15/01/10

México: Científicos reflexionan sobre lecciones de AH1N1

México no estaba preparado para la pandemia Crédito de la imagen: Flickr/El Enigma

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El mortal brote de la gripe AH1N1 en México puso en evidencia las tensiones entre los científicos académicos del país, de un lado, y los laboratorios del gobierno, del otro, así como la falta de inversión suficiente en ciencia y tecnología, señalan analistas.

México nunca esperó ser epicentro de una epidemia viral de modo que cuando la gripe AH1N1 apareció en la primavera de 2009, el país se sumió en el caos, científicamente poco preparado para semejante catástrofe.

Así como tuvo que enfrentar el reducido tamaño de su comunidad científica, México también debió hacer frente a las tensiones con su política científica.

“Fuimos muy criticados por enviar muestras de los casos sospechosos [de A(H1N1)] a la Agencia de Salud Pública de Canadá y al Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos”, reconoció el biólogo evolucionista Antonio Lazcano.

Añadió que los políticos no se dieron cuenta de que las universidades públicas en otros países podían ofrecer una comunidad científica bien establecida que estaba dispuesta a ayudar.

También hubo falta de intercambio de materiales clínicos y de confianza entre el sistema de pruebas del gobierno mexicano y los laboratorios académicos del país.

“Pudimos proporcionar tecnología de punta y recursos humanos para ayudarlos (pero) no hubo respuesta ni interés”, señaló la viróloga Susana López Charreton del Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional de México.

El país también ha tenido que afrontar la falta de coordinación dentro de la comunidad académica y muy pocos artículos publicados en revistas arbitradas.

Posteriormente, sin embargo, el gobierno mexicano ha invertido US$330 millones en vacunas, antivirales, equipamiento de laboratorios y otros suministros, y está en marcha un programa de vacunación. Y la empresa estatal BIRMEX (Laboratorio de Biológicos y Reactivos de México) tiene una inversión de US$250 millones para comenzar a producir alrededor de 25 millones de dosis de vacuna en los próximos dos años, después de superar las pruebas de seguridad y estabilidad.

“Ha sido un gran error no haber dado prioridad a la inversión en el desarrollo de la ciencia y la tecnología”, dijo Samuel Ponce de León, director de BIRMEX.

Enlace al resumen en inglés en Cell