05/08/14

Cómo involucrar la ciencia con la política del desarrollo

Global science_Panos.JPG
Crédito de la imagen: Chris Stowers / Panos

De un vistazo

  • Nuestros titulares a menudo se enfocan en voces de la ciencia que claman atención política
  • Científicos tienen limitadas capacidades y experiencia para hacer lobby como sector
  • Un público general más alfabetizado en ciencia ayudará a tener políticas basadas en ciencia

Enviar a un amigo

Los detalles proporcionados en esta página no serán usados para enviar correo electrónico no solicitado y no se venderán a terceros. Ver política de privacidad.

Quejas de la comunidad científica por atención política demuestran un problema cotidiano que exige nuevos enfoques.

SciDev.Net fue esencialmente creada en respuesta a una relación problemática entre la gobernanza y la ciencia: hay algunos enlaces entre el manejo de bienes públicos en el desarrollo global –salud y educación, por ejemplo– y el aprendizaje y las oportunidades que la investigación científica y la tecnología pueden ofrecer.

Nuestra preocupación con este problema ha derivado en varios éxitos a lo largo de los años; de hecho, una noticia contribuyó a poner a la ciencia en la agenda pública en Madagascar, así como una historia que permitió a los medios locales pedir cuentas sobre la ciencia y la tecnología al presidente peruano.

Sin embargo, esto también ha dado lugar a un tipo particular de titular –algo que podría parecerse a una voz quejumbrosa de la ciencia por atención política.

Ciencia marginada

Recientemente hemos visto muchos ejemplos similares, en historias que presentan la gobernanza en desarrollo y en la planificación de desarrollo local en los pequeños estados insulares.

Uno de estos titulares está relacionado con una historia particularmente alarmante: Ciencia lucha por ocupar un lugar en borrador de ODS. En ella se sugiere que las oportunidades para que los científicos influyan en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) ahora son limitadas, dado que las metas que deben ser determinadas por evidencia científica se están dejando en manos de la conveniencia política –a pesar de evidencia contundente. Esto desilusiona a aquellos que, como el Consejo Internacional para la Ciencia, han estado esperando aportes sostenidos y sustantivos.

Curiosamente, el artículo evidencia que la comunidad internacional considera a la comunidad científica al igual que el resto de la sociedad civil, que tiene oportunidad de hacer lobby. Pero los científicos tienen mucha menor capacidad para hacer lobby como sector.

La verdad es que estas historias reflejan importantes fallos en la gobernanza global y deben ser sacados a la luz. Sin embargo, la familiaridad de este tema puede ser desalentadoramente repetitiva para científicos, periodistas, y lectores.

Ignorar estas historias no es una opción. Pero para entender qué se puede hacer, más allá de una cobertura noticiosa objetiva, SciDev.Net y otros deben poner más empeño en entender qué está en el corazón del reto de involucrar la ciencia con la gobernanza para el desarrollo.

Gran parte del problema es que la ciencia está particularmente poco adaptada para la política. Al pronunciar la Conferencia en Memoria de David Dickson la semana pasada, Chris Whitty, principal asesor científico del Departamento de Desarrollo Internacional del Reino Unido, enfatizó la diferencia entre profesionales técnicos que implementan políticas y los funcionarios que las ratifican. En efecto, dijo, vemos que estos papeles serían intercambiables a nuestro propio riesgo– ¿quién querría que un político construyese un puente?

Una posición un poco más filosófica la tomó el ex presidente de Ciencia para la Paz, Anatol Rapoport, en 1992 cuando escribió que la preocupación científica por la objetividad y la evidencia la hizo impermeable al adoctrinamiento, mientras que la ideología y el carisma son el oxígeno de un despacho político.

Tres puntos de vista sobre el reto

Así, ¿qué se puede hacer? Existen tres formas de asumir este reto.

Para empezar, volvamos a los ODS. Al iniciar este mes Jeffrey Sachs, jefe de la Red de Soluciones de Desarrollo Sostenible, se mostraba optimista con respecto al potencial papel de la ciencia en las negociaciones. Él creía que la ciencia podía influir de muchas maneras en el discurso alrededor de la política, no solo mediante la búsqueda de citación de la evidencia en documentos políticos.

Por ejemplo, Sachs vio a la ciencia como la que provee el marco que sustenta el ‘borrador cero’ de los ODS, basándose en conceptos tales como los límites planetarios y la era del Antropoceno. También vio este documento como un mapa estructural presentando los principios organizativos para movilizar y asignar aportes científicos entre y dentro de los sectores en desarrollo. Esto habla del valor de buscar varias formas de influencia.

El primer paso es desalentar a la comunidad científica de que vea su propia exclusión como inevitable e insuperable”.

Nick Ishmael Perkins

En la conferencia de la semana pasada, Whitty veía más específicamente a la economía política dentro de la cual opera la política para el desarrollo –y esta es la segunda manera de examinar el desafío de la política basada en la ciencia. Motivaba a los científicos a que construyeran alianzas con economistas, tomando en cuenta que la mayoría de altos funcionarios son economistas capacitados. Whitty no pensó que esto podría ser difícil, particularmente con micro-economistas, dadas sus preocupaciones epistemológicas compartidas, por no hablar de su idioma.

En efecto, la investigación de SciDev.Net (en inglés) ha señalado previamente este llamado a contar con más análisis socioeconómicos en historias de ciencia. Y, sin duda, un módulo de economía diseñado para científicos debería ser un elemento clave de una educación para la investigación de calidad, al igual que los derechos de las personas con alguna discapacidad son parte de la formación de los arquitectos. Así como sucede en arquitectura, si un científico tiene esta capacitación, esto demostrará su ambición y la calidad de su educación.

Finalmente, podríamos aprender de las hipótesis de Rose, a las cuales Whitty hizo referencia. Hace un par de décadas, el epidemiólogo Geoffrey Rose sugirió que la enfermedad cardiovascular sería mejor tratada al disminuir la presión arterial promedio de la población en general, en vez de enfocarse únicamente en aquellos con presión anormalmente alta.

En el contexto de política basada en la ciencia, esto significaría alfabetizar al público en la ciencia, en contraposición a proveer de un acceso de alto nivel a responsables políticos para científicos seleccionados. El razonamiento en este caso es el mismo pero con otra cuestión: los políticos establecen su agenda, y presupuesto, de acuerdo con lo que ellos creen que les puede generar votos.

Usar todas las tácticas

Estos tres enfoques no son excluyentes entre sí; y son muy útiles para SciDev.Net y para sus pares, aunque cada uno de ellos requiera un cierto número de pasos para ser alcanzado.

Sistemas complejos como la forma en que la política funciona en nuestras sociedades sugeriría que, para tener impacto, la comunidad científica debe utilizar todas las tácticas. La complejidad también significa que no existe un único enfoque que funcione siempre.

El primer paso, entonces, es desalentar a la comunidad científica de que vea su propia exclusión como inevitable e insuperable. En su lugar, la meta debería ser inspirar ingenio y confianza.

Podemos hacerlo dando crédito a las historias donde la ciencia ha hecho una diferencia en la toma de decisiones públicas, aunque, en principio, parezca que haya poco que celebrar. Y por eso, esta semana, recomiendo leer Cabildeo de último minuto de UNESCO le da éxito a la ciencia en los ODS (en inglés).

Nick Ishmael Perkins es el director de SciDev.Net. @Nick_Ishmael

La versión original de este artículo se publicó en la edición global de SciDev.Net