28/02/11

DFID y Gates juntos en la investigación agrícola

Nuevos fondos ayudarán a desarrollar variedades de trigo resistentes a cepas emergentes de la enfermedad de la roya del tallo Crédito de la imagen: Flickr/CIMMYT

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Un aporte inesperado de US$40 millones para financiar la investigación global de una cepa letal de roya del trigo, que está amenazando el suministro mundial de este cereal, fue anunciada ayer por la Fundación Bill & Melinda Gates y el Departamento Internacional del Reino Unido para el Desarrollo Internacional (DFID por sus siglas en inglés).

La contribución forma parte de una nueva colaboración entre las dos organizaciones que supondrá la inversión de US$102 millones en investigación agrícola y la diseminación de tecnologías a los pequeños agricultores para ayudarlos en el manejo de enfermedades de los cultivos y en seguridad alimentaria.

La Universidad de Cornell, en los Estados Unidos, recibirá US$25 millones de la fundación y US$15 millones del DFID en los próximos cinco años, para investigar variedades de trigo resistentes a las cepas emergentes de la enfermedad de la roya del tallo, como la que surgió en Uganda, Ug99, y está en plena expansión. Actualmente se halla en Etiopía, Irán, Kenia, Sudán y Yemen.

“En un contexto de encarecimiento de los alimentos, en particular del trigo, los investigadores de todo el mundo serán capaces de cumplir un papel cada vez más importante en la protección de los campos de trigo de las nuevas y peligrosas formas de roya del tallo”, dijo Ronnie Coffman, investigador principal del proyecto Resistencia Duradera en Trigo (DRRW por sus siglas en inglés).

El proyecto DRRW, dirigido por la Universidad de Cornell, involucra a 18 universidades e institutos de investigación de todo el mundo, entre los que se incluyen los centros nacionales de investigación de Etiopía y Kenia, el Centro Internacional para el Mejoramiento del Maíz y el Trigo, con sede en México, el Centro Internacional para la Investigación Agrícola en Zonas Áridas, de Siria, y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

También colabora con científicos y agricultores en 40 países donde se han distribuido las nuevas variedades resistentes a la roya del tallo, con fines de evaluación y prueba.

Andrew Bennet, presidente de la Asociación de Agricultura Tropical, dijo a SciDev.Net que “existe la necesidad de actuar con celeridad. Royas como la Ug99 mutan rápidamente y son transportadas por el viento. Ug99 ya ha llegado a Irán y no está muy lejos de Pakistán e India, los graneros del sur del Asia. Es muy importante que el material resistente no solo se desarrolle, sino que se distribuya”.

La roya amarilla del trigo también es una amenaza para este cultivo. Pero las cepas virulentas de royas como la Ug99 son las más temibles, porque pueden conducir rápidamente a la pérdida total de la cosecha.

El Sistema Mundial de Monitoreo de Roya de los Cereales de la FAO, con sede en Roma, sostiene que las variantes de Ug99 también constituyen una importante amenaza a las áreas sembradas con trigo en el sur y este de África, las repúblicas centroasiáticas, el Cáucaso, el subcontinente indio, Sudamérica, Norteamérica y Australia.

George Rothschild, presidente del Foro Europeo de Investigación Agrícola para el Desarrollo (EFRAD por sus siglas en inglés) y ex jefe del Instituto Internacional de Investigación del Arroz, señaló a SciDev.Net que “es una iniciativa interesante ver que recursos sustanciales se destinarán a esta investigación en momentos en que los recursos están muy, muy ajustados”.

Sin embargo, advirtió que las enfermedades de las plantas tienden a evolucionar muy rápidamente, por lo que hay la necesidad de contar con un amplio rango de variedades de trigo resistentes a la roya, desarrolladas de manera convencional y mediante transformación genética.

Los científicos y los diseñadores de políticas “deben asegurarse de no terminar haciendo una variedad dominante o una cepa” que podría acelerar el desarrollo de resistencia, dijo.

“La obtención de cultivos resistentes es muy importante pero en este caso es fundamental que los agricultores no dejen de lado sus variedades tradicionales. Dichas variedades tradicionales pueden ser usadas como base para los cruzamientos usando los genes resistentes para obtener propiedades anti roya”, afirmó Rothschild.

Andrew Bennett es presidente de la Junta Directiva de SciDev.Net.