16/04/10

Mosquito transgénico podría combatir el dengue

El virus del dengue es transmitido por la picadura de la hembra del mosquito Aedes Aegypti Crédito de la imagen: AJC1 / Flickr

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Con el fin de reducir la población del Aedes aegypti, especie transmisora del dengue, un equipo de investigadores de las universidades de Oxford y California ha creado un mosquito genéticamente modificado.

El experimento — que se desarrolla bajo condiciones controladas de laboratorio en México — produce una toxina en el ADN de la especie, atrofiando las alas de las hembras e incapacitando su sobrevivencia, explicó uno de los coautores a medios de prensa internacionales.

Osvaldo Marinotti, investigador brasileño especializado en biología de los mosquitos que transmiten enfermedades a los humanos, señaló a la agencia cubana Prensa Latina que se colocarían en la naturaleza los huevos de los mosquitos transgénicos. El objetivo es que los machos nacidos de estos huevos transmitan la alteración genética al cruzarse con hembras normales.

Las hembras resultantes de esa unión nacerán estériles o imposibilitadas de volar, con lo cual tampoco tendrán capacidad de picar a los seres humanos, parte fundamental de la vida del Aedes aegypti, ya que las hembras requieren la sangre humana para completar su ciclo vital.

La investigación fue publicada por la revista Proceedings of the National Academy of Science de los Estados Unidos en su edición de marzo.

De acuerdo con la investigación, la tecnología es específica para el Aedes aegypti, y los machos diseminados sólo afectarán a las hembras de dicha especie, que son las que transmiten el dengue con su picadura. “Una vez liberados, los mosquitos desaparecerían dentro de seis a nueve meses”, dicen los autores.

El ensayo que se viene realizando en México, además de monitorear la eficacia de la técnica en la reducción de las hembras de la especie, está analizando indicadores de bioseguridad y salud pública “para evaluar si es seguro soltar al mosquito transgénico en la naturaleza, lo cual requerirá uno o dos años más”, precisó Marinotti.

Enlace al artículo completo de PNAS (en inglés)

References

PNAS March 9, 2010 vol. 107 no. 10 4550-4554