20/04/15

Transición hacia buses limpios en América Latina

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Crédito de la imagen: Mauricio Osses

De un vistazo

  • Para 2020, 40.000 unidades de transporte colectivo en la región funcionarán con energías limpias
  • La medida surge de un acuerdo regional para reducir emisiones contaminantes del transporte colectivo
  • El compromiso fue asumido por ocho ciudades: Buenos Aires, Bogotá, Caracas, Ciudad de México, Curitiba, Quito, Río de Janeiro y Salvador de Bahía

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[BUENOS AIRES] Ocho ciudades latinoamericanas reemplazarán 40.000 buses de pasajeros por vehículos no contaminantes, a más tardar en 2020, anunciaron sus representantes gubernamentales durante el Primer Foro Latinoamericano de Alcaldes Miembros del Grupo de Liderazgo Climático (C40) realizado en Buenos Aires el 27 de marzo.
 
En la Declaración de Intenciones de una Ciudad de Autobuses Limpios, firmada en esa oportunidad, también acordaron reducir emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) antes de 2019.
 
Las ciudades que asumieron el compromiso son Buenos Aires, Bogotá, Caracas, Ciudad de México, Curitiba, Quito, Río de Janeiro y Salvador de Bahía. Sus flotas de transporte colectivo sumarán 114.655 unidades en 2020. Si 35 por ciento (unos 40.000 vehículos) abandona el combustible diesel, se ahorrarán 435.000 toneladas de emisiones anuales.
 
En abril de 2013, el C40 había difundido los resultados del Programa de Prueba de Autobuses Híbridos y Eléctricos, que midió el rendimiento de 17 vehículos en Bogotá, San Pablo, Río de Janeiro y Santiago de Chile.
 
“Las tecnologías que combinan diesel y electricidad registraron 26 por ciento menos emisiones de CO2 que las diesel”, destacó el ingeniero Mauricio Osses, del Centro Internacional de Estudios en Sistemas Sustentables.
 
En cuanto a los sistemas en funcionamiento, “Bogotá tiene 260 buses híbridos, mientras que otros circulan en San Pablo, Río de Janeiro y Curitiba”, explica Osses a SciDev.Net.
 
Además, la empresa BYD construye en Campinas una planta para producir 1.000 buses eléctricos al año.
 
“El Metropolitano de Lima es el sistema más avanzado en la implementación de flota limpia”, opina Nicolás Estupiñan, especialista en Transporte de la Corporación Andina de Fomento (CAF). Al igual que en Caracas, Cartagena de Indias y Medellín, se alimenta con gas natural.
 
En México, la CAF busca patrocinar un programa que, de los 30.000 buses a diesel actuales, transforme 20.000 a energías limpias. El principal reto es financiero. Un vehículo colectivo diesel articulado (de dos o más secciones y con capacidad de hasta 160 pasajeros) tiene un valor de 250.000 dólares, mientras que los híbridos son 25 por ciento más caros y los eléctricos, 50 por ciento.
 
En Argentina, el proyecto “Producción, purificación y aplicaciones del hidrógeno como combustible y vector de energía”, reunió a todos los centros de investigación en hidrógeno del país para desarrollar una tecnología aplicable a vehículos e instalaciones fijas.
 
Por su parte, el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) —un centro universitario privado— y Mercedes-Benz buscan crear un bus híbrido (hidrógeno-eléctrico) en 2017.
 
“Todos nuestros asociados están comprometidos con la implantación de buses eléctricos, a gas natural e híbridos”, asegura Luis Gutiérrez, secretario general de la Asociación Latinoamericana de Sistemas Integrados y BRT (SIBRT).
 
“El uso de energía eléctrica avanza con fuerza a través de trolebuses o buses adaptados con baterías”, agrega. Valparaíso, Guadalajara, Quito y Ciudad de México eligieron esas opciones, mientras que Asunción anuncia para 2017 un corredor con 200 unidades.
 
Estas iniciativas son cruciales para ciudades con problemas de movilidad y contaminación. Mientras que el dióxido de carbono constituye 60 por ciento de las GEI, 30 por ciento de esas emisiones corresponden al transporte.