnas bajo las estrellas.
A esto se suma una incipiente oferta hotelera con temática astronómica. Un ejemplo es ElquiDomos, donde los pasajeros pueden observar las estrellas desde su cama o desde un observatorio.
Dentro del plan para potenciar el astroturismo, Loreto Navarrete destaca que se buscará ampliar los horarios de visita a los grandes observatorios, mejorar la gestión e instalaciones de los observatorios turísticos, crear planetarios, aumentar la oferta de hoteles temáticos, promover campings astronómicos y desarrollar tours especiales para la observación de eclipses, lluvias de estrellas y otros eventos astronómicos.
El objetivo es convertir a Chile en un destino privilegiado para observar el universo.