08/10/09

Cómo informar sobre brotes o pandemias

Muchas personas se informan sobre salud a través de los medios Crédito de la imagen: Flickr/triblade84

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El sensacionalismo no puede sustituir a la ciencia cuando se informa sobre pandemias, dicen Fang Xuanchang, Jia Hepeng y Katherine Nightingale.

Una pandemia o el brote severo de una enfermedad siempre son noticias candentes, debido a la carrera para investigarlas, los resultados inciertos, los detalles sobre el tratamiento, los intentos de impedir su propagación y, por supuesto, el factor miedo.

Las etapas iniciales de un brote proporcionan, de manera especial, buenas oportunidades para los periodistas. Hay muchos investigadores y doctores para entrevistar, abundancia de nuevos “ganchos”, funcionarios e investigadores de salud lidiando con la situación y una inusual disposición de los editores para publicar artículos científicos.

Pero para informar responsablemente sobre el brote de una enfermedad, no sólo es necesario darle sentido a los primeros informes y a la gran cantidad de información, a menudo confusa, sino que se debe hacer el seguimiento exhaustivo de la historia en el largo plazo.

Y ello debe hacerse aplicando siempre un pensamiento crítico y un enfoque científico. La ciencia — junto a perspectivas sociales y económicas más amplias — es esencial para producir buenos artículos sobre una pandemia.

La cobertura de la gripe porcina – influenza A(H1N1) — está brindando ya algunos ejemplos clásicos de mal periodismo científico, como cuando periodistas egipcios atribuyeron a ‘expertos’ declaraciones de que los cerdos infectados podrían terminar dentro de la cadena alimenticia como carne de res barata (Ver: Media and government to blame for Egypt swine flu chaos).

Lo que sigue es un asesoramiento para evitar que esos errores se repitan. Los consejos son más importantes en los países en desarrollo, donde los recursos son escasos y grandes los retos para comunicar información de importancia.

En estos países, los mensajes responsables sobre salud pública son cruciales para aliviar la carga de una enfermedad sobre los vulnerables sistemas de salud.

Encontrar la dirección correcta

En primer lugar, asegúrese de entregar a su audiencia el correcto significado de las palabras que escucharán y leerán con frecuencia. Por ejemplo, una ‘pandemia’ significa que una enfermedad se ha extendido a escala mundial, no necesariamente que es mortal. Los científicos hablan sobre la ‘virulencia’ de un patógeno, pero ¿qué significa eso para la gente común? Use explicaciones sencillas y precisas que no sean alarmantes.

Las organizaciones de salud suelen proporcionar información y datos básicos sobre el patógeno y las mejores formas de lidiar con él. Las agencias del gobierno deben proporcionar información sobre el número de casos en un país y, si es necesario, del número de muertes.

Trate de informar sobre esos detalles usando el conocimiento científico. La tasa de mortalidad ¿es más alta que la de otras enfermedades? ¿Se trata de una nueva cepa de un patógeno conocido o es algo nuevo? La manera como sean contextualizados estos datos puede guiar el informe en la dirección correcta.

Preguntas clave desde el principio

Con frecuencia, la reacción inmediata de una persona al escuchar de una nueva enfermedad, es: “¿Cómo me afecta a mí y a mis seres queridos?” Ningún periodista científico puede responder esta pregunta, pero sí se puede comunicar el riesgo inherente a una enfermedad. En primer lugar, se necesita estar familiarizado con investigaciones recientes en torno a enfermedades similares. Por ejemplo, un conocimiento de la gripe aviar H5N1 que ayude a cubrir la influenza A(H1N1), así como gran parte de la investigación (y de los investigadores), también será relevante.

Hay algunas preguntas que es necesario tener en cuenta.

Virus A(H1N1):  cuando un patógeno surge por primera vez, los científicos deben informarse sobre éste con rapidez

Flickr/hitthatswitch

¿Qué saben los científicos?

En las primeras etapas de brote de cualquier enfermedad hay muchas incógnitas, pero con frecuencia también hay una riqueza de conocimientos científicos sobre el tipo de patógeno y cepas similares.

Las pandemias y los brotes repentinos de una enfermedad, por su naturaleza, generalmente los causan nuevos patógenos, o al menos nuevas cepas de éstos. Los científicos no necesariamente sabrán cómo se comportan.

Ellos saben muchísimo sobre la influenza, por lo que el brote actual de gripe A(H1N1) no encierra demasiados misterios, aunque obviamente nadie pueda predecir el futuro. Pero cuando el SARS surgió en 2003, los científicos conocían muy poco, pues se trataba de un nuevo virus. 

Transmita lo que los científicos saben y lo que no saben, pero trate de no causar pánico. Los científicos no necesariamente deben saber todos los detalles de un patógeno para encontrar un tratamiento que funcione, y es poco realista pretender que sepan sobre todas las enfermedades posibles.

Cuanto menos se sabe, las posibilidades son más grandes pero eso no quiere decir que sean inevitables: la gripe A(H1N1) podría combinarse con la gripe aviar H5N1, pero eso no significa que así ocurrirá.   

¿Cuántos casos habrá? ¿Cuánta gente podría morir?

Los investigadores deben proyectar la cantidad de gente que estiman podría ser afectada o morir por el brote de alguna enfermedad, de manera que los países puedan preparar eficazmente sus sistemas de salud. Tenga cuidado de no informar sobre las predicciones como si fueran certezas, pues eso es sensacionalismo y no transmite a la audiencia una idea sobre cómo trabajan estos modelos. Éstos son las mejores estimaciones calculadas a partir de una selección de factores y son buenas sólo a la luz del conocimiento que existe en ese momento.

Sea cauteloso con aquellos científicos que hacen afirmaciones sensacionalistas sobre un gran número de muertes: mientras más grave sea la enfermedad más dinero podrían recibir para sus investigaciones.

Por lo tanto, siempre trate de analizar los factores que contribuyen a las estimaciones de mortalidad. No se concentre solamente en las cifras.

Asimismo, trate de mantener una enfermedad en su contexto. Muchos informes sobre la pandemia de la gripe A(H1N1) han fallado al comparar las cifras de muertes con otras que pueden tener más impacto.

Ante la nueva pandemia de influenza, existe la tendencia a compararla con pandemias anteriores, especialmente con las más dramáticas. Recuerde que debe informar sobre los brotes actuales en el contexto actual de los sistemas de salud y del desarrollo científico.

Si desea conocer más sobre la comunicación del riesgo, vea la guía de SciDev.Net: Comunicar las estadísticas y el riesgo.

¿Cómo se transmite la infección y qué puedo hacer al respecto?

Comunique lo que se conoce sobre la manera de transmisión de la enfermedad y pida a un científico o a un funcionario público de salud, o a varios de ellos, que le expliquen si las formas de transmisión son inciertas.

Del mismo modo, debe informar cómo no se transmite. Las industrias pueden verse afectadas si la gente cree que un determinado producto está implicado en la transmisión de una enfermedad. La venta de aves de corral disminuyó a medida que aumentaba el temor sobre la gripe aviar H5N1, porque la gente pensaba equivocadamente que la enfermedad podía ser transmitida por su consumo.

Debe entregar información a su audiencia acerca de cómo protegerse, particularmente con medidas simples. Con el VIH, los mensajes deben ser sobre practicar sexo seguro; con la gripe, sobre el lavado de las manos.

Mensajes sencillos de salud pública, como la importancia de lavarse las manos, son vitales en los países más pobres

Flickr/ESP Indonesia

Informar acerca de lo que no se debe hacer es igualmente importante. Por ejemplo, hay poca evidencia de que las mascarillas puedan proteger a la gente contra la gripe. Las empresas pueden estar promoviendo productos sobre los cuales no existe ninguna evidencia de efectividad.

Evite producir demasiadas historias. Los mensajes importantes sobre salud pública no se deben perder debido a que el público ya no tenga interés ante la abundancia de historias similares que parecen no ofrecer ninguna nueva información.

Las fuentes construyen la confianza

El uso de fuentes informativas y confiables hará que sus historias se destaquen, y le permitirá navegar por la gran cantidad de datos, algunos de los cuales pueden ser contradictorios. 

El desarrollo de relaciones con científicos que confíen en usted es crucial. Las conversaciones regulares pueden aportar nuevos enfoques a sus historias, así como informarle cómo van a seguir sus investigaciones. En algunos países, los gobiernos pueden intentar esconder el número de casos o de muertes –como con el SARS en China—por lo que hablar con los científicos, especialmente con los epidemiólogos que deben hacer el seguimiento de los brotes, podría ser la única manera de descubrir la verdad.

También puede regresar a las mismas fuentes para tener una idea de cómo perciben el brote los científicos a través del tiempo. Si están cambiando sus opiniones acerca de la severidad de la enfermedad, entonces vale la pena que el público lo sepa.

También es una buena idea construir relaciones con las fuentes gubernamentales. Esto puede ser difícil de lograrse en los países en desarrollo. Más información acerca de este tópico se puede encontrar en la guía de SciDev.Net: Cómo informar sobre política científica.

La opinión a largo plazo

Cuando el público recibe la mayor parte de la información sobre una enfermedad a través de los medios de comunicación, es posible que crea que ésta ya desapareció porque no figura más en las noticias. Si bien es importante no abrumar al público, también deben saber si todavía existe la amenaza.

Mantenga en su mente las preguntas clave y trate de ver si las respuestas cambian a medida que empieza a aparecer nueva información.

Además, la etapa posterior al frenesí de la cobertura inicial es una oportunidad para una información exhaustiva, evaluando la respuesta del gobierno, por ejemplo, o mirando de qué manera la investigación sobre la enfermedad ha hecho avanzar a la ciencia en general (o si recursos vitales han sido derivados a otras áreas).

El seguimiento del desarrollo de nuevos medicamentos o vacunas contra la enfermedad también puede resultar productivo. En la China se destinaron muchos recursos para la investigación de la vacuna contra el SARS, pero el virus desapareció rápidamente, y pocos cuestionaron a los científicos sobre el retorno de esta gran inversión.

Fragmento de un afiche sobre prevención del SARS en China

Flickr/Oldtasty

Un contexto más amplio

Una pandemia o un gran brote de una enfermedad no es sólo un asunto científico y usted se podría encontrar cubriendo temas económicos y sociales con los que está menos familiarizado.

Por ejemplo, China News Weekly ha cubierto la gripe A(H1N1) muy a fondo evaluando la transformación de la estrategia de salud pública en China desde 2003, cuando el SARS tuvo un impacto muy severo sobre el sistema de salud y la sociedad en general. Los artículos también han comparado el enfoque de China con el de otros países, y los progresos de la sociedad para prevenir y combatir la enfermedad.

Informar sobre pandemias podría significar tocar temas sociales, como el sexo sin protección y las múltiples parejas sexuales, así como el VIH y las inequidades en el acceso a los medicamentos. El VIH también tiene implicancias económicas, porque ha destruido generaciones en algunos países en desarrollo.

Piense globalmente, actúe localmente

Finalmente, una pandemia puede parecer distante a la gente que se encuentra lejos del primer brote conocido. Sin embargo, la OMS declaró como pandemia a la gripe A(H1N1) menos de dos meses después de que comenzara a circular ampliamente y el transporte aéreo desempeñó un papel central en la transmisión.

El desafío es hacer relevante localmente una historia global. Puede ser que una enfermedad aún no haya ocurrido en su país, pero debe permitir que la gente sepa sobre ella y se informe sobre qué hacer para protegerse y qué están haciendo las autoridades.

Es responsable informar a la gente del probable curso de una enfermedad, pero es igualmente importante asegurar que las historias no parezcan una cuenta regresiva hacia el desastre.  

Fang Xuanchang es editor de ciencia del China News Weekly. Jia Hepeng es editor jefe de Science News Bi-Weekly y ex coordinador de China de SciDev.Net. Katherine Nightingale es directora asistente de noticias de SciDev.Net.