Por: T.V. Padma
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[KANDY, SRI LANKA] La colaboración en biotecnología médica es “sub aprovechada” en los países en desarrollo y obstaculizada por retos como la falta de financiamiento específico, se destacó durante una reunión internacional de biotecnología.
No obstante, la colaboración en este campo está aumentando y podría abordar problemas compartidos de salud, así como reducir los costos de los productos sanitarios, según Halla Thorsteinsdóttir, profesora de salud pública en la Universidad de Toronto, Canadá.
Durante la V Conferencia Asiática de Biotecnología y Desarrollo realizada en Sri Lanka la semana pasada (16 de diciembre), Thorsteinsdóttir presentó los resultados de un estudio internacional que analizó 640.000 documentos de biotecnología médica de trece países en desarrollo, publicados entre 1994 y 2005.
El estudio identificó los obstáculos que se presentan en esta disciplina para lacooperación Sur-Sur, entre los que se incluyen la falta de alineamiento con las prioridades nacionales de investigación, las regulaciones, retrasos y altos costos de mover los productos a través de las fronteras, y las diferencias nacionales en los procesos regulatorios que obstaculizan la cooperación en la fabricación y comercialización de los nuevos productos de salud.
Solamente el tres por ciento de los documentos sobre biotecnología de la salud resultaron de cooperaciones Sur-Sur, comparado con el 40 por ciento correspondientes a cooperaciones Norte-Sur.
Kanikaram Satyanarayana, sub director general de publicaciones del Consejo Indio de Investigación Médica, dijo que los científicos del Sur publican menos que sus colegas del Norte en revistas de alto impacto, lo que a su vez los hace menos visibles como potenciales colaboradores.
Con 423 documentos Sur-Sur publicados, Brasil ocupa el primer lugar, seguido por China (287), Argentina (248) e India (223).
La mayoría de colaboraciones identificadas en el estudio se centran en actividades comerciales. Los ejemplos incluyen un kit latinoamericano para diagnosticar la enfermedad de Chagas, una vacuna contra el cólera desarrollada por Bangladesh e India, y una vacuna de bajo costo contra la meningitis para África, desarrollada por Brasil y Cuba. Asimismo, China está trabajando con Tailandia en ensayos clínicos de una medicina china tradicional para el tratamiento del VIH.
Los delegados exhortaron a una mejor colaboración entre los países desarrollados líderes y los países con economías pequeñas, y también en la cooperación y el comercio intrarregional.
S.R. Rao, asesor del departamento de biotecnología de la India, señaló que los países deberían compartir recursos como equipos de diagnóstico e instalaciones de pruebas.
“Necesitamos integrar nuestros recursos regionalmente y compartirlos con otros”, remarcó.
Diran Makinde, director de la Red Africana de Expertos en Bioseguridad, perteneciente a la iniciativa Nueva Alianza para el Desarrollo del África (New Partnership for Africa’s Development), afirmó que una mayor colaboración regional evitaría la repetición innecesaria de ensayos clínicos de los mismos productos en diferentes países. La armonización a nivel regional de leyes y regulaciones sobre bioseguridad también podría conducir a mejorar el comercio biotecnológico entre las regiones en desarrollo, en lugar de depender del Norte para comerciar, subrayó.
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