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Las conferencias pueden ser una buena fuente de historias periodísticas si uno planifica, investiga e interactúa con los participantes, dice K. S. Jayaraman.

Las revistas científicas suelen ser la principal fuente de noticias que utilizan los periodistas científicos, porque en ellas los investigadores acostumbran a publicar sus resultados. Pero una fuente alternativa, especialmente útil para conocer los antecedentes de un tema o anticiparse a futuras noticias, son las reuniones y conferencias que organizan los científicos y sus asociaciones con el fin de compartir hallazgos e intercambiar información sobre proyectos de investigación.

De una conferencia no se puede esperar una “primicia” y ni siquiera una historia noticiosa muy importante; estos encuentros rara vez son el foro donde se anuncian los grandes descubrimientos de la ciencia.

Sin embargo, aunque no generen historias noticiosas, las conferencias constituyen una oportunidad para retomar el contacto con las viejas fuentes y entablar relaciones con las nuevas. De hecho, los contactos personales son la tercera fuente más importante de noticias científicas.

Durante las conferencias hay posibilidades de ver y entrevistar cara a cara a los científicos más destacados. Con o sin noticias, proporcionan la experiencia educativa que siempre necesita un periodista científico para mantenerse informado y actualizado.

De todo tipo y envergadura

Informar acerca de estas conferencias plantea sus desafíos particulares. Existe una serie de técnicas que se pueden emplear antes, durante y después de una conferencia para sacarle el máximo provecho a la cobertura.

Una de ellas es llevar una agenda de actividades científicas venideras con la ayuda de portales como EurekAlert y AlphaGalileo, así como los que ofrecen las asociaciones profesionales, academias de ciencias y universidades de cada país.  

Pequeñas recepciones, reuniones científicas en universidades o academias de ciencias, al igual que talleres, seminarios y sesiones de creatividad, pueden ser de alto valor informativo porque los científicos suelen hablar con mayor libertad en contextos relativamente privados como éstos. Una buena idea es conseguir invitación a estos espacios, ya que es más probable obtener “primicias” o exclusivas en las reuniones menos formales que en las grandes conferencias.

No obstante, hay que asegurarse de estipular de antemano si lo que allí se discuta podrá reproducirse o será extraoficial, y de que todos los participantes sean conscientes de la presencia del periodista.

Será necesario estar dispuesto a asistir a todo tipo de conferencias científicas porque cada una tiene su utilidad. Pueden ser locales, regionales o internacionales (caracterizadas éstas por la amplia gama de nacionalidades de sus participantes) y de diferente envergadura.

Las pequeñas reuniones sobre temas específicos, por ejemplo nanomateriales, células madre o biocombustibles, tienden a ser más fáciles de cubrir porque suelen incluir menos sesiones.

En cambio, conferencias enormes como las reuniones anuales de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia o la Sociedad Química de Estados Unidos (en 2008, 12.000 químicos asistieron a esta última y hubo más de 9.000 charlas y presentación de afiches) requieren preparación previa, sobre todo si el periodista cubre la reunión solo.

Además, informar sobre ciertas reuniones puede ser enloquecedor. Por ejemplo, el Congreso Indio de Ciencia, un encuentro anual que dura una semana, parece más una excursión para miles de científicos (muchos de los cuales van con su familia) que una reunión científica. Obtener una historia noticiosa en esos festivales depende más de la suerte que del talento. Pero la otra cara de la moneda es que uno tiene la oportunidad de conocer a los máximos responsables nacionales de formular políticas científicas, todos reunidos en un solo lugar.

Inscripción, investigación y reconocimiento

El secreto para cubrir con éxito cualquier conferencia, grande o pequeña, está en la preparación.

Primero, hay que constatar si es necesario inscribirse con antelación. Incluso en calidad de periodista, puede que el proceso para la participación exija unos requisitos en algunas conferencias. E inscribirse muchas veces puede ser interesante por los beneficios indirectos que implica, como invitaciones a recepciones y cenas (en las que se puede conversar con los conferenciantes) o la reserva de un asiento en el autobús para visitar algún lugar de interés.

Si uno se va a alojar en un hotel durante todo el tiempo que dura la conferencia, es conveniente elegir el mismo al que van los organizadores y disertantes, ya que de esta manera es más fácil toparse con la gente que a uno le interesa entrevistar.

No se puede llegar a la conferencia sin un listado de las historias que a juicio del periodista haya identificado como prioritarias. La lista debe ser breve, pero hay que asegurarse de incluir algún tema polémico que vaya a discutirse en el encuentro, por ejemplo la fusión fría o los cultivos transgénicos.

Por lo general, los organizadores y el portal de la conferencia ofrecen por anticipado los resúmenes de las ponencias, los programas y el listado de conferenciantes.

Cuando ello ocurre, es importante aprovechar esta información para seleccionar los temas por cubrir e investigar los antecedentes para estar al día y poder formular preguntas a los oradores.

Un periodista emprendedor, con plazos exiguos que cumplir, tiene el 60 por ciento del trabajo realizado y hasta un bosquejo de la historia listo incluso antes de que el científico empiece a hablar.

También es aconsejable estudiar el perfil de los científicos que estarán a cargo de las principales presentaciones y hablarles por teléfono o enviarles un correo electrónico para “reservar” una entrevista durante la conferencia. Un orador estrella estará muy solicitado en ese momento, sobre todo por parte de la televisión y la radio.

Aunque uno sea bueno tomando notas, puede ser útil llevar grabador, por si es necesario contar con citas textuales de alguno de los oradores que tal vez deba salir corriendo a tomar un avión después de la exposición y no se encuentre disponible para aclarar las observaciones que hizo en la presentación formal.

Es mejor escribir pocas historias contundentes, bien documentadas y que incluyan comentarios de otras fuentes, que muchas historias con poco sustento, que desde luego surtirán escaso efecto.

Durante la conferencia

Hay que sacarle provecho a la sala de prensa. Además de organizar sesiones informativas frecuentes que pueden convertirse en la principal fuente de noticias, normalmente ayuda a los periodistas a concertar entrevistas con oradores importantes.

No es una buena idea salir apenas terminan las exposiciones. La ronda de preguntas y los comentarios que se hacen al final muchas veces proporcionan un ángulo para la historia, en especial si una persona del auditorio saca a la luz alguna cuestión significativa que el orador no abordó o incita al disertante a ser más enfático en la expresión de sus puntos de vista.

Conviene mezclarse con los oradores en la pausa para el café o el almuerzo, y también en las cenas que se organizan. Son ocasiones especiales para ponerse al tanto del cotilleo y enterarse de polémicas que tal vez no se traten en público en la sala principal. También sirven para pescar información extraoficial sobre nuevas iniciativas que están promoviendo los investigadores y que se pueden seguir más adelante.

No menosprecie las sesiones de afiches: algunos de ellos pueden ser el inicio de una gran noticia en el futuro.

También hay que prestar atención a los puntos de vista que expresan manifestantes u organizaciones no gubernamentales. Dada la potencial cobertura mediática de las grandes conferencias, éstos las escogen para hacer oír su voz sobre temas polémicos, como el cambio climático o los organismos modificados genéticamente.

Manténgase informado a través de las carteleras de anuncios y no olvide estar atento a los comunicados para evitar sorpresas y desilusiones. Sesiones no programadas, charlas que se cancelan, cambios de lugar y hora son habituales en las conferencias y podrían desbaratar la cobertura prevista.

En las grandes conferencias, suelen celebrarse sesiones paralelas de interés en diferentes salas y es probable que uno se pierda alguna presentación que se superpone con otra. En estas situaciones, hay que acercarse a los oradores y tratar de conseguir una copia de la presentación de antemano o concertar una entrevista para después de la charla.

El momento de escribir

Es necesario adaptar el “gancho” de la noticia a la audiencia del medio que representa el periodista: nacional o mundial, científicos o público general.

Si es una historia internacional, hay que encontrarle el enfoque local para que el editor se entusiasme y ubique la noticia en un lugar más destacado. Por ejemplo, el anuncio de una vacuna para el dengue en una conferencia internacional realizada en Nueva Delhi irá a la portada de un periódico local si la conferencia coincide con la temporada crítica del mosquito en Delhi.

También es útil incluir una o dos líneas sobre algún participante destacado para añadir una nota de color y aumentar la lecturabilidad de la historia.

Uno de los posibles riesgos es ceder a la tentación de difundir afirmaciones científicas no comprobadas, que serían rechazadas en una revista con sistema de evaluación por pares. Hay que procurar no dar cabida a científicos que hacen afirmaciones grandilocuentes solo en busca de notoriedad, especialmente si no se puede equilibrar la historia con comentarios de otros participantes de la conferencia. Hay que hacer hincapié, si corresponde, en que los resultados aún no se han publicado y son por tanto preliminares.

Del mismo modo, en las conferencias patrocinadas por corporaciones privadas o empresas multinacionales, hay que tener mucho cuidado con las presentaciones que tienen como fin primordial promover sus intereses comerciales, más que dar a conocer novedades con rigurosidad científica.

De manera que si uno ama la ciencia, disfruta el encuentro con científicos de diferentes nacionalidades, quiere actualizar sus conocimientos o necesita hacer un curso intensivo sobre determinado tema científico, no puede rechazar el encargo de cubrir una conferencia científica. Éstas son un manantial de ideas para historias noticiosas, tanto en lo inmediato como de cara al futuro.

Sin embargo, no olvide hacer los deberes antes de poner un pie en la sala de conferencias, si no quiere sentirse que navega a la deriva en alta mar.