29/05/14

Malaria: programas educativos deben considerar diversidad

Crédito de la imagen: Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo / Flickr

Por: Lisbeth Fog

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<h1>Malaria: programas educativos deben considerar diversidad</h1>
<h4>By: Lisbeth Fog</h4>
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<p>[BOGOTÁ] Aunque los habitantes de zonas con riesgo de malaria en Colombia tienen un buen conocimiento de la enfermedad y las estrategias de control, no todos actúan, señala un estudio sobre conocimientos, actitudes y prácticas en malaria publicado en <em>Malaria Journal</em> (1 de mayo).</p>
<p>Los autores encuestaron a 267 residentes de dos áreas: Tumaco y Buenaventura, al sur del país, zona considerada de riesgo medio de transmisión, y Tierralta, al norte, una población de riesgo alto.</p>
<blockquote class="quote list-right">
<h3>
		“Los programas de educación en las comunidades son muy genéricos y por tanto no son aplicables a todas las regiones endémicas del país dada la diversidad geográfica, étnica y cultural”.</h3>
<h4>
		Estudio en Malaria Journal</h4>
</blockquote>
<p>Detectaron que la mayoría sabe que se infecta por la picadura de un mosquito y por eso usan toldillos tratados con insecticidas.</p>
<p>Pero la mitad de quienes viven en zonas de alto riesgo se automedican cuando presentan fiebre, mientras que en las zonas de riesgo moderado tienen mejores prácticas para combatir la enfermedad.</p>
<p>Entre estas últimas, “las personas realizan actividades de control de aguas estancadas, fumigan y eliminan las malezas, mientras que en la región Caribe [norte] no participan en ninguna actividad de control”, explica a <em>SciDev.Net</em> Andrés F. Vallejo, coautor del estudio e investigador del Centro Internacional de Vacunas.</p>
<p>En el sur, varios años de intervenciones educativas han logrado que las personas estén altamente sensibilizadas y realicen acciones para mejorar su entorno y condiciones de salud, añade. En cambio en la región Caribe similares programas de educación no han tenido el mismo impacto.<br />
 <br />
Julio César Padilla, del Proyecto Malaria Colombia en el Ministerio de Salud, culpa al paternalismo de las campañas de salud de la segunda mitad del siglo XX, cuando se implementaban verticalmente, desde las autoridades hacia las comunidades.<br />
 <br />
“Eso genera una brecha entre el conocimiento y la práctica que es lo que en este momento estamos abordando con las nuevas políticas”, dice a <em>SciDev.Net</em>.<br />
 <br />
Agrega que hoy el trabajo no se realiza solo con las familias y comunidades, sino con los responsables institucionales y sectoriales.<br />
 <br />
Según el estudio, los programas de educación en las comunidades son muy genéricos y por tanto no son aplicables a todas las regiones endémicas del país dada la diversidad geográfica, étnica y cultural. Se estima que diez millones de personas habitan en áreas endémicas.</p>
<p>Padilla reconoce que esa gran diversidad no permite una estrategia unificada y dice que los programas actuales de formación, educación y comunicación incluyen a científicos sociales.<br />
 <br />
Los costos también se consideran como una barrera para acceder a medidas de prevención, diagnóstico y uso de antimaláricos e insecticidas de uso doméstico, así como el tiempo necesario para hacer y recibir el diagnóstico.<br />
 <br />
Vallejo espera que los resultados del estudio sirvan para generar estrategias específicas en las regiones donde hay más dificultades. “Se trata de lograr el máximo de costo-efectividad de las intervenciones mediante el trabajo en conjunto con la academia y las poblaciones”, concluye.<br />
 <br />
<a href="http://www.malariajournal.com/content/13/1/165" target="_blank" rel="noopener noreferrer">Enlace al estudio completo ‘Knowledge, attitudes and practices of malaria in Colombia’<em>, </em>en <em>Malaria Journal</em></a></p>

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<p>This article was originally published on <a href="https://www.scidev.net" target="_blank">SciDev.Net</a>. Read the <a href="https://www.scidev.net/america-latina/news/malaria-programas-educativos-diversidad-geografica-colombia/" target="_blank">original article</a>.</p>
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[BOGOTÁ] Aunque los habitantes de zonas con riesgo de malaria en Colombia tienen un buen conocimiento de la enfermedad y las estrategias de control, no todos actúan, señala un estudio sobre conocimientos, actitudes y prácticas en malaria publicado en Malaria Journal (1 de mayo).

Los autores encuestaron a 267 residentes de dos áreas: Tumaco y Buenaventura, al sur del país, zona considerada de riesgo medio de transmisión, y Tierralta, al norte, una población de riesgo alto.

“Los programas de educación en las comunidades son muy genéricos y por tanto no son aplicables a todas las regiones endémicas del país dada la diversidad geográfica, étnica y cultural”.

Estudio en Malaria Journal

Detectaron que la mayoría sabe que se infecta por la picadura de un mosquito y por eso usan toldillos tratados con insecticidas.

Pero la mitad de quienes viven en zonas de alto riesgo se automedican cuando presentan fiebre, mientras que en las zonas de riesgo moderado tienen mejores prácticas para combatir la enfermedad.

Entre estas últimas, “las personas realizan actividades de control de aguas estancadas, fumigan y eliminan las malezas, mientras que en la región Caribe [norte] no participan en ninguna actividad de control”, explica a SciDev.Net Andrés F. Vallejo, coautor del estudio e investigador del Centro Internacional de Vacunas.

En el sur, varios años de intervenciones educativas han logrado que las personas estén altamente sensibilizadas y realicen acciones para mejorar su entorno y condiciones de salud, añade. En cambio en la región Caribe similares programas de educación no han tenido el mismo impacto.

Julio César Padilla, del Proyecto Malaria Colombia en el Ministerio de Salud, culpa al paternalismo de las campañas de salud de la segunda mitad del siglo XX, cuando se implementaban verticalmente, desde las autoridades hacia las comunidades.

“Eso genera una brecha entre el conocimiento y la práctica que es lo que en este momento estamos abordando con las nuevas políticas”, dice a SciDev.Net.

Agrega que hoy el trabajo no se realiza solo con las familias y comunidades, sino con los responsables institucionales y sectoriales.

Según el estudio, los programas de educación en las comunidades son muy genéricos y por tanto no son aplicables a todas las regiones endémicas del país dada la diversidad geográfica, étnica y cultural. Se estima que diez millones de personas habitan en áreas endémicas.

Padilla reconoce que esa gran diversidad no permite una estrategia unificada y dice que los programas actuales de formación, educación y comunicación incluyen a científicos sociales.

Los costos también se consideran como una barrera para acceder a medidas de prevención, diagnóstico y uso de antimaláricos e insecticidas de uso doméstico, así como el tiempo necesario para hacer y recibir el diagnóstico.

Vallejo espera que los resultados del estudio sirvan para generar estrategias específicas en las regiones donde hay más dificultades. “Se trata de lograr el máximo de costo-efectividad de las intervenciones mediante el trabajo en conjunto con la academia y las poblaciones”, concluye.

Enlace al estudio completo ‘Knowledge, attitudes and practices of malaria in Colombia’, en Malaria Journal