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[SAN JOSE] Por primera vez en la historia, representantes de diversas carteras de los gobiernos de Centroamérica se unieron para buscar regulaciones regionales en torno a la comercialización en el área de productos transgénicos, para garantizar la seguridad alimentaria  y nutricional de  la población.


Ministros, viceministros y representantes de Salud Pública, Agricultura y Ambiente de  Belice, Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá se reunieron el 24 y 25 de junio pasado en la capital guatemalteca, para conversar también sobre el desafío de la región en torno al aprovechamiento y conservación de los recursos hídricos.


La máxima intención de la cita fue lograr una agenda compartida, con un enfoque integral y una visión regional, para ser aplicada en el corto plazo, dirigida a definir estrategias y planes de acción concretos sobre esos temas, con miras a una futura integración regional.


“Iniciamos una discusión, porque en Centroamérica no existe hasta la fecha una legislación real en torno al tema de los transgénicos”, afirmó el ministro de agricultura de Nicaragua, José Augusto Navarro, quien agregó: “Tenemos que tener las mismas regulaciones y prohibir los mismos productos” de cara a una eventual integración centroamericana.


En ese sentido, los ministros acordaron pedir al Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) con sede en San José, Costa Rica; al Centro de Investigación y Educación de Agricultura Tropical, y al Organismo Internacional Regional de Sanidad Agropecuaria, ubicados en El Salvador, que redacten un documento conjunto el cual sirva de marco de referencia para la toma de decisiones.


Aunque no se estableció un plazo para la redacción del documento, sí se acordó que las tres instituciones deberán hacer un inventario de la diversidad genética de la región, para protegerla y explotarla en el futuro. “Tenemos que hacer un trabajo conjunto para garantizar cada vez más la sanidad e inocuidad de los productos para exportación y para proteger la salud de nuestra población”, detalló Navarro.


El ingreso de productos genéticamente modificados a los países de la región ha causado el rechazo, como en otras partes del mundo, de diversos grupos ambientalistas, que exigen a las autoridades gubernamentales un pronunciamiento claro en torno al tema.


La polémica se ha agudizado luego de que, en diciembre y enero últimos, Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica, firmaron un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, el cual, según los ecologistas, trae implícita la comercialización de algunos productos transgénicos, y que deberá ahora ser ratificado por los congresos de cada uno de los países.


En Centroamérica, hasta el momento, solamente en Costa Rica se desarrolla investigación científica en reproducción de semillas transgénicas para la exportación, principalmente en banano y arroz.