Por: María Elena Hurtado
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[SANTIAGO] El impacto en la salud de los chilenos de los contaminantes industriales y bacterias presentes en el aire, agua y tierra es abordado por dos investigaciones publicadas en abril en Environment International.
La primera comparó la salud de quienes vivían en comunas con o sin presencia de centrales termoeléctricas, plantas de fundición de cobre, compañías mineras y papeleras —procesos industriales más contaminantes en Chile— durante 10 años (2000-2010).
El estudio realizado por investigadores locales concluyó que debido al impacto de las emisiones de estas plantas el riesgo de morir o enfermarse de cáncer, corazón o pulmón sube entre 20 y 100 por ciento para aquellos que viven donde hay centrales termoeléctricas y fundiciones de cobre.
A su vez, las probabilidades son mayores para los hombres que para las mujeres porque están más expuestos en su lugar de trabajo. También son más altas según el volumen de producción de cada planta.
El mayor impacto fue registrado en 16 comunas ubicadas en el norte de Chile donde hay termoeléctricas con capacidad superior a 50MW, y en siete comunas del norte y centro del país con fundiciones de cobre. El riesgo es alto pero no tan elevado en comunas con empresas papeleras y mineras.
“Las normas más restrictivas de material particulado en el aire, vigentes desde 2000, hacen esperable que estudios futuros observen menos riesgos”, señaló a SciDev.Net, Pablo Ruiz-Rudolph, del Instituto de Salud Poblacional de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile y autor principal de este estudio.
Sin embargo, agregó que las termoeléctricas aumentaron mucho su capacidad desde entonces.
La segunda investigación midió, por primera vez, los niveles de endotoxinas en el ambiente y en viviendas de Santiago.
Las endotoxinas son componentes esenciales de la membrana externa de bacterias llamadas ‘gram negativas’ —que causan enfermedades respiratorias, urinarias, gastrointestinales, entre otras—, y están presentes en todas las partículas que hay en el ambiente, tanto las depositadas en suelo como las suspendidas en el aire.
Pueden estar tanto al aire libre como en las casas, y el grado en que afectan a la salud depende de su concentración en el ambiente.
El estudio determinó que en Santiago las endotoxinas exteriores estaban dentro del rango de otras ciudades y las interiores era bastante menores que en otras ciudades.
“Las familias podrían reducir la cantidad de bacterias en sus casas manteniendo la basura afuera de la vivienda y aumentando la ventilación”, dijo Héctor Jorquera, del Departamento de Ingeniería Química y Bioprocesos de la Universidad Católica de Chile, e investigador principal del estudio.
References
Enlace al resumen de los artículos en Environment International:
> Short-term dynamics of indoor and outdoor endotoxin exposure: Case of Santiago, Chile, 2012
> Impact of large industrial emission sources on mortality and morbidity in Chile: A small-areas study