22/11/21

Jóvenes científicos y ganadores de Nobel unidos por la ciencia

Unidos por la ciencia
Al término de las reuniones con los estudiantes, los científicos compartieron sus impresiones con Adam Smith, director científico de Nobel Prize Outreach. Crédito de la imagen: Captura de pantalla por Zoraida Portillo.

De un vistazo

  • Cinco ganadores del Premio Nobel se reunieron con 80 estudiantes de ciencias de la región
  • Abordaron retos éticos, sociales y profesionales implícitos en la formación científica
  • Es la primera reunión de este tipo que se realiza en América Latina

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“Sorprende que sin importar en qué país estemos, todos pensemos de manera similar, sobre cómo ser un buen científico, cómo comunicar la ciencia e incluso cómo enseñar mejor ciencia”.
Estas palabras de Ignacio Vega Vásquez, estudiante de la Universidad de Chile, resumen el sentir de 80 estudiantes de diversas especialidades de pregrado y posgrado de las llamadas ‘ciencias duras’ de 24 países latinoamericanos al término de la reunión virtual que, durante hora y media, sostuvieron con cinco ganadores de premios Nobel de ciencia, transmitida el 16 de noviembre.

Ellos fueron seleccionados tras un estricto proceso a cargo de la Red Interamericana de Academias de Ciencias (IANAS), que lanzó una convocatoria nacional en cada país y tomó en cuenta el tamaño de la población, el equilibrio de género y del número de estudiantes de pre y posgrado en cada uno.

Los participantes pertenecen a diversas especialidades, como física, epidemiología, matemáticas, ecología marina, farmacología, biología informática, lanzamientos térmicos, mecatrónica, biotecnología, biología sintética, entre otras.

En una región que enfrenta grandes desafíos climáticos e inestabilidad social, económica y política, decidirse a estudiar una carrera científica puede ser un reto pero, al mismo tiempo, una oportunidad para demostrar que es posible hacer una diferencia y dar soluciones.

De allí que la pregunta “¿cómo ayudar a la sociedad y a los formuladores de política con nuestro trabajo?” haya sido una constante en los cinco paneles de discusión. También fue algo que sorprendió gratamente a los curtidos científicos que dialogaron con los jóvenes, al punto que más de uno dijo haberse sentido ‘inspirado’ y ‘añorar’ esos años de inicio de sus carreras.

“Me impresionó muchísimo lo preparados que estaban para formular preguntas concretas no solo sobre cuestiones científicas sino éticas, sobre cómo hacer avanzar la ciencia en el contexto de la política actual, especialmente en América del Sur, donde el nivel de financiación para la ciencia no es el que vemos en Europa, Estados Unidos o Asia”.

Bernard Feringa, ganador del Premio Nóbel de Química 2016

Elizabeth Blackburn, Nobel de Medicina 2009, comentó que en varios momentos la discusión se centró en situaciones que realmente no se pueden controlar. “Fueron preguntas muy vinculadas al mundo real”, señaló.

Pero, ¿cuáles son esos temas recurrentes que preocupan a estos jóvenes científicos, cuya edad promedio es 26 años?

Luego de escuchar las intervenciones en cada sesión podrían agruparse en aquellas que conciernen directamente al desarrollo de sus carreras (no faltaron quienes expresaron abiertamente su deseo de ganar algún día un Nobel, como Ariana Pinheiro de la Universidad Vale do Rio Doce, de Brasil), y las que tienen que ver con su inserción como sujetos de cambio en la sociedad. Además, hubo quienes aprovecharon esta oportunidad para resolver algunas dudas científicas con las mentes maestras de cada especialidad.

Dentro del desarrollo profesional, las preocupaciones tienen que ver con la falta de facilidades (en infraestructura y apoyo institucional) para realizar investigación; la escasez de recursos; la reducción de presupuestos para la investigación científica y, más aún, para los jóvenes y las pocas oportunidades de intercambio de conocimientos que permitan conocer lo que realizan colegas de otras instituciones, regiones y/o países.

Las publicaciones como método de evaluación y ascenso y las limitaciones que conlleva concitaron atención especial. La guatemalteca Yazmin Quintana, estudiante de la Universidad Texas A&M, afirmó que el sistema open access conlleva un sesgo que deja fuera a los países en desarrollo. “Nuestras oportunidades de publicar se ven reducidas”, afirmó.

Lucía Coll, estudiante de la Pontificia Universidad Católica del Perú, recordó que los pagos para publicar en una revista prestigiosa prácticamente imposibilitan que muchos científicos jóvenes puedan hacerlo. “Pagar incluso una cantidad pequeña puede ser muy difícil”, reconoció Nicolas Campolo, estudiante de la Universidad de la República (Uruguay).

Ello llevó a Saul Perlmutter, Nobel de Física 2011, a afirmar que los países ricos deberían compartir recursos con los que no pueden pagar estas publicaciones, y criticó que muchas de estas naciones tiendan a pensar en ello “como si fuera un juego de suma cero”.

Emmanuelle Charpentier, Nobel de Química 2020, dijo que “la ciencia pertenece a todos y debería estar plenamente disponible en todo el mundo”. Planteó un control más fuerte de parte de los científicos en torno a la evolución que las revistas científicas (journals) están teniendo actualmente.

“Siento que algunas revistas están más cercanas al marketing, decidiendo temas que supuestamente son más interesantes que otros”, expresó.

De otro lado, el género, la diversidad, la vinculación de la ciencia con la sociedad, los desafíos tecnológicos e incluso cómo combatir la presión y el estrés que genera hacer ciencia en condiciones bastante adversas, fueron los temas planteados como parte del rol que pueden jugar las y los científicos en sus sociedades.

“Me impresionó muchísimo lo preparados que estaban para formular preguntas concretas no solo sobre cuestiones científicas sino éticas, sobre cómo hacer avanzar la ciencia en el contexto de la política actual, especialmente en América del Sur, donde el nivel de financiación para la ciencia no es el que vemos en Europa, Estados Unidos o Asia”, sintetizó Bernard Feringa, Nobel de Química 2016.

“El idioma sigue siendo una barrera, aunque los estudiantes universitarios suelen utilizar libros técnicos en inglés”, comentó Luiz Davidovich, presidente de la Academia Brasileña de Ciencias, una de las entidades organizadoras del evento, cuando le planteé mi inquietud sobre la cantidad de jóvenes que ven limitada su participación en estos eventos e intercambios debido a la barrera del idioma.

“La colaboración internacional con la participación de los estudiantes ayuda a mitigar este problema. Pero no hay una salida fácil: el inglés es ahora el idioma oficial en las conferencias internacionales, por lo que las universidades deberían ayudar a los estudiantes de pregrado y posgrado a ser más competentes en ese idioma”, subrayó.

Esta es la primera reunión regional organizada por Nobel Prize Outreach. “Se inspiró en el ‘Diálogo del Premio Nobel Brasil’, celebrado en abril de 2021, en el cual 40 estudiantes de todo el país discutieron ‘El valor de la ciencia’, con los Nobel May-Britt Moser (Medicina 2014) —quien también participó en esta reunión—, y Serge Haroche (Física 2012)”, informó Davidovich.