Enviar a un amigo

Los detalles proporcionados en esta página no serán usados para enviar correo electrónico no solicitado y no se venderán a terceros. Ver política de privacidad.

[MONTEVIDEO] La situación del desarrollo científico e innovador en Uruguay es ‘preocupante’ porque, entre otros aspectos, la demanda nacional de conocimientos científico-tecnológicos es escasa, porque la oferta está concentrada en organismos estatales y porque la articulación entre ambas es muy débil, concluyó el estudio “Ciencia, Tecnología e Innovación en Uruguay”.


Elaborado por un equipo de investigadores de la Universidad de la República para el Banco Interamericano de Desarrollo, la investigación halló además que sólo una de cada tres empresas hizo tareas innovadoras en los últimos 15 años.


El 66 por ciento de los empresarios alegó que los obstáculos para innovar fueron “el reducido tamaño del mercado” y “las dificultades de acceso al financiamiento”.


El informe determinó que el país está en una “indigencia innovadora” que, según dijo a SciDev.Net Carlos Bianchi, uno de los autores, refiere a que ninguno de los indicadores del país en ciencia y tecnología alcanzan el nivel mínimo que se necesita para empezar un proceso de desarrollo productivo.


Según la investigación en la que se analizó información sobre diferentes estudios nacionales recientes, 61 por ciento del escaso porcentaje (0,25 por ciento) del producto bruto interno que se destina a la investigación y desarrollo lo financia el sector público y el resto proviene del sector privado.


Los autores del informe calcularon que 81 por ciento de los investigadores trabajan en la educación superior, sólo nueve por ciento lo hace en empresas y diez por ciento en el gobierno. Del total de estos profesionales, 33 por ciento se dedica a la ingeniería, tecnología y ciencias agrarias, le siguen las ciencias naturales y exactas con 31 por ciento, y luego la medicina y ciencias sociales, con 18 por ciento.


Para medir el resultado de la investigación y desarrollo, calculado según la cantidad de publicaciones científicas, los investigadores uruguayos produjeron, en promedio, más artículos que los de la región y solamente algo menos que los canadienses, chilenos o españoles.


En cambio, solicitaron pocas patentes y mayoritariamente lo hicieron expertos no residentes en el país.


Sin embargo, a pesar de las carencias identificadas, en las últimas dos décadas se crearon nuevas instancias de formación en universidades privadas y cursos técnicos y de postgrado en la institución estatal.


Esto permitió construir un núcleo “pequeño pero consolidado” de recursos humanos calificados lo que, destacó la investigación, hace prever que “no se está frente a una situación irreversible”.