24/11/21

Q&A: Grupo científico de la OMS investigará origen de COVID-19

Carlos Morel
Carlos Morel, biólogo molecular y médico brasileño, forma parte del grupo científico internacional que investigará orígenes de COVID-19. Crédito de la imagen: Cortesía del Dr. Carlos Morel para SciDev.Net

De un vistazo

  • La OMS nombró un nuevo equipo de expertos para investigar orígenes de COVID-19
  • Seleccionados entre más de 700 postulantes, los 26 miembros provienen de diferentes áreas
  • La primera reunión se realizó virtualmente el 23 de noviembre

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Veintiocho científicos internacionales, reunidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el recién creado Grupo Asesor Científico para el Origen de los Nuevos Patógenos (SAGO por sus siglas en inglés), investigarán la aparición del nuevo coronavirus que causó la enfermedad de COVID-19 y también prestará atención a otros posibles brotes.

A principios de 2021, la OMS envió un equipo de expertos a Wuhan, la ciudad china donde se detectó por primera vez el SARS-CoV-2, para investigar los orígenes del virus. Después de cuatro semanas, el equipo concluyó que la transmisión del virus desde murciélagos a humanos a través de otro animal fue el escenario más probable, y que una fuga de laboratorio era “extremadamente improbable”.

Sin embargo, esta primera misión de la OMS estuvo envuelta en controversias debido a conflictos de intereses no declarados de parte de algunos miembros.

Por eso, la OMS decidió crear otro equipo, con un proceso de selección más exhaustivo, que recibió más de 700 solicitudes. Después de una consulta pública de dos semanas, la OMS abrió las solicitudes y el 9 de noviembre agregó dos nombres adicionales a la lista de expertos, para un total de 28.

Su primera reunión se llevó a cabo virtualmente el martes 23 de noviembre. En esa reunión, Marietjie Venter, de la Universidad de Pretoria, Sudáfrica, fue nombrada presidenta del grupo, y Jean Claude Manuguerra, virólogo del Instituto Pasteur en Francia, fue nombrado vicepresidente.

El renombrado científico alemán Christian Drosten, del Instituto de Virología de Charite en Berlín, y Yungui Yang, subdirector del Instituto de Genómica de Beijing, se cuentan entre los miembros.

Hay dos especialistas de América Latina: María Guzmán, jefa del Centro de Investigación, Diagnóstico y Referencia del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kouri en Cuba; y Carlos Morel, director del Centro de Desarrollo de Tecnologías Sanitarias de Fiocruz, en Brasil.

Morel, de 78 años, biólogo molecular y médico, tiene amplia experiencia en investigación y colaboración con varios grupos internacionales que trabajan en enfermedades desatendidas, especialmente la enfermedad de Chagas. Durante cuatro años fue presidente de Fiocruz, la institución científica más reconocida de Brasil, y durante cinco años se desempeñó como director de un programa de investigación en enfermedades tropicales de la OMS en Ginebra.

Morel habló con SciDev.Net sobre la misión del grupo.

¿Cuáles son los principales objetivos de este comité?

No solo se ocupará de esta pandemia (Sars-CoV-2) sino de otras que se avecinan. Ha sido creado para ir más allá del comité anterior, que fue designado para investigar los orígenes de Sars-CoV-2, y fue fuertemente criticado por varias razones. Primero, por conflictos de intereses no declarados. Uno de los miembros tenía un proyecto con un laboratorio en China y dijo que no tenía ningún conflicto de intereses que declarar.

El informe de ese comité dijo que no había evidencia para determinar el origen del virus. La presión sobre la OMS ha comenzado a aumentar, ya que a medida que pasa el tiempo se hace más difícil saber qué sucedió. Creo que optaron por una operación diferente; vieron los errores y pensaron en una nueva estrategia.

El primer cambio es que el criterio principal [para elegir a los miembros] ya no fue la experiencia científica, sino la representatividad. Primero, de países: hay 26 personas de 26 países [al momento de la entrevista aún no se habían incorporado los 2 nuevos miembros]. En segundo lugar, de las experiencias. Las áreas son bastante variadas: bioseguridad, biología molecular, informática, epidemiología, virología y otras. También apuntaron al equilibrio de género.

Este comité es una especie de mini-Asamblea Mundial de la Salud, con representantes de países desarrollados, intermedios y en desarrollo.

¿Qué se puede hacer para prevenir nuevos brotes o futuras pandemias?

Medidas clásicas de salud pública. No se pueden permitir los mercados donde las personas están en contacto cercano con animales vivos o sacrificados. Tenemos que intentar detener estos contactos entre humanos y animales.

Cuando trabajaba en la OMS, el mayor temor de los epidemiólogos era la aparición de un “Ébola con alas”, un virus transmitido por el aire tan peligroso como el Ébola. Eso es lo que estamos viendo ahora mismo con el coronavirus.

El mundo no está preparado para hacer frente a una pandemia tipo ébola, según Morel. Crédito de la imagen: Vincent Tremeau/Banco Mundial/Flickr, bajo licencia Creative Commons (CC BY-NC-ND 2.0).

La OMS debería tener pautas claras para prevenir este tipo de comercio de animales vivos o mercados como el de Wuhan.

Otro paso es tener sistemas de vigilancia que no solo sean muy activos, sino que no oculten los datos. En todos los países donde comenzó una epidemia, China y en todas partes, los políticos decidieron que “es mejor no decir nada para que el turismo no sufra”.

China aprendió por las malas. Primero no hicieron nada y lo encubrieron para evitar problemas, y eso hizo que [los casos] se dispararan.

La OMS tiene la intención de analizar muestras de sangre recolectadas en Wuhan antes de la pandemia. ¿Qué tipo de información podrían brindar?

Necesitamos tener información sobre las muestras y los virus que circulaban en ese momento.

Creo que la primera tarea es ganarnos la confianza de todos los países, especialmente China. Si China ve esto como un comité imparcial que intenta resolver un problema que podría ayudar a prevenir las próximas pandemias, no es imposible que China coopere.

El Instituto de Virología de Wuhan es un laboratorio de nivel 4 de bioseguridad y uno de los mejor equipados del mundo. Eso no quiere decir que sea inmune a las fugas. Pero está en el epicentro de la crisis. Conocí a la gente de allí y sé lo profesionales que son.

Había artículos que decían que el virus tenía un origen natural. Entonces otro grupo se opuso. El análisis de muestras clínicas recolectadas en ese momento puede dar una pista importante. Esperamos tener acceso no solo a eso, sino a lo que se ha hecho antes.

Esta investigación tuvo algunos desafíos políticos. ¿Eso se interpuso en el camino del trabajo?

Sí, lo hizo. Porque [en China] se congelaron. Seguramente los chinos continuaron trabajando y deben tener muchos datos que no fueron divulgados. Un área importante de controversia es la investigación de la “ganancia de función” (“gain-of-function”), esto es, la manipulación del virus para descubrir cómo puede ocurrir este salto. Estoy absolutamente en contra de este tipo de investigación, que es como jugar con fuego.

Muchos críticos acusan a China. Pero olvidan que la primera investigación de “ganancia de función” provino de Japón, de los Países Bajos y Estados Unidos. Ahí es donde empezaron a decir que esto es peligroso y no debería hacerse.

Después de dos años y un informe inconcluso, ¿cuáles son las perspectivas de descubrir el origen de Sars-CoV-2?

Se ha hecho más difícil. Pero, ¿cuál era la perspectiva de encontrar algo sobre el virus de la gripe española de 1918? Era cero, hasta el día en que descubrieron cuerpos congelados en Siberia y secuenciaron el virus, casi un siglo después.

La ciencia moderna tiene opciones impresionantes, especialmente la secuenciación de genes. Tendremos que utilizar nuestras herramientas más poderosas, pero dependeremos mucho de la cooperación de China.

Este pedido no es solo para esta epidemia, sino para todas las demás. Aprenderemos los procedimientos operativos estándar; reglas que deberán seguirse si hay una nueva epidemia.

Para la próxima pandemia espero que vuelva lo que intentó hacer el Proyecto Viroma Global [un proyecto que tenía como objetivo identificar miles de virus en la vida silvestre en todo el mundo en un esfuerzo por prevenir futuras pandemias]. Ahora buscaban un virus en estado salvaje que tenga una secuencia similar a la del nuevo coronavirus. Si hubieran buscado antes ya tendríamos un “atlas de virus”. Esto no es caro en comparación con los costos de la pandemia.

Algunos expertos abogan por dar más poderes a la OMS para que investigue los brotes. ¿Qué opina de esta propuesta?

Esta opción, para que sea posible, debe negociarse e implementarse. Actualmente, la OMS no tiene poder policial y solo ingresa a un país si se la invita formalmente.

Sé que hay presión por más poder. Sin embargo, esto no se decidirá en la OMS, sino en las Naciones Unidas.

Puede ser que, al igual que con un accidente nuclear, los países quieran que alguien vaya allí e investigue. Es posible que esta discusión se lleve a cabo en el comité. Pero la resolución debería suceder en una Asamblea de las Naciones Unidas.

La OMS es una agencia de cooperación, pero no tiene poder policial. A corto plazo no veo cómo [cambiar esto]. Es posible, e incluso deseable, que este tema sea objeto de discusión y que las propuestas sean remitidas a los órganos superiores.

“Creo que la gente se olvida demasiado rápido. […] La memoria humana se desvanece rápidamente, creemos que estamos a salvo y no hacemos prevención”.

Carlos Morel, director del Centro de Desarrollo de Tecnologías Sanitarias de Fiocruz, Brasil

¿Cree que el mundo está ahora mejor preparado para la próxima pandemia?

Depende del tipo de pandemia que se presente a continuación. Si tenemos otra epidemia respiratoria, tenemos las herramientas, las intervenciones no farmacéuticas. Pero si llega algo como el ébola, es completamente diferente.

Creo que la gente se olvida demasiado rápido. Esto sucede con el dengue, que se presenta cada pocos años. La memoria humana se desvanece rápidamente, creemos que estamos a salvo y no hacemos prevención.

Entonces, también necesitamos tener sociólogos, historiadores, en este grupo, para [estudiar] el comportamiento durante la pandemia.