Por: Martín De Ambrosio
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[BUENOS AIRES] La Aspirina —uno de los fármacos de venta libre más populares en América Latina— podría proteger contra algunos trastornos asociados al Mal de Chagas, pero también acelerar la mortalidad por esta enfermedad, según halló un estudio realizado en ratones y publicado este mes en Parasitology Research.
Actualmente, el ácido acetilsalicíaco —nombre químico de la aspirina— se usa, entre otras cosas, para tratar la inflamación del músculo cardíaco causada como consecuencia de la enfermedad. No obstante, la investigación de científicos de Paraguay buscó analizar los efectos de la aspirina en el comportamiento de ratones portadores del Trypanosoma cruzi, el agente infeccioso del Chagas que se contagia a través de la picadura de la vinchuca.
Específicamente, el estudio observó la fase aguda de la enfermedad, aquella que tiene lugar en las primeras semanas o meses de la infección y se caracteriza por afectar al sistema nervioso central del enfermo.
El resultado principal fue que administrar aspirina en dosis antiinflamatorias habituales (aprox 500 mg) —bastante más alta que la dosis cardioprotectora (<125mg día)— antes de la infección evitó algunos cambios de comportamiento en la fase aguda —como la tendencia a moverse menos o a sufrir depresión— hallados en estudios previos.
Pero en algunos casos también “aumentó la mortalidad en los ratones”, indicó a SciDev.Net Arturo Silvero Isidre, del Departamento de Medicina Tropical de la Universidad Nacional de Asunción del Paraguay y líder del estudio.
El investigador señala que aún no tienen una “respuesta definitiva” de por qué ocurre esto, pero destacó que “es importante considerar que el estudio se basa en la infección aguda, no la crónica. El T. cruzi no desea matar al huésped en este periodo, por lo que regular la reacción inflamatoria es fundamental”.Sin embargo, agregó, “en algunos casos la infección aguda por T. cruzi desencadena una sepsis, y consideramos que la dosis utilizada de aspirina antes de la infección podría facilitar ese desequilibrio en la reacción aguda. Aunque no podemos descartar otras causas”.
Pese a este hallazgo, los autores alertan que la evidencia es limitada a animales de laboratorio y que existen también estudios con resultados contradictorios, por lo que subrayan que “no existen contraindicaciones para el consumo de aspirina en los pacientes con diagnóstico de Chagas”.
De hecho, los investigadores hacen especial hincapié en el efecto protector de la aspirina en el comportamiento de los ratones en la fase aguda.
Para Sergio Sosa-Estani, investigador de la iniciativa Drugs for Neglected Disease (DNDi) y ex director del Instituto Nacional de Parasitología Fatala Chabén (Argentina), “el trabajo es interesante” aunque ve que es más útil “para explicar los mecanismos involucrados en la fase aguda de la infección que como potencial tratamiento”.
La aspirina es muy popular en la región, al punto que registra un consumo de 10.892 millones de comprimidos, esto es, un quinto de los 53.884 millones comercializados en todo el mundo entre octubre 2016 y octubre de 2017, según datos de la consultora IQVIA. Hasta 93% de las veces es autoadministrado (sin receta médica) en América Latina, frente a 65% de promedio mundial, de acuerdo con IQVIA.
Jimena Worcel, de la Cámara Argentina de Medicamentos de Venta Libre (CAPEMVeL), detalló que el uso de la aspirina “se fue desplazando para el caso de dolores leves a moderados, cuadros de resfrío común, dolores menstruales y articulares con la llegada de otros analgésicos como el ibuprofeno. Para la fiebre, también ganó terreno el paracetamol”, dijo.
“En la actualidad (la aspirina) se utiliza mayormente para prevención, por ejemplo, en caso de una persona con antecedentes de infarto y factores de riesgo”, agregó.
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