09/12/21

Q&A: “Debemos pensar de manera holística en los sistemas de alimentación, tierra y agua”

Shakuntala Thilsted
Shakuntala Haraksingh Thilsted, un modelo a seguir por su trayectoria en la búsqueda de soluciones para los déficits nutricionales. Crédito de la imagen: Cortesía de Shakuntala Thilsted para SciDev.Net.

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Oriunda de Trinidad y Tobago, Shakuntala Haraksingh Thilsted ha sido galardonada con el Premio Mundial de la Alimentación 2021, por su trayectoria y su firme decisión de solucionar, mediante el consumo de productos acuáticos, los déficits nutricionales de comunidades rurales, en especial de mujeres y niños, en Asia y África.

Para ello, ha desarrollado enfoques holísticos –con énfasis en la nutrición– para los sistemas alimentarios acuáticos, incluyendo la acuicultura y la pesca de captura.

Creado en 1986 por el ganador del Premio Nobel de la Paz, Norman Borlaug, cuyo trabajo inició la Revolución Verde, el Premio Mundial de Alimentación busca dar reconocimiento a individuos que han contribuido al avance del desarrollo humano a través del mejoramiento en la calidad, cantidad y disponibilidad mundial de alimentos. Varios jefes de Estado lo han llamado “el Premio Nobel de la Alimentación y la Agricultura.

Thilsted estudió Agricultura Tropical en la Universidad de las Indias Occidentales y obtuvo un doctorado en Fisiología de la Nutrición en la Universidad de Copenhague, Dinamarca.

Es líder global en Nutrición y Salud Pública de WorldFish, entidad que integra un consorcio de centros de investigación (CGIAR) a nivel mundial cuya labor es aumentar la seguridad alimentaria, reducir la pobreza rural, mejorar la salud y la nutrición humana y asegurar un manejo sostenible de los recursos naturales.

También es miembro del Comité Directivo del Panel de Alto Nivel de Expertos en Seguridad Alimentaria y Nutrición del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial de las Naciones Unidas y vicepresidenta de la Cumbre de Sistemas Alimentarios de las Naciones Unidas 2021.

En la década de 1980 investigó los altos niveles de micronutrientes esenciales y ácidos grasos presentes en las pequeñas especies de peces nativos que se consumen en Bangladesh, impulsando el cultivo familiar y logrando la adopción de esta práctica entre la población.

Sus hallazgos se han extendido a numerosos países, en los que junto con la importancia de mejorar la nutrición ha resaltado la necesidad de facilitar el empoderamiento de las mujeres.

En Bangladesh hay alrededor de cuatro millones de estanques para cultivo familiar de peces. ¿Cómo se logró ese nivel de participación individual? ¿Qué podemos aprender de esa experiencia en América Latina y el Caribe?

Bangladesh es un país de baja altitud con inundaciones intermitentes. Para construir una casa, muchos elevan el nivel del terreno tomando tierra de otra parte de la finca y esto se convierte en una depresión, en un estanque. Algunos estanques son estacionales y otros permanentes.

En América Latina y el Caribe, se pueden cavar estanques hogareños en muchas áreas, llenarlos durante la temporada de lluvias y utilizarlos para cultivar peces y otros alimentos acuáticos.

Pero la puesta en marcha de estas iniciativas requiere además el desarrollo de capacidades, la formación y la supervisión en el terreno. También es necesario facilitar el acceso a las crías de peces, sus alimentos, el transporte y los mercados.

¿Podría lograrse tal cambio sin el apoyo de los gobiernos?

Se necesita apoyo gubernamental para acceder a los insumos y a los mercados, o para brindar pautas de cultivo que, por ejemplo, promuevan el uso de especies diversas de peces. También para la implementación de políticas que hagan énfasis en los aspectos nutricionales de estas iniciativas.

¿Cuál debería ser el primer paso para incorporar estas prácticas? ¿Identificar las especies autóctonas más aptas para la reproducción y con mejores valores nutricionales? ¿Enseñar y motivar a las poblaciones? ¿Involucrar a los gobiernos?

Todo eso. Es importante empezar por analizar patrones de consumo y ver qué alimentos acuáticos consumen los diferentes grupos de la población, de qué fuentes y en qué estaciones.

Esos alimentos acuáticos deben analizarse para determinar su composición nutricional, no sólo proteínas, sino también ácidos grasos esenciales, micronutrientes, minerales y vitaminas.

Luego, se debe promover la producción de estos alimentos, así como la cadena de suministro y consumo, especialmente por parte de las mujeres embarazadas y en lactancia y los niños pequeños, a partir de los seis meses de edad.

No sólo las mujeres, sino todos los miembros de la familia deben recibir formación, mensajes nutricionales. Se puede hacer mucho en las escuelas, con los niños en edad escolar, en el plan de estudios y con prácticas que empleen estanques escolares, promoviendo su adopción en las familias. Tanto los gobiernos centrales como locales deben participar, y los fondos deben administrarse localmente para apoyar al sector.

“No sólo las mujeres, sino todos los miembros de la familia deben recibir formación, mensajes nutricionales”.

Shakuntala Haraksingh Thilsted, Premio Mundial de la Alimentación 2021

Pero además de la acuicultura es necesaria la gestión de aguas continentales, costeras y marinas, ya que estas masas de agua son importantes para la alimentación y la nutrición, los ingresos y los medios de vida de muchas personas.

¿Qué cantidad de pescado debería producir una familia tipo de dos adultos y dos niños para comer sano? ¿Qué cantidad de pescado deben comer los niños por semana, además de verduras y frutas frescas?

Una familia no debería producir pescado sólo para el consumo doméstico, sino también para la venta y los ingresos. Es difícil dar estimaciones del consumo en diferentes grupos de población, ya que las pautas de consumo varían de una población a otra. Sin embargo, tener algunos alimentos acuáticos en el plato de alimentos suficientes, diversos, nutritivos y seguros puede mejorar significativamente la ingesta de nutrientes y, por lo tanto, satisfacer las necesidades.

Tampoco se puede recomendar alimentos acuáticos todos los días, pero si al menos algunos días de la semana.

En una investigación que publicó en 2016 en Food Policy usted dijo que para lograr impactos mensurables en la nutrición uno de los principales aspectos es facilitar el empoderamiento de las mujeres. ¿Podría por favor explicar esa idea?

En muchos países de ingresos bajos y medianos, la pesca de captura y la acuicultura son de pequeña escala y participan muchos miembros de la familia. Con una mayor formación, apoyo y estímulo, las mujeres pueden incrementar su participación en todas las actividades; involucrarse más activamente –no sólo alimentando a los peces en el estanque– y contribuir así a los ingresos de los hogares, obteniendo mayor protagonismo y peso en las decisiones familiares, desde qué alimentos se compran y cocinan, hasta cómo se utilizan los ingresos, por ejemplo, para la educación y la salud.

En países como Argentina, los cambios en el uso de la tierra para monocultivos como la soja han significado un uso muy alto de pesticidas con la consecuente contaminación del suelo y las aguas. ¿Puede esto significar un riesgo ante la posibilidad de promover la piscicultura hogareña en áreas rurales?

Debemos pensar de manera holística en los sistemas de alimentación, tierra y agua. Lo que hacemos en la tierra –el uso de fertilizantes y plaguicidas, los plásticos– afecta a las masas de agua, y lo que hacemos en el agua –el uso de antibióticos, la gestión de la calidad del agua en las masas de agua– afecta a los alimentos que se cultivan en el agua y en tierra.

“[Las] masas de agua son importantes para la alimentación y la nutrición, los ingresos y los medios de vida de muchas personas”.

Shakuntala Haraksingh Thilsted, Premio Mundial de la Alimentación 2021

Dijo en una entrevista que quiere inspirar, especialmente a mujeres jóvenes de países en desarrollo, a estudiar ciencias. Sabemos que todavía existen barreras culturales para el desempeño de las mujeres, sobre todo en los niveles jerárquicos más altos. ¿Cómo superarlas?

El trabajo duro y el interés no pueden sustituirse. Así que estos son necesarios. Uno debe buscar mentores, maestros y colegas para apoyar y trabajar junto a ellos. Pasar tiempo en campo, aprender y escuchar a las comunidades –no sólo sus problemas, sino también las soluciones que ven y las que han utilizado– y conocer sus aspiraciones, para sí mismas y sus familias.

¿Qué ramas de la ciencia aconsejaría hoy estudiar a las jóvenes científicas de países en desarrollo?

Cualquier campo de la ciencia que les interese. Recomiendo leer, interiorizarse sobre su contenido, y asegurarse de aprender en la escuela las asignaturas necesarias para continuar con la carrera en ciencias que se elija. En matemáticas, por ejemplo; es muy importante que, si se tienen dificultades, se busque ayuda adicional de los profesores y compañeros de clase.

En lo personal, creo que la alimentación y la nutrición son campos apasionantes, ya que afectan la vida de todos y tienen beneficios individuales, nacionales e intergeneracionales.

¿Cuál será su próximo paso después de haber sido galardonada con el Premio Mundial de la Alimentación 2021?

Quisiera elevar el perfil de diversos alimentos acuáticos –animales, plantas, microorganismos – como las algas marinas para que desempeñen un papel más importante en la transformación de los sistemas alimentarios, terrestres e hídricos para alimentar a todos los pueblos y a nuestro planeta.

Así, hacerle espacio suficiente en la mesa diaria a algunos alimentos acuáticos diversos, nutritivos y seguros.