24/05/16

Instagram puede refrescar investigación en salud juvenil

Foto redes sociales en celular
Crédito de la imagen: Jason Howie

De un vistazo

  • Instagram puede ayudar a los científicos a estudiar la salud de la población más joven
  • Una invesitagación postula que los adolescentes se sienten más cómodos usando la red social para hablar de su salud
  • Resta adecuar el uso de la red para garantizar la privacidad de los datos compartidos

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Al tender puentes entre los científicos y el mundo adolescente, la aplicación móvil Instagram puede presentar nuevas oportunidades para la investigación social en salud juvenil con una herramienta que los jóvenes asumen como propia.
 
Así lo plantea la investigadora Natàlia Carceller-Maicas, de la Universidad Rovira I Virgili (España) quien trabajó con adolescentes entre 13 y 17 años durante varias semanas a mediados del 2015 y tras interactuar con ellos a través de Instagram publicó un trabajo monográfico en la revista Métode (2016).
 
“Realmente hay muchas cosas que cuesta hablarlas de tú a tú. Pero pasar una foto y un pequeño comentario para los jóvenes es mucho más descriptivo que todo lo que puedan verbalizar”, dijo a SciDev.Net la investigadora.
 
Instagram es una red social y app para móviles y tabletas donde los usuarios comparten imágenes y videos con sus contactos. Esta facilidad de compartir contenido gráfico resulta clave para comprender el mundo adolescente en un lenguaje más cercano a ellos, apunta el trabajo.
 
La aplicación está instalada en 45 por ciento de los móviles latinoamericanos, según una encuesta realizada por comScore and IMS Group en enero de 2016.
 
Aparte de un perfil abierto, Instagram permite crear grupos privados con personas selectas. Interactuando con adolescentes en un grupo de Instagram, la investigadora descubrió que los jóvenes se sienten más cómodos compartiendo información en estos espacios que en canales tradicionales de investigación académica, como entrevistas personales o grupos focales. 
 
“Ellos siempre están conectados al móvil entonces si hay algo que les angustie, siempre te lo pueden compartir”, apunta.
 
Por otra parte, explicó la científica, “si tienes una entrevista física, tiene que darse el espacio, que estén cómodos y que recuerden lo que quieren contarte. Pero si ya tienes el vínculo (el grupo de Instagram), te pueden contar en cualquier momento”.
 
Esta herramienta podría abrir camino a otras aplicaciones populares como Snapchat.
 
Según el investigador costarricense Ignacio Siles, es positivo que las investigaciones sociales busquen las intersecciones entre tecnología y salud.
 
“Es un ámbito de enorme crecimiento y pensar en hacer este tipo de investigaciones académicas es fantástico”, apuntó Siles, especialista en Medios, Tecnología y Sociedad de la Universidad de Northwestern, Chicago (EEUU).

Sin embargo, sostiene dos grandes preocupaciones. Una es que tanto en el perfil abierto o en grupos, las imágenes compartidas en Instagram no suponen una visión neutra de la vida cotidiana si no una representación que el usuario conscientemente produce, explica Siles.
 
Por otro lado, apunta a la privacidad de la información. “Se supone que uno garantiza a sus informantes la privacidad de los datos pero no puedo dar garantía de nada en Instagram, porque no controlo el servidor”, agrega.

Enlace al estudio en la revista Métode