21/02/22

Urge preservar la diversidad forestal en Sudamérica

arboles Sudamerica
Sudamérica alberga cerca del 40% de especies arbóreas aún no descriptas en el mundo, de acuerdo con un estudio mundial. Crédito de la imagen: Andrew Neild/Flickr, bajo licencia Creative Commons (CC BY-NC-ND 2.0)

De un vistazo

  • Estudio mundial que analizó biodiversidad forestal ofrece datos relevantes para su conservación
  • Estimó que Sudamérica alberga cerca del 40% de especies arbóreas aún no descriptas en el mundo
  • Menos de 0,1 por ciento son especies compartidas por los cinco continentes

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Para enfrentar la pérdida mundial de biodiversidad forestal causada por las actividades humanas debería priorizarse la conservación de árboles en Sudamérica, continente en el que se estima que aún existen más de 3.900 especies arbóreas por descubrir. Muchas de esas especies serían endémicas y estarían ubicadas en diferentes sitios de la cuenca del Amazonas y su interfaz con los Andes Amazónicos.

Según un estudio realizado por unos 150 especialistas de centros de cinco continentes publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), Sudamérica alberga cerca del 40 por ciento de las especies arbóreas aún no descriptas en el mundo, y el mayor número de las consideradas raras —con poblaciones muy bajas y una distribución espacial limitada— y por ello, más vulnerables al riesgo de extinción.

“Compartimos el planeta con criaturas increíbles como los árboles, cuya diversidad contribuye a apoyar tanto la naturaleza en sí misma como la sostenibilidad de la empresa humana, dado el papel que la diversidad forestal desempeña en la ralentización del cambio climático, proporcionando madera, alimentos y otros recursos y servicios”, dijo SciDev.Net Peter Reich, autor principal de la investigación.

Añade que priorizar la conservación y preservación de los bosques no solo es bueno para la naturaleza, sino también para los seres humanos.

“Ese beneficio mutuo para el ambiente y la economía hace que la urgencia de preservar la diversidad sea aún más importante”, afirma Reich, integrante del Departamento de Recursos Forestales de la Universidad de Minnesota, en Estados Unidos.

“Compartimos el planeta con criaturas increíbles como los árboles, cuya diversidad contribuye a apoyar tanto la naturaleza en sí misma como la sostenibilidad de la empresa humana, dado el papel que la diversidad forestal desempeña en la ralentización del cambio climático, proporcionando madera, alimentos y otros recursos y servicios”.

Peter Reich, Departamento de Recursos Forestales de la Universidad de Minnesota, Estados Unidos

Si bien conocer el cantidad y diversidad de árboles del mundo resulta fundamental para caracterizar y gestionar ecosistemas forestales y servicios ecosistémicos, los limitados datos disponibles —con desigual cobertura geográfica— dificultan la interpretación de esta problemática desde una perspectiva más amplia.

Al combinar información de bases de datos con la aplicación de métodos estadísticos, los investigadores estimaron la riqueza de especies de árboles a nivel de biomas, y desde la perspectiva continental y global.

Surge del estudio del PNAS que existen alrededor de 73.300 las especies de árboles en el mundo (14 por ciento más de lo señalado en estudios anteriores), de las cuales cerca de 9.200 aún no fueron descriptas.

Hallaron que Sudamérica presenta el mayor porcentaje de especies de árboles del planeta (43 por ciento), seguida de Eurasia (22 por ciento), África (16 por ciento), Norteamérica (15 por ciento) y Oceanía (11 por ciento).

Llamativamente, el porcentaje de especies compartidas por los cinco continentes es inferior a 0,1 por ciento, lo que resalta la importancia de preservar la diversidad de cada región.

El estudio determinó además que casi un tercio de la riqueza mundial de especies arbóreas se compone probablemente de especies raras, lo que pone de relieve la vulnerabilidad de la biodiversidad forestal a los cambios antropogénicos.

Pablo Peri, coautor del estudio, e integrante del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) en Argentina, dijo a SciDev.Net que “estimar el número de especies de árboles es esencial para informar, optimizar y priorizar los esfuerzos de conservación y uso sustentable de los bosques en todo el mundo”.

Por su parte, Jean-François Mas, del Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien no participó en el estudio, al ser consultado por SciDev.Net sobre la importancia de la investigación resaltó dos aspectos: la colaboración internacional lograda y el aporte de la ciencia abierta.

“Tiene autores de todos los continentes, a excepción de la Antártida, y se usaron bases de datos abiertas, como la “Global Forest Biodiversity Initiative” (GFBI), que contienen registros de cientos de miles de parcelas de muestreo de inventarios forestales, resultado de la contribución voluntaria de grupos de investigación que comparten sus datos”, explicó.

Añadió que “los resultados logrados ayudan a entender los mecanismos evolutivos que han generado hotspots de diversidad y predecir cómo esos mismos mecanismos pueden desarrollarse en el futuro”. También pueden ayudar a identificar los bosques más vulnerables al cambio global”, opinó.

Hugo Zerda, de la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad Nacional de Santiago del Estero (Argentina), calificó a la investigación de “extraordinaria”. “Frente a un escenario de cambio global y a fenómenos como la deforestación, que tienden a presionar sobre las especies arbóreas existentes en nuestro planeta, este trabajo sin dudas constituye una piedra angular en el conocimiento de base para la conservación global de ecosistemas terrestres”, resaltó.

Por su parte, Peri acotó que el trabajo del PNAS ayudará a inferir los mecanismos evolutivos que han generado diversidad y predecir cómo se desarrollarán esos mismos mecanismos en el futuro. “También pueden contribuir a evaluar qué sistemas pueden ser más resistentes o resilientes al cambio global”, dijo a SciDev.Net.

“Con una comprensión de los conjuntos totales de especies, es posible cuantificar los impactos de los esfuerzos regionales de conservación y, al mismo tiempo, mejorar la capacidad de predecir extinciones, gestionar puntos críticos de diversidad, o recolectar germoplasma”, subrayó.