08/12/11

Acceso abierto libera potencial de investigación local

El sistema tradicional de publicación en revistas no sirve a las necesidades de los países en desarrollo Crédito de la imagen: Flickr/moonlightbulb

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El sistema tradicional de publicación de investigaciones no satisface al mundo en desarrollo, pero el acceso abierto abre nuevos caminos, dice Leslie Chan.

El acceso libre e irrestricto a los resultados de investigaciones y publicaciones, conocido como acceso abierto (AA), es clave para acelerar los descubrimientos científicos. También hay cada vez más evidencia de que el AA maximiza el impacto de la investigación a través de una mejor diseminación y comprensión de los hallazgos científicos.

Pero, ¿cómo podemos hacer que esto sea un esfuerzo verdaderamente global y sustentable? Eso fue lo que se discutió en la reciente conferencia de acceso abierto Berlin 9, en Washington DC.

Allí hubo un tema recurrente: que en el actual ambiente altamente interconectado y abierto al conocimiento, el tradicional sistema de comunicación académica  —con los artículos en revistas comos como figura central— ya no puede ser útil para las diversas  necesidades de estudios y descubrimientos.

Los métodos convencionales para evaluar el impacto de la investigación basándose en las citas en revistas, particularmente la dependencia del factor de impacto de revistas de Thomsom Reuter, deben ser reconsiderados y rediseñados para reflejar nuevas prácticas académicas y los diversos medios de participación surgidos del AA y de la nueva ola de herramientas de Internet (Web 2.0).

El AA ofrece una oportunidad de repensar qué constituye el impacto de una investigación, cómo recompensar los estudios y cómo alentar la colaboración en la investigación, temas de particular importancia para el mundo en desarrollo.

Énfasis en el atractivo internacional

 

Por mucho tiempo, la evaluación de la investigación en el mundo en desarrollo ha seguido de cerca las prácticas y mediciones creadas por las naciones más ricas. Incluso organizaciones como las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) continúan reforzando el uso del factor de impacto de las revistas y el registro de patentes como medidas del rendimiento de la investigación nacional.

Como el factor de impacto está fuertemente sesgado hacia las revistas del mundo desarrollado, los investigadores de los países más pobres han sido alentados a publicar en revistas internacionales indexadas en vez de revistas nacionales o locales, como una forma de obtener reconocimiento institucional y nacional.

Esto ha hecho mucho para cambiar el énfasis de la investigación hacia temas que atractivos para un público internacional, ocultando las agendas locales de investigación.

También hay un creciente énfasis en los rankings de universidades como indicadores de excelencia, basados principalmente en la productividad de la investigación. Ejemplos destacados son el ranking mundial de universidades Times Higher Education y el Ranking Académico de las Universidades del Mundo.

Esto significa que el factor de impacto continúa dominando la evaluación de la investigación a pesar de las críticas generalizadas de una cobertura sesgada y una metodología defectuosa subyacente en su cálculo.

En ninguna lugar esto es más evidente que en China, donde a los investigadores y las instituciones se les otorgan incentivos en dinero efectivo para publicar en revistas de alto nivel internacional. Esto es visto como esencial para impulsar la presencia de China en la ciencia mundial.

Así, mientras la producción total de publicaciones científicas de China medida por la Web of Science de Thomson Reuters ahora se encuentra solo segunda detrás de Estados Unidos [1], el enfoque en el reconocimiento externo socava la investigación de importancia local y desincentiva el que el gobierno se centre en políticas y financiamiento localmente relevantes.

Apertura para desbloquear el potencial

Este no debería ser el modelo que imiten los países en desarrollo. En cambio, quienes desarrollan las políticas deberían alentar la experimentación con prácticas que aprovechen el potencial de la apertura en investigación, datos, códigos fuente, recursos educativos e innovación.

Los depósitos abiertos para publicaciones y datos, nuevas herramientas para el descubrimiento de conocimientos y nuevas formas de representación y visualización, pueden brindar oportunidades atractivas para las innovaciones en comunicación académica. Algunos ejemplos son la Red de Código Abierto de Descubrimiento de Fármacos y el Depósito de Acceso Abierto Virtual de Agricultura y Acuicultura.

Estamos viendo el surgimiento de lo que la experta en política de innovación Caroline Wagner llama el “nuevo código invisible” [2], donde los investigadores colaboran más allá de las disciplinas y las fronteras nacionales, guiados por intereses comunes en lugar de por agendas de financiación internacional.

Este es un buen momento para las instituciones de investigación con una emergente capacidad de superar a las naciones pudientes mediante la adopción de mejores mecanismos para el intercambio de conocimientos. Y ellas pueden estar en mejores condiciones para adaptarse e innovar, pues no están obligadas por la tradición.

Señales hacia un camino abierto

Los políticos y los investigadores deben empezar a aprovechar esas capacidades. Esto significa pensar más allá de los confines del factor de impacto y hacia nuevas formas de mediciones académicas permitidas por las redes sociales y las herramientas de interacción en redes.

Un desarrollo alentador, anunciado en la reunión Berlín 9, es el plan del Banco Mundial para brindar acceso abierto a la investigación que financia bajo una licencia similar a la Creative Commons, una clara señal de que la organización está empezando a ver los vínculos entre la apertura y la innovación.

Recientemente, UNESCO presentó el Portal de Acceso Abierto Global para movilizar y coordinar iniciativas de AA entre sus estados miembro. Este retraso en la escena del AA podría duplicar los esfuerzos existentes, pero la acción de UNESCO es importante y debería alentar a otros organismos de la ONU a asumir compromisos serios con el AA.

Y la reunión del próximo año, Berlín 10 Acceso Abierto, será organizada por la Universidad Stellenbosch de Sudáfrica, haciendo su primera aparición en un país en desarrollo. Será un buen momento y lugar para hacer un balance del progreso en la reevaluación de las medidas predeterminadas para la calidad de investigación.

Tal como el rápido crecimiento de los dispositivos móviles en muchas partes de África ha impulsado innovaciones en emprendimientos sociales, aplicaciones móviles de salud y oportunidades educativas, también la ciencia en red basada en el AA podría ser una fuente de innovación y de resolución de problemas locales en el mundo en desarrollo.


Leslie Chan es director de Bioline International, una colaboración de publicaciones electrónicas sin fines de lucro, y supervisor del programa de Estudios de Desarrollo Internacional de la Universidad de Toronto.