10/04/17

Tecnologías de pesca, más peligrosas que cambio climático

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Kelvin Gorospe / NOAA

De un vistazo

  • Estudio analizó datos de captura y previsiones de pesca desde 1950 y los proyectó hasta 2100
  • Halló que tecnología puede devastar pesquerías silvestres si no se regula adecuadamente
  • Pico máximo actual de capturas no debe sobrepasarse hasta 2100 para mantener sostenibilidad pesquera

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[BUENOS AIRES]  Primero la tecnología y la sociedad, después el cambio climático: ese es el orden de los factores que alteran la cantidad de peces disponibles para la pesca, según la conclusión a la que llegó un grupo de investigadores tras analizar datos de capturas de largo plazo.

“Los pescadores todo el tiempo mejoran sus técnicas de pesca, debido a nuevos equipamientos, más conocimiento y tecnología.

Aunque esto no genera un gran cambio de un año a otro, es algo que se va sumando y que, en décadas, se vuelve más importante que cualquier otro factor”, dice Eric Galbraith, uno de los autores del trabajo publicado en la revista Nature (27 de marzo).

“El cambio climático reduce gradualmente la capacidad de producción global de pescados, pero nuestro modelo sugiere que eso es secundario en comparación con factores sociales y económicos”, sostiene.

El equipo usó distintos modelos con datos y previsiones a escala global desde los años 1950 hasta 2100.

“El resultado muestra que el cambio climático afecta la cantidad de peces disponibles, pero la tecnología tiene un potencial para realmente devastar las pesquerías silvestres a menos que sean mejor reguladas”, agrega el investigador del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de Barcelona.

El cambio climático reduce gradualmente la capacidad de producción global de pescado, pero nuestro modelo sugiere que eso es secundario en comparación con factores sociales y económicos

Eric Galbraith, Instituto de
Ciencia y Tecnología
Ambientales de Barcelona

 
Aunque no ve un escenario pronto de colapso total del recurso, según su modelo ya se alcanzó el pico máximo de capturas y por lo menos hasta 2100 no debería sobrepasarse ese número que, en los años noventa, llegó hasta 150 millones de toneladas anuales. 
 
Para Verónica García, del Programa Marino de la Fundación Vida Silvestre, Argentina, se trata de un trabajo que ratifica lo que ambientalistas y científicos dicen desde hace tiempo respecto de la necesidad de bajar la tasa de pesca y el involucramiento de los Estados en el cumplimiento de los números de captura pactados.

“Bajo un escenario de altas emisiones de CO2, la cantidad de pescado que se podrá pescar será 20% menor a la de la actualidad, estimada en 123 millones de toneladas anuales. Si no se realiza un buen manejo de los recursos en todas las pesquerías industriales del mundo lo que se va a poder pescar va a ser menor aún”, advierte

“Y eso que, cabe aclarar, el modelo del trabajo es optimista porque no toma en cuenta las consecuencias de los impactos de la pesca como la destrucción de los hábitats, las cascadas tróficas, la acidificación y disminución de oxígeno por el cambio climático, ni una sobrecapacidad pesquera futura debido a la posibilidad de obtención de subsidios”, concluye.

Enlace al artículo completo en Nature