21/02/15

Aumento en olas de calor presiona planeación de ciudades

Heatwave Cities
Crédito de la imagen: Ivor Prickett / Panos

De un vistazo

  • Ciudades alrededor del mundo sufren más olas de calor y ‘noches de calor extremo’
  • Quienes viven en refugios inadecuados de viviendas informales son los más vulnerables
  • Las temperaturas pueden ser manejadas usando más espacios verdes y la sombra

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Ciudades alrededor del mundo son propensas a sufrir más olas de calor en el futuro lo cual llevaría a la necesidad de regular el planeamiento y el enfriamiento urbano, según un estudio.
 
La investigación encontró que entre 1973 y 2012 se presentó un aumento significativo en el número de olas de calor, lo cual afectó a las 217 áreas urbanas alrededor del mundo que formaron parte del estudio.
 
También halló que casi dos tercios de las ciudades experimentaron aumentos significativos en ‘noches de calor extremo’, tan cálidas como la temperatura mínima diurna. Estas noches son peligrosas pues significa que las personas no tienen un respiro para los días calurosos.
 
Mientras que el cambio climático progresa y las ciudades se vuelven más densas, estos problemas podrían ser exacerbados, dicen los autores del estudio publicado el 29 de enero en Environmental Research Letters.
 
Vimal Mishra, autor principal del estudio e ingeniero en el Instituto Indio de Tecnología, Gandhinagar, dice que es particularmente importante entender los cambios en el clima urbano, dado que se prevé cerca del 70 por ciento de la población mundial viviendo en ciudades para el 2050.
 
Las ciudades grandes generan sus propios microclimas, llamados islas de calentamiento urbano. Este efecto significa que las temperaturas en áreas urbanas son mayores que aquellas en las áreas urbanas circundantes, explica Diane Archer, una investigadora del Instituto Internacional para el Ambiente y el Desarrollo, organización de investigación en políticas.
 
“Esto se da porque la concentración de edificios captura más calor durante el día y se libera más lentamente durante la noche que la cobertura natural del suelo, como la vegetación”, indica la investigadora.

“Sus casas pueden no estar diseñadas para hacer frente a temperaturas crecientes, y no tener acceso a electricidad para usar ventiladores, o incluso medios financieros para pagar mecanismos de enfriamiento”.

Diane Archer, IIED

 
El estudio implica que el manejo de la ciudad y la planificación urbana serán más importantes a medida que las olas de calor incrementan en las ciudades. Las temperaturas urbanas pueden ser manejadas al incluir en la ciudad una mayor cantidad de espacios verdes y abiertos, al proporcionar lugares a la sombra y con fuentes de agua, y al construir las casas con mecanismos efectivos de enfriamiento, tales como persianas, ventilación y techos altos.
 
Los autores del estudio, residentes en India y Estados Unidos, quieren investigar más sobre las demandas que las olas de calor imponen a las necesidades de la vivienda urbana.
 
Archer señala que una gran proporción de los habitantes de las ciudades viven en países en vías de desarrollo, donde el planeamiento urbano es escaso. “Usualmente los residentes más vulnerables viven en refugios inadecuados en viviendas informales”, indica. “Sus casas pueden no estar diseñadas para hacer frente a temperaturas crecientes, y pueden no tener acceso a electricidad para usar ventiladores, o incluso medios financieros para pagar mecanismos de enfriamiento”.
 
Las personas que trabajan al aire libre y aquellas que tienen problemas de salud también son más vulnerables a temperaturas extremadamente altas, advierte Archer. Finalmente, indica, las olas de calor ponen tensiones adicionales en los suministros de agua municipales.
 
Debido a la gran variedad de capacidades de planeamiento de las ciudades, el estudio ha sido criticado por presentar a las ciudades como un concepto homogéneo, sin diferenciar sus distintas estructuras y necesidades.
 
“Es probable que las megaciudades presenten diferentes extremos climáticos en comparación con áreas urbanas más pequeñas”, dice Carlos Nobre, presidente de la Comisión Nacional de Meteorología en Brasil. El estudio se hubiera beneficiado al categorizar las ciudades por su tamaño, agrega.
 
>Enlace al artículo completo en Environmental Research Letters (en inglés)