20/01/10

Voluntarios ayudan a combatir la TB en Chiapas

En Chiapas, jóvenes voluntarios ayudan a controlar la tuberculosis Crédito de la imagen: Tjeerd Wiersma|flickr.com

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En Chiapas, una de las regiones rurales de México con mayor tasa de mortalidad por tuberculosis (TB), son principalmente jóvenes voluntarios, casi sin entrenamiento médico ni salario, quienes brindan atención médica primaria a muchos de los 2.2 millones de habitantes.

Según un estudio coordinado por investigadores de EE.UU. y México que analizó el rol de estos trabajadores denominados promotores de salud, ellos pueden ayudar a controlar los casos de TB y colaborar a que los enfermos que lo necesiten puedan ser referidos a un hospital.

De acuerdo con el estudio, publicado en la edición de enero del Journal of Community Health, factores sociales y lingüísticos impiden el control efectivo de la TB en Chiapas, donde mueren 6.7 mujeres y 11.1 hombres por cada 100.000, el doble del promedio nacional.

Con más de nueve lenguas indígenas que se hablan en la región, muchos de los médicos de clínicas rurales hablan sólo español y no logran comunicarse con sus pacientes.

Para superar esas barreras, varias organizaciones no gubernamentales y hospitales incorporaron grupos de promotores de salud.

Según la encuesta cualitativa que llevaron a cabo los investigadores, en Chiapas este rol es desempeñado por hombres y mujeres jóvenes que viven en comunidades rurales, son bilingües (hablan español y algún dialecto indígena) y han recibido sólo un poco de entrenamiento para atender pacientes y administrar medicinas.

Estos jóvenes, que habitualmente se dedican a la agricultura familiar o a trabajos domésticos, actúan once horas semanales como voluntarios para visitar clínicas rurales.

Para su trabajo, la mitad cuenta con un botiquín con medicinas básicas, un tercio tiene acceso a antibióticos, la mitad ha tenido experiencia en su administración y 55 por ciento complementa sus terapias con medicina
tradicional maya.

En cuanto a la TB, la mitad de los promotores identificó a esta enfermedad como uno de los principales problemas sanitarios de sus pacientes aunque ninguno recibió entrenamiento en la atención de quienes la padecen.

Sin embargo, uno de cada cinco de los promotores ha tenido experiencia tratando estos enfermos y personas con algún síntoma de TB (fiebre, diarrea, infección parasitaria).

Con base en estos datos, los investigadores concluyen que “es viable” que los promotores con alguna experiencia puedan ayudar a entrenar a otros promotores en programas de capacitación y a controlar la TB en Chiapas.

La estrategia podría incluir el trabajo en conjunto entre las redes de ayuda comunitaria con los hospitales y clínicas que darían entrenamiento y medicinas para tratar la TB.