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[BUENOS AIRES] El Senado argentino aprobó la semana pasada (15 de febrero) la ley de biotecnologí­a, que busca promover el desarrollo de empresas con valor cientí­fico agregado. La iniciativa prevé una serie de descuentos y bonos impositivos para investigaciones biotecnológicas que aún no están en curso y tendrá una duración de 15 años.



La ley, asimismo, permitirá a las empresas poner a consideración proyectos especí­ficos de biotecnologí­a que podrán ser tanto de investigación y desarrollo como de producción de bienes y servicios.



Las empresas gozarán de medidas promocionales tanto en recursos humanos como para inversiones de capital. Según el mismo proyecto, se busca apoyar “el desarrollo de la biotecnologí­a moderna en dos de sus eslabones más crí­ticos: la fase de investigación y desarrollo y la fase de producción”.



La ley ahora debe ser aprobada por la Cámara de Diputados, donde se calcula que el debate será más intenso que el oí­do en Senadores. Sin embargo, se descuenta que el proyecto (ingresado por el Poder Ejecutivo el 18 de agosto de 2005) será promulgado en corto tiempo. 


Los senadores, a propuesta de la legisladora de la opositora Unión Cí­vica Radical Alicia Mastandrea, modificaron la conformación de la Comisión Consultiva, encargada de recomendar la aprobación para las empresas “bio-tech”, que ahora incorpora a representantes de las provincias y del Conicet, máximo organismo cientí­fico del paí­s.


Según cálculos de la Universidad de Quilmes, existen en la Argentina más de 80 empresas biotecnológicas -estimuladas sobre todo por el gran crecimiento de la agricultura con semillas transgénicas- y muchas más esperan esta ley para poder finalmente salir a pelear un lugar en el mercado.