25/04/06

La ciencia cubana se mira por dentro

Investigador cubano Crédito de la imagen: WHO/TDR/Crump

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La industria biotecnológica cubana cogió impulso, saltó la pértiga y rompió muchos récords, afirma la periodista científica Iramis Alonso Porro, en artículo publicado en Bohemia.


Si en un inicio la biotecnología cubana debutó como adaptador de técnicas creadas por otros, es un hecho que la transferencia inicial de la tecnología extranjera generó un proceso de aprendizaje que llevó a desplegar capacidades innovadoras propias, y desarrollar nuevos conocimientos que en ocasiones han tocado el techo tecnológico.


El país se ha propuesto vivir también de sus producciones intelectuales. Pero, ¿está en condiciones la comunidad científica nacional de corresponder a este propósito? ¿Ha dado la ciencia cubana todo lo que podría?


Diversas evaluaciones y análisis emergidos a la luz pública en los últimos meses, liderados por el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), a raíz de celebrarse los diez años del Sistema de Ciencia e Innovación Tecnológica, plantean algunas inquietudes y recomendaciones al respecto.


Todo indica la necesidad de una evaluación más exacta del valor del conocimiento a nivel nacional. El Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente anda en esa dirección.


“Los sesudos buscan atajar las causas que impiden un mayor impacto de los resultados de las investigaciones en la economía y la sociedad cubanas”, afirma la periodista en su artículo que evalúa, entre otros temas, el impacto del bloqueo económico de los Estados Unidos sobre la ciencia de la isla.


Enlace al artículo completo de Bohemia