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[SAN JOSE] Panamá es el único país de Centroamérica que ha promulgado un decreto en torno a la clonación. La ley fue sancionada recientemente por la presidenta de este país centroamericano, Mireya Moscoso, luego de que fuera aprobada en la Asamblea Legislativa una iniciativa presentada por el diputado José Luis Fábrega.



En un documento escueto y hasta cierto punto ambiguo, los legisladores decretaron que se permitirá la clonación de células humanas para la reparación de órganos “con fines terapéuticos de prevención y cura de enfermedades”.



Esa reproducción podrá hacerse únicamente a partir de células del cordón umbilical de un recién nacido, para el beneficio de éste, de sus familiares o de terceros, pero “con el consentimiento de la persona a quien se le extrajo el material orgánico, o de quienes lo representen”.



La legislación prohíbe, entre tanto, “toda forma de promoción, financiamiento y/o donación, así como el uso de fondos públicos o privados para inversión en experimentación, investigación y desarrollo de toda forma de clonación humana”.



Fábrega consideró que esta prohibición “no se opone al avance científico”, sino que evita que en Panamá se establezcan centros que realicen este tipo de experimentación sin el control adecuado.



Meses antes de la promulgación de la ley, el científico colombiano Elkin Lucena, pionero de la fertilidad in vitro en Latinoamérica, aseguró ante la prensa que Panamá podría contar en el año 2004 con un laboratorio de clonación. En ese momento, el ministro panameño de salud, Fernando Gracia, reconoció que la legislación local no establecía nada sobre clonación.



En el decreto recién promulgado, los legisladores entendieron por clonación humana reproductiva “la creación de un embrión que sea réplica biológica de un ser humano a partir de la estructura de su ácido desoxirribonucleico (ADN)”.



El viceministro panameño de la presidencia, Adalberto Pinzón, advirtió que la ley impone una pena de un millón de dólares a quienes practiquen la clonación humana reproductiva.



Como era de esperarse, entre la comunidad científica panameña las reacciones no se hicieron esperar. Al respecto, el científico Mario Vega se manifestó satisfecho por la prohibición a la clonación reproductiva, porque en el proceso de experimentación se han encontrado muchos defectos congénitos. “No se justifica que en una era en que los médicos estamos tratando de prevenir defectos congénitos, hagamos experimentación produciendo defectos congénitos”.



Eso sí, Vega reiteró su apoyo a la clonación terapéutica por las posibilidades que ésta ofrece en el tratamiento de diferentes enfermedades.



Con la promulgación de este decreto, Panamá se convirtió en el primer país centroamericano en legislar en torno al controversial tema de la clonación. En otros países del área, como Guatemala y Honduras, apenas se ha comenzado a discutir el tema en círculos especializados, entre los cuales se reconoce que esas naciones no tienen los recursos suficientes para arrancar con este tipo de investigaciones.



Por otra parte, en Nicaragua, un nuevo código penal que se discute en la Asamblea Legislativa penaliza la manipulación genética “por razones distintas a las terapéuticas”. No obstante, el proyecto de ley se discute desde el año 2001 sin que avance en la corriente parlamentaria, lo cual, según el diputado nicaragüense Noel Pereira Majano, representa un estancamiento en el tema.



Asimismo, en Costa Rica – país que lidera una iniciativa ante las Naciones Unidas para prohibir cualquier tipo de clonación – un proyecto de ley para restringir estas investigaciones está estancado en la Asamblea Legislativa.