23/09/10

La malaria pasó del gorila al hombre, dicen científicos

¿Culpables de la malaria? Los gorilas — más que los bonobos o los chimpancés — podrían haber diseminado la enfermedad a los humanos Crédito de la imagen: Flickr/nouQraz

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Es probable que los gorilas hayan sido la fuente original de la malaria en humanos, y que el parásito brincara de una especie a otra hace cerca de 5.000 años, dicen científicos, quienes comenzarán a analizar a humanos que viven cerca de gorilas para ver si el parásito todavía se está moviendo entre las poblaciones hoy en día.
 
Un grupo internacional de científicos que trabajan en Camerún, en la República Central Africana y en la República Democrática del Congo (RDC), ha mostrado que el parásito Plasmodium falciparum, el que causa la forma más peligrosa de la malaria, probablemente hizo un solo salto desde los gorilas, y no de los bonobos o chimpancés, como se creía previamente. 

El descubrimiento podría influir en la comprensión de la malaria de la misma forma en que las comparaciones entre la biología del VIH con sus equivalentes en monos han dado a los científicos una mayor comprensión del mecanismo detrás de la enfermedad. 

El grupo, cuyo trabajo se publica hoy en Nature (23 de septiembre), recolectó miles de muestras de heces de monos para buscar parásitos de malaria.
 
“No me cabe duda que estudiar al pariente más cercano del P. falciparum humano en gorilas podría dar importantes pistas sobre por qué el parásito humano es tan patogénico”, dijo a SciDev.Net Beatrice Hahn, investigadora principal y profesora de la Universidad de Alabama en Birmingham (UAB), en Estados Unidos. 

Jean-Bosco N. Ngona, de la Universidad de Kisangani, DRC, y coautor del estudio dijo que se requiere más trabajo para entender si hay interacciones de malaria entre gorilas y humanos hoy en día. 

“Esto daría una alerta de lo que podría venir”, dijo Hahn. “Si futuros esfuerzos de erradicación rinden frutos, podría generarse un nicho para que un nuevo parásito ingrese”. 

Nathan Wolfe, director de la Iniciativa Global de Predicción Viral (GVFI, por sus siglas en inglés), dijo que el trabajo fue “un gran hallazgo… debemos pensar en la posibilidad de que algunos de estos parásitos puedan introducirse en poblaciones humanas”. 

Tales movimientos podrían no ser detectados en el mundo en desarrollo, agregó, donde el diagnóstico de la presencia del parásito de la malaria se hace observando su estructura y forma más que sus genes. 

“Es muy probable que si ninguno de estos otros parásitos se ha encontrado en un humano, se diagnostique erradamente como P. falciparum”, dijo.
 
Enlace al artículo completo en Nature.