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La luz ultravioleta (UV) podría reducir la transmisión de tuberculosis (TB) en salas de hospitalización y de espera en un 70 por ciento, de acuerdo con un estudio reciente.

Los investigadores instalaron luminarias con luz UV en el techo de una sala de hospital con 69 pacientes co-infectados con VIH y TB en Lima, Perú. Además, se puso una pantalla para proteger a los pacientes de la radiación y un ventilador para la circulación del aire.

Durante 18 meses un grupo de cobayos recibió aire desde la sala cuando las luces UV estaban prendidas, y otro cuando estaban apagadas.

Al examinarlos, 35 por ciento de los animales de control habían sido contagiados lo que se redujo a un diez por ciento con las luces UV. Sólo un cuatro por ciento de los animales en el grupo UV desarrolló la enfermedad, comparado con un nueve por ciento en el grupo de control.

Las luces UV dañan el ADN de las bacterias que causan TB – incluyendo las cepas resistentes a medicamentos. Por eso el uso de luces UV reduce la eventualidad de contagio por bacterias esparcidas en el aire cuando tosen quienes padecen TB.
Se usó el ventilador para crear un flujo constante de aire tratado tanto a nivel de los pacientes, como cerca de las luces, donde potencialmente podría estar el aire infectado.
No se necesita hacer el estudio en humanos, de acuerdo con los doctores Roderick Escombe del Imperial College de Londres, quien dirigió la investigación, y Eduardo Ticona, investigador principal del Hospital Nacional Dos de Mayo, donde se realizó la misma.

“Porque los cobayos respiraron directamente aire de la sala del hospital, podemos decir que un 70 por ciento menos de contagio de TB en ellos refleja un 70 por ciento de reducción de riesgo de transmisión de TB en la sala,” Escombe declaró a SciDev.Net.

Para Ticona, el costo es una limitante para diseminar esta tecnología. Miembros de su equipo están desarrollando luces más baratas que esperan lleguen a costar alrededor de 100 dólares, mucho menos que los 650-700 dólares que cuesta importarlas.

Sud África ya fabrica luminarias con luces UV y no sería difícil diseñarlas y producirlas en masa en países de bajos ingresos, añadió Escombe. “Además, una vez instaladas, no hay más que hacer que prenderlas.”

Pero Raúl Salazar, Director del Servicio de Medicina Interna-Infectología- VIH del Hospital General Guillermo Almenara en Lima, dijo a SciDev.Net que, aunque el estudio es útil, es preciso estudiar mejor el efecto en el largo plazo de la exposición a luces ultravioleta.

Vínculo a artículo principal en PLoS Medicine.

References

PLoS Medicine doi 10.1371/journal.pmed.1000043 (2009)