12/12/11

Honduras: ser mujer e indígena es sinónimo de mala salud

Sólo 42% de las mujeres con pareja usaba métodos contraceptivos Crédito de la imagen: Brains the Head / Flickr

Enviar a un amigo

Los detalles proporcionados en esta página no serán usados para enviar correo electrónico no solicitado y no se venderán a terceros. Ver política de privacidad.

[MONTEVIDEO] Mujeres indígenas rurales en Honduras registran los peores indicadores de salud en comparación con comunidades urbanas y no indígenas del país, según un estudio del Centro de Salud Global de la Escuela de Medicina Mount Sinai, Nueva York.

Los investigadores encuestaron a 134 mujeres de la comunidad indígena Yamaranguila, sobre aspectos como percepción de su propia salud, acceso a atención, métodos contraceptivos y control médico de cánceres femeninos.

El 56 por ciento calificó su salud como pobre o regular, indica el estudio en el Journal of Women’s Health (14 de diciembre).
El 90 por ciento conocía el Papanicolaou (Pap), pero solo 20 por ciento se hizo uno en el último año. Entre las mayores de 50 años, sólo una de cada nueve se había hecho alguna vez una mamografía. Y pese a conocer métodos de planificación familiar (MPF), solo 42 por ciento de quienes tenían pareja usaba uno.
Asimismo, 36 por ciento de sus partos ocurrieron fuera de hospitales, mucho más que cifras de zonas urbanas.
En contrapartida, 76 por ciento amamantó hasta los primeros seis meses de vida, a diferencia del 30 por ciento del promedio hondureño.
“Esto subraya el efecto de prácticas y normas culturales que se deben fortalecer. [Pero] quizás por las mismas consideraciones culturales, el uso de MPF fue bajo, pese a conocer su existencia”, detallaron a SciDev.Net los autores del estudio, Joan Price y Ramin Asgary.
A partir de sus hallazgos, los científicos recomendaron entrenar a mujeres de la comunidad como trabajadoras de salud, para aumentar la receptividad de la información.
También sugieren crear equipos móviles de atención que visiten periódicamente las áreas más remotas de la comunidad, e implementar alternativas más simples que el Pap para controlar el cáncer cervicouterino.
Una alternativa, señalan, sería la inspección visual con ácido acético, método de bajo costo y alta sensibilidad, que emplea vinagre diluido para detectar lesiones precancerosas.
“La implementación efectiva de estas propuestas podría incrementar el uso de servicios preventivos en comunidades indígenas de la región. Si bien la capacidad de los gobiernos regionales es muy limitada, fundaciones y organizaciones no gubernamentales podrían participar activamente en la prevención”, opinó a SciDev.Net Arturo Vargas Bustamante, experto en políticas de salud pública de la Universidad de California en Los Ángeles.
Los autores concluyen que “causas socioeconómicas de una mala salud, como la residencia en lugares remotos, la identidad indígena y la inequidad de género, deberían considerarse en futuras intervenciones para aliviar disparidades en salud”.

References

Journal of Women’s Health. December 2011, 20(12): 1931-1937.