12/12/19

El Susto: filme revela adicción a bebidas azucaradas en México

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El documental “El Susto”, se estrenó en el Festival Global Health Film en Londres. Crédito de la imagen: elsustomovie.com

De un vistazo

  • México tiene la tasa de mortalidad por diabetes más alta del mundo
  • Consumo de bebidas azucaradas adictivas está creciendo exponencialmente
  • Un impuesto al azúcar está demostrando su efectividad para abordar el problema

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Los altos índices de asesinatos en México, causados por el aumento del tráfico ilegal de drogas, están en los titulares de todo el mundo. Pero hay otro asesino operando en el país que cobra cinco veces más vidas que la actividad de los cárteles de la droga: la diabetes.
 
La diabetes relacionada con el estilo de vida, conocida como diabetes tipo 2, mató a 625.000 mexicanos entre 2012 y 2018.
 
El 7 de diciembre, un documental que muestra este fenómeno fue estrenado en el Festival Global Health Film de Londres. Se titula “El Susto”, porque muchos mexicanos creen que un susto causa la diabetes. Sin embargo, como la directora del documental, Karen Akins, dejó en claro a la audiencia, el verdadero culpable es la dieta alta en azúcar de los mexicanos, fomentada por las gaseosas baratas y los alimentos procesados importados.
 
La película empieza con imágenes de numerosas botellas de Coca Cola, bolsas de snacks marca Cheeto y pizzas congeladas colocadas en tumbas por parientes en duelo, que honran a los miembros fallecidos de sus familias llevándoles sus comidas favoritas. Simón Barquera, director del Instituto Mexicano de Nutrición Pública, describe vívidamente cómo la suscripción de su país del tratado de libre comercio de América del Norte (TLCAN) en 1994 abrió las puertas a los gigantes internacionales de alimentos dispuestos a encontrar nuevos mercados para sus productos.
 
La investigación realizada por el instituto encontró que, desde los años 80, los mexicanos consumen 30 por ciento menos frutas y verduras locales. Pero su consumo de alimentos altamente procesados se ha disparado en 40 por ciento. Ahora, el país ostenta el triste récord de tener la tasa de mortalidad por diabetes más alta del mundo.
 
La película no se anda con rodeos cuando se trata del papel que desempeña Coca Cola, el gigante de las bebidas. Esta gaseosa está en todas partes, incluso los gimnasios escolares y las clínicas rurales llevan su marca. Un gran camión de publicidad semipermanente se ha estacionado frente al Ministerio de Salud, y el árbol de navidad más grande de México es patrocinado por la marca.

Requerida por SciDev.Net para hacer un comentario al respecto, Coca Cola de México dijo que 45 por ciento de sus productos tienen bajo o nulo contenido de caloría, y que el contenido calórico de la Coca Cola original se había reducido en 30 por ciento en los últimos tres años. Un vocero se refirió a la política de marketing de la empresa que establece: “Coca Cola no colocará nuestras marcas en ningún medio que se dirija directamente a niños menores de 12 años”.
 
No obstante, la publicidad de las empresas de gaseosas está teniendo un efecto evidente. Los mexicanos consumen la asombrosa cantidad de 167 litros de refrescos per cápita al año, y 70 por ciento de su consumo de azúcar proviene de las bebidas. Akins señala que la gaseosa es una golosina barata que incluso los pobres se pueden costear. “Es tu recompensa al final de un largo día”, dijo Ángela Carriedo, profesora de salud pública en la Escuela de Medicina Tropical e Higiene de Londres, en la proyección. “No tienes mucho dinero, estás luchando, trabajas duro, pero al menos tienes eso”. *
 
Algunas de las personas retratadas en “El Susto” casi parecen adictos a la gaseosa. Akins entrevista a una mujer que bebe seis litros de Coca Cola al día. Ella explica ingenuamente que debe haber cogido ‘el susto’ cuando murió su madre y a continuación admite que sigue bebiendo porque “nunca” siente que es suficiente. “Nunca me siento llena”, declara.
 
Afortunadamente, un grupo de activistas, muchos de los cuales contribuyeron al documental, emprendieron la lucha contra “el gran azúcar” y en 2013 México estableció un impuesto de un peso al azúcar en las gaseosas, casi 10 por ciento del precio de una botella. La estrategia está funcionando: al año de la introducción del impuesto, la venta de gaseosas cayó 7 por ciento mientras que el consumo del agua embotellada aumentó.
 
Pero el documental de Akins termina con una advertencia. Como el consumo de alimentos procesados está disminuyendo en los países occidentales, las compañías de alimentos están buscando otros mercados. 

* Este artículo fue modificado el 13 de diciembre de 2019 para corregir la cita que se había atribuido incorrectamente a la directora Karen Akins.

> Artículo original publicado en la edición Global de SciDev.Net.