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El secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, ha pedido más investigación científica para desarrollar los biocombustibles y otras fuentes de energía renovable y alternativa.

Los biocombustibles "son una gran promesa", dijo Ki-Moon a los periodistas esta semana (11 de noviembre) durante una visita a Brasil.

Pero añadió que "a pesar de que los científicos necesitan ser creativos en temas de investigación y desarrollo", la seguridad alimentaria y otros asuntos relacionados con el ambiente necesitan ser tomados en cuenta y “será saludable tener un amplio debate y mayor investigación sobre este tema”.

"Claramente, los biocombustibles tienen un gran potencial para bien y, quizás, también para mal. Corresponde a los gobiernos de cada nación hacer un balance responsable de los costos sociales y de los beneficios", dijo Ki-Moon.

Los comentarios del secretario general coinciden con la controversia actual en torno al impacto que la producción de biocombustibles tiene sobre la seguridad alimentaria y el ambiente.

El pasado 25 de octubre, el relator especial de la ONU para el Derecho a la alimentación, Jean Ziegler, dijo ante el Tercer Comité de la organización (encargado de los aspectos sociales, humanitarios y culturales) que convertir los cultivos en combustible para los autos está provocando el aumento de los precios de la comida y más hambre.

Ziegler dijo al comité que "es un crimen contra la humanidad convertir el suelo que es productivo para la agricultura en suelo que producirá comida que será convertida en biocombustibles". El relator también pidió una moratoria de cinco años en la producción mientras mejora la tecnología para producir biocombustibles a partir de cultivos.

Unos días después, la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) calificó la descripción de la producción de biocombustibles hecha por Ziegler como "lamentable".

Jeff Tschirley, jefe de la Unidad de Evaluación y Manejo del Ambiente de la FAO, dijo a SciDev.Net que la moratoria recomendada en la producción de biocombustibles sería un estorbo para explorar los potenciales beneficios de la bioenergía.

De acuerdo con Tschirley, la FAO está preocupada por los impactos que tendrá el desarrollo de los biocombustibles en la seguridad alimentaria y en los bienes y servicios ambientales, y está enfrentando estas preocupaciones trabajando directamente con los gobiernos y con los empresarios que se están arriesgando a producir este tipo de energía.

"Una moratoria, aunque sea parcial, cerraría las oportunidades para estos gobiernos y empresas de evaluar el potencial de los biocombustibles y de concebir proyectos equitativos para desarrollar este recurso", dijo Tschirley a SciDev.Net.

El funcionario de la FAO añadió que los comentarios de Ziegler son "otro llamado a la comunidad global para actuar responsablemente con relación a los biocombustibles".