15/08/12

Análisis biomédico: innovación ‘frugal’ para la buena salud

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Países en desarrollo requieren apoyo para innovaciones en salud con baja tecnología que no comprometan su eficacia, dice Priya Shetty.

La recesión económica mundial ha hecho que numerosas industrias recorten costos, golpeando fuertemente el financiamiento para la ciencia. Los donantes internacionales también han tenido que ajustar sus billeteras, mientras que los presupuestos para investigación y desarrollo (I+D) en muchos países en desarrollo han sido magros, incluso en los mejores tiempos.

En este escenario, se está arraigando un nuevo movimiento de ‘ciencia frugal’, en el cual los investigadores están a la caza de las tecnologías de salud más costo-efectivas para los países en desarrollo.

Los países pobres con frecuencia han tenido que proporcionar cuidados de salud con recursos limitados, pero este movimiento no consiste solo en hacer las cosas de la forma más barata posible. El costo es rara vez el único factor limitante; las tecnologías de salud requieren ser de ‘baja tecnología’ —considerando que el suministro de electricidad puede ser errático o los ambientes hospitalarios no siempre son estériles, por ejemplo— sin ser de ‘baja-especialización’.

Alcanzar este equilibrio requiere un pensamiento innovador, que es la razón por la cual investigadores en todo el mundo están desarrollando una base de evidencia de las tecnologías de atención de salud más efectivas e innovadoras para los países más pobres.

La innovación tecnológica en la investigación ha tendido tradicionalmente a crear avanzados métodos de diagnóstico o tratamiento, pero el objetivo del movimiento de ciencia frugal es fomentar la ‘innovación frugal’, también conocida como ‘innovación disruptiva’, en la cual el objetivo es encontrar las formas más simples y baratas de hacer algo sin comprometer la eficacia.

Los países ricos también tienen un incentivo para interesarse en este movimiento. En países tales como Estados Unidos, las personas están encontrando cada vez más difícil acceder a la atención de salud, debido al espiral de costos de la atención de salud y a la caída de los presupuestos sanitarios. Así, la tecnología desarrollada en países pobres podría ser transferida a los ricos, en forma inversa a la dirección habitual de la transferencia tecnológica.

Amplio enfoque para la innovación

Un informe sobre tecnologías frugales en The Lancet [1], que identifica las necesidades específicas de los países en desarrollo, fue publicado a principios de este mes en el lanzamiento de la Cumbre Global de Políticas de Salud, que apunta a aspectos de salud con los cuales deben lidiar los países en desarrollo, incluyendo la salud materna, las enfermedades no infecciosas y el envejecimiento de las sociedades.

La cumbre es una colaboración entre el Imperial College de Londres y la Fundación Qatar para la Educación, la Ciencia y el Desarrollo Comunitario, y está tomando un amplio enfoque hacia la innovación tecnológica, explorando, por ejemplo, el uso de medios sociales y teléfonos móviles para mejorar la entrega de atención en salud.

Con demasiada frecuencia, la innovación es también considerada en estrechos términos, tales como mejorar una droga o vacuna modificando su estructura molecular. Pero un aspecto clave que destaca el informe es que la tecnología de salud requiere innovación en el proceso (como la forma en que se introduce el programa de vacunación), así como en el producto.

Un ejemplo de un proceso innovador es Asm Amjad Hossain, un funcionario de inmunización de Bangladesh que ganó el Premio Gates a la Innovación en Vacunas. Hossain subió las tasas de inmunización en sus dos distritos desde 67 a 85 por ciento y de 60 a 79 por ciento en un año al registrar a las mujeres embarazadas con su fecha de parto estimado, ubicación y número telefónico, de manera que quienes vacunaban sabían cuándo y dónde nacieron los niños y cómo contactar a sus madres.

El informe incentiva a los investigadores en salud a tener una visión holística, incorporando la innovación en agricultura (lo que puede hacer mucho por aliviar problemas de salud tales como la malnutrición) o la seguridad vial (los accidentes de tránsito son una de las principales causas de muerte en India, por ejemplo).

Apreciar lo que funciona

La innovación frugal ya está ayudando mucho al mundo en desarrollo. En África rural, la eRanger es una ambulancia que usa una motocicleta y un carro lateral con camilla, dado que las deficientes carreteras dificultan el viaje de las ambulancias regulares, y las motocicletas son comunes en África, por lo que la mantención es más barata.

En India, la Fundación SaveLife ha desarrollado una red en la cual voluntarios ayudan a que los heridos en accidentes de tránsito reciban atención médica rápidamente; la falta de ambulancias significa que a menudo ésta es la única ayuda que obtiene la gente.

Dado que estas innovaciones han sido en gran medida impulsadas por pequeños empresarios, el progreso ha sido fragmentado. Sin embargo, los gobiernos y los organismos internacionales deben apreciar los beneficios que los empresarios están liderando si el enfoque es tener un mayor impacto.

Por ejemplo, el informe en The Lancet sugiere que los gobiernos deberían evaluar las nuevas tecnologías en salud antes de financiarlas o aprobar la ampliación de su escala, para asegurar que sean apropiadas para la población.

Los donantes, en tanto, deberían considerar qué dispositivos médicos se envían a los países pobres. Enviar equipamiento que es difícil de usar podría ser fútil. Un informe de la OMS encontró que en algunos países hasta el 80 por ciento de los dispositivos médicos son donaciones de países más ricos. Pero con mucha frecuencia los hospitales no pueden usarlos en forma apropiada debido a la falta de capacitación o a la inestabilidad del suministro eléctrico, y la maquinaria languidece sin ser utilizada [2].

Las universidades e institutos de investigación podrían desempeñar su parte ayudando a evaluar las tecnologías de atención de salud a través de técnicas de simulación y modelamiento.

La innovación tiene mucho que ofrecer al mundo en desarrollo, pero la clave es que sea impulsada por las necesidades de las personas cuyas vidas apunta a mejorar.

 

La periodistaPriya Shetty se especializa en temas del mundo en desarrollo, incluyendo salud, cambio climático y derechos humanos. Escribe el blog Science Safari, sobre estos temas. Ha trabajado como editora en New Scientist, The Lancet y SciDev.Net.

References

[1] Howitt, P. et al. Technologies for public health. The Lancet 380, 507–535 (2012)

[2] Medical devices: managing the mismatch. An outcome of the Priority Medical Devices project [3.12MB]. Ginebra: Organización Mundial de la Salud (2010)