10/12/20

Contaminación por microplásticos en mejillones en zonas remotas

mejillones Chile
El mejillón chileno o chorito (M. chilensis) tiene importancia comercial. Crédito de la imagen: LBM1948/Wikimedia Commons, bajo licencia Creative Commons 4.0

De un vistazo

  • Estudio analizó contaminación con microplásticos en el Canal de Beagle, una zona con baja población urbana
  • Hallaron presencia de estos restos en 100% de las muestras de un mejillón de importancia comercial
  • La cantidad hallada incluso fue superior a la registrada en esa familia de moluscos en zonas más pobladas

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Usualmente asociada a los puertos de grandes ciudades, la contaminación con microplásticos de fauna marina también se detectó en la remota Bahía de Ushuaia, donde una investigación halló restos de esos residuos en todas las muestras tomadas de un mejillón de gran importancia comercial para Chile y en cantidades superiores a otras zonas del globo más pobladas.

La investigación —publicada en Marine Pollution Bulletin (diciembre 2020)— encontró, en promedio, entre 4 y 9 partículas plásticas de tamaño inferior a 1 mm (entre 742.3 ± 702.1 μm) en 100% de las muestras de mejillones del tipo Mytilus chilensis tomadas del Canal de Beagle, superando la cantidad hallada en otras especies de ese género, y en otros puntos de muestreo, cercanos a ciudades más pobladas que Ushuaia, de escasos 80.000 habitantes.

Realizado por investigadores argentinos, el estudio —el primero en analizar este tema en la bahía de Ushuaia— incluyó la extracción al azar de ejemplares adultos vivos desde el muelle de un club náutico situado en el lado oeste de la Bahía de Ushuaia, durante la marea baja.

“No me sorprendió encontrar microplásticos en M. chilensis en esa área, ya que son omnipresentes y los animales marinos, de alguna u otra forma, los consumen. Lo que me impactó fue la magnitud hallada, en comparación con otros lugares, lo que demuestra que la lejanía de las grandes urbes no implica un menor impacto antropogénico”, dijo Rosana Di Mauro, del Programa Ambiente Marino de Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero de Mar del Plata (INIDEP), Buenos Aires.

Estudios efectuados en más de 200 especies marinas encontraron que la ingestión de microplásticos ocasiona disminución del peso y talla, menor reproducción y muerte de ejemplares.

“No me sorprendió encontrar microplásticos en M. chilensis en esa área, ya que son omnipresentes y los animales marinos, de alguna u otra forma, los consumen. Lo que me impactó fue la magnitud hallada, en comparación con otros lugares”.

Rosana Di Mauro, Programa Ambiente Marino de Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero de Mar del Plata (INIDEP)

Si bien en Argentina, el chorito o mejillón chileno es de relativa importancia comercial, Chile es considerado el principal país exportador a nivel mundial y el segundo país cultivador detrás de China.

Aunque la investigación no analizó los mejillones de exportación —que usualmente se cultivan en granjas—, debido a la importancia comercial de la especie el resultado hallado puede encender una luz de atención.

Estudios anteriores efectuados en la Bahía de Ushuaia habían demostrado la capacidad de este marisco de acumular contaminantes como hidrocarburos y metales pesados, convirtiéndolo en una especie centinela para esos compuestos.

“Ahora sabemos además que tiene la capacidad de ingerir microplásticos. Necesitamos nuevas investigaciones para conocer los efectos y entender cómo puede afectar toda la cadena trófica marina. Al final de esta cadena está el ser humano, pero todavía no conocemos qué residuos, ni cuánto de ellos queda en los organismos que terminan en nuestro plato”, destacó Di Mauro, integrante del Gabinete de Zooplancton del INIDEP.

“Es el primer estudio sobre microplásticos en la Bahía de Ushuaia, así como el primero que hace un análisis espectroscópicos de organismos marinos para el mar argentino, y en particular de una especie de interés comercial por su explotación pesquera”, dijo a SciDev.Net Ernesto Brugnoli, profesor adjunto de Oceanografía y Ecología Marina del la Facultad de Ciencias de Uruguay.

Alejandra Volpedo, quien no participó en la investigación, cree que en un futuro cercano “los organismos que regulan la calidad e inocuidad de los alimentos en los distintos países incorporarán normativas, a sus códigos alimentarios, respecto de las concentraciones máximas permitidas de microplásticos en alimentos”.

“Si bien los valores de la concentración de microplásticos informados pueden diferir en función de los métodos empleados, lo relevante es la presencia global de estos componentes en la biota”, opinó la experta, que dirige la especialización en Pesca y Producción Acuícola de la Universidad de Buenos Aires (UBA).

Por su parte, Di Mauro señaló para conocer el origen de la contaminación en el Canal de Beagle será necesario implementar nuevos estudios. Por lo general, la contaminación oceánica por microplásticos suele atribuíse a la presencia de puertos comerciales y militares, zonas industriales y plantas de elaboración de productos pesqueros, entre otras causas.

El análisis de los microplásticos relevados tampoco fue esclarecedor. La predominancia de fibras de colores —particularmente negro, azul, amarillo-naranja y rojo, entre ellos— dificultó a los investigadores identificar su procedencia.

“Los materiales de los que se desprenden estas fibras sintéticas —como poliéster y poliamida— son los mismos que usamos en nuestras actividades cotidianas y que podrían entrar al ambiente acuático a través del desagüe de las aguas residuales, pero también podrían relacionarse con la pesca o el deporte en el mar”, dice Di Mauro.

“Es necesario plantearse la búsqueda de alternativas para disminuir la contaminación de mares y océanos, que incluyan un cambio de hábitos de consumo y el cumplimiento de normativas ambientales, además de propiciar la educación ambiental de toda la población”, destacó Volpedo.

Enlace a la investigación en Marine Pollution Bulletin

 

Nota: El artículo fue modificado para aclarar que los ejemplares de mejillones estudiados no son los que se cultivan en granjas sino que son los de la misma especie pero hallados en aguas abiertas.