Por: Daniela Hirschfeld
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[MONTEVIDEO] En un país —como Uruguay— que basa gran parte de su economía en la ganadería, conocer cuáles son específicamente las bacterias patógenas que provocan la muerte de las vacas, que afectan su capacidad reproductiva —aumentado la cantidad de abortos o disminuyendo la producción de leche— es un problema nacional. Si además esas bacterias también pueden afectar a humanos, ya no quedan dudas.
Allí reside la importancia del trabajo pionero de un grupo multicéntrico de investigadores de Uruguay, que identificó por primera vez las cepas de leptospira patógenas que circulan en el país y creó el primer banco nacional de las bacterias que causan la leptospirosis bovina.
Los investigadores identificaron más de 40 cepas que causan la enfermedad en el país, lo que supone una cantidad inesperada de especies y variedades.
Asimismo, al analizar la orina de casi 1.000 bovinos de establecimientos a nivel nacional hallaron que 20 por ciento son portadores de alguna variedad de estas bacterias, lo que también representa un riesgo sobre todo para los trabajadores que están en contacto diario con estos animales.
“Definitivamente es un estudio útil para otros países tanto latinoamericanos como fuera de la región, independientemente de su actividad agro-ganadera, pues abre la discusión nuevamente sobre las posibilidades diagnósticas”.
Natalia Agudelo, Universidad Nacional de Colombia
Esta enfermedad de alto impacto económico para el sector ganadero, también afecta a otros animales —perros, caballos, cerdos, ovejas— y se transmite a trabajadores rurales, de frigoríficos, veterinarios, entre otras personas asociadas al campo.
En Uruguay, la enfermedad ya se conoce e incluso hay algunas vacunas con cierto grado de eficacia, pero ahora este trabajo permitirá mejorar su diagnóstico, desarrollar vacunas más eficaces —porque las actuales se basan en variantes regionales— y proteger a animales y humanos.
“La primera fase del proyecto consistió en el aislamiento y la tipificación de las cepas, además de la puesta a punto de las técnicas moleculares necesarias para el trabajo”, destalló a SciDev.Net Alejandro Buschiazzo, investigador del Institut Pasteur de Montevideo y uno de los autores del estudio publicado en PLOS Neglected Diseases.
“Gracias a esta experiencia, en el país se han formado y se siguen formando recursos humanos de muy alta capacitación, integrando habilidades en enfermedades infecciosas de grandes animales, microbiología, biología molecular, e inmunología hacia el desarrollo moderno de vacunas”, destacó Buschiazzo.
En las personas, la infección —que se adquiere a través del ambiente contaminado o del contacto directo con la orina de animales infectados— puede presentar signos clínicos severos, y aunque responde bien a antibióticos, si no es diagnosticada y tratada puede ser mortal.
Un estudio local de valor regional
Natalia Agudelo, médico veterinaria y doctora en Salud Pública de la Universidad Nacional de Colombia, señala que este trabajo es importante no solo para Uruguay, pues tiene un gran valor regional y llena vacíos de conocimiento.
“Definitivamente es un estudio útil para otros países tanto latinoamericanos como fuera de la región, independientemente de su actividad agro-ganadera, pues abre la discusión nuevamente sobre las posibilidades diagnósticas”, enfatizó a SciDev.Net la experta en zoonosis.
“Para el caso de Colombia, el diagnóstico de leptospirosis pasó por una larga discusión entre 2003 y 2010 lográndose la aplicación de (la prueba) MAT como gold standard (técnica de referencia) apoyado por recomendaciones internacionales. Sin embargo, el acceso y costo de este tipo de pruebas en nuestro país no es equitativo en los distintos sectores”.
Por lo anterior, dijo la experta, “al ver este tipo de artículos se abriría nuevamente la discusión sobre el diagnóstico actual de la leptospirosis en todos los países”.
Asimismo, “refuerza la idea de que esta enfermedad sigue siendo un problema persistente [en la región] y es necesario seguir generando este tipo de conocimiento para explorar alternativas de abordaje”, concluyó Agudelo.