Premian a defensora de pueblos de la Amazonía

[Curitiba, Brasil] Por dedicar su vida a la defensa del medio ambiente y los derechos de los pueblos amazónicos, la activista brasileña Antônia Melo da Silva recibió el premio de la Fundación Alexander Soros, en Nueva York (10 de octubre).

Líder del Movimento Xingu Vivo Para Sempre, Antônia es símbolo de la campaña contra la construcción de la planta de Belo Monte, en el estado de Pará, al norte de Brasil.

“Nuestra victoria es haber dado visibilidad a ese crimen que es Belo Monte. Ni gobiernos ni empresas lograron ocultar esos crímenes, como lo hacen en esos proyectos que destruyen la vida y el medio ambiente y no traen mejoría a los pueblos amazónicos”.

Antônia Melo da Silva

Esa planta, en construcción desde 2011 en la cuenca del río Xingu, funciona parcialmente desde 2016 y será la tercera mayor hidroeléctrica del mundo. Su construcción concluirá en 2019.

Según el Movimiento de Afectados por Represas, cerca de 40.000 pobladores fueron desplazados por la obra, que también causó diversos impactos ambientales.

"Nuestra victoria es haber dado visibilidad a ese crimen que es Belo Monte. Ni gobiernos ni empresas lograron ocultar esos crímenes, como lo hacen en esos proyectos que destruyen la vida y el medio ambiente y no traen mejoría a los pueblos amazónicos", dijo a SciDev.Net.

"Todos los pueblos: indígenas, agricultores, pescadores, pueblos del campo y de la ciudad, sabemos lo que es mejor para desarrollar y dar dignidad a las poblaciones de la Amazonia, pero no somos escuchados", afirmó Antônia, una profesora de 67 años.

Ella también perdió su casa en Altamira a causa de la construcción de la planta. Su lucha comenzó en 1975, cuando se hizo la primera propuesta de construcción de la planta.  
Soros dijo a SciDev.Net que Antônia “es una heroína en la primera línea de la lucha contra la devastación causada por la hidroeléctrica Belo Monte en la amazonía brasileña".

Modo de vida

Para la antropóloga Sônia Magalhães, profesora de la Universidad Federal de Pará, Antônia es una referencia. "Su relación con las personas es de aprendizaje. Las personas aprenden y confían en ella, y ella aprende y confía en las personas", relató a SciDev.Net.

Sônia es una de las coordinadoras científicas de un estudio interdisciplinario de la Sociedad Brasileña para el Progreso de la Ciencia (SBPC) que analizó los desplazamientos provocados por la planta, e hizo varias recomendaciones a las autoridades para proteger los territorios tradicionales y modos de vida ribereños.

Señala que esa situación es una "tragedia social y ambiental" y el desplazamiento obligatorio de los ribereños es la "destrucción de un modo de vida".

Una conquista del movimiento es haber logrado que cerca de 500 familias sean empadronadas y reconocidas por la concesionaria que administra Belo Monte, primer paso para que sean reubicadas en tierras alrededor del reservorio, en proyectos que la empresa está obligada a realizar como compensación. "Ya se han reasentado 140 familias", dijo Antônia.