08/02/21

Peces invasores alteran dinámica de lagos tropicales en Alto Paraná

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Vista del lago Garças, en Alto Paraná, afectado por la presencia de peces invasores. Crédito de la imagen: Cortesía de André Moi para SciDev.Net

De un vistazo

  • Peces nativos y ecosistema de cinco lagos tropicales en Brasil perjudicados por peces invasores
  • 66 especies de peces invasores llegaron con construcción de hidroeléctricas y pesca deportiva
  • Hallazgos ayudarán a comprender impactos de peces no nativos en otros lagos tropicales

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La prevalencia de especies de peces no nativos en cinco lagos tropicales del Alto Paraná, Brasil, a lo largo de 16 años ha provocado una fuerte disminución de múltiples procesos del ecosistema, empobreciéndolo y afectando negativamente a las especies autóctonas, concluye un nuevo estudio.

El estudio señala que las evaluaciones a corto plazo de la interacción entre especies invasoras y nativas dan una visión incompleta de la realidad, que puede resultar engañosa, y enfatiza que para comprender su verdadero impacto sobre la biodiversidad y el funcionamiento del ecosistema lacustre es necesario estudiar los efectos por un periodo no menor de diez años.

Los lagos incluidos en el estudio fueron Fechada, Garças, Guaraná, Patos y Ventura, adyacentes a los ríos Paraná, Bahía e Ivinhema. Con una enorme biodiversidad nativa, los lagos recibieron especies invasoras debido a la construcción de centrales hidroeléctricas y al fomento de la pesca deportiva.

Llanura de inundación del Alto Paraná. Los puntos indican los lagos donde se realizó el estudio: lagos Ventura y Patos (asociados al río Ivinhema), lago Garças (asociado al río Paraná), y lagos Fechada y Guaraná (asociados al río Bahía). Fuente: Non-native fishes homogenize native fish communities and reduce ecosystem multifunctionality in tropical lakes over 16 years, Science of The Total Environment, Volume 769, 2021

Los peces nativos se han visto afectados a través de al menos dos mecanismos: la competencia y depredación, y la hibridación, sostiene el estudio que se publicará en la edición impresa de Science of the Total Environment en mayo próximo.

La hibridación reduce la eficacia de la reproducción y la integridad genética de la población autóctona y produce especies híbridas fuertes que pueden sustituir a las especies parentales autóctonas, como sucede con la palometa (Serrasalmus marginatus), que superó parcialmente a su homóloga nativa (Serrasalmus maculatus), o como el nativo pacú blanco (Piaractus mesopotamicus) que, con la especie invasora Colossoma macropomum o cachama negra, produce un híbrido conocido como Tambacu, que evidencia mejor tasa de crecimiento, mayor resistencia a las enfermedades y tolerancia al frío que la especie parental.

Izquierda: Palometa, una especie híbrida muy fuerte que está sustituyendo a especies parentales autóctonas en algunos lagos tropicales del Alto Paraná. Derecha: Ejemplar de la especie invasora cichla. Peces de esta especie han sido detectados en los lagos incluidos en el estudio. Crédito: Paul Louis Oudart y Rosarinagazo/Wikimedia Commons, bajo dominio público y licencia Creative Commons 3.0.

Por su parte las centrales hidroeléctricas, “disminuyen el nivel del agua, retienen sedimentos y nutrientes y aumentan la transparencia del agua en las regiones aguas abajo”, dice el estudio, que recuerda que en la actualidad hay alrededor de 83.000 centrales hidroeléctricas en funcionamiento y casi 200.000 por instalarse en las próximas décadas en todo el mundo.

Los autores explican que las especies exóticas están menos adaptadas a los regímenes hidrológicos fluctuantes de los sistemas fluviales y por eso se ven más afectadas. Por el contrario, un nivel bajo de agua favorece las tasas de encuentro de los predadores con sus presas, con beneficios adicionales para las especies que se orientan visualmente, como la voraz especie invasora del género Cichla.

En los cinco lagos, entre 2002 y 2018 los investigadores recogieron muestras de peces y de las variables ambientales cuatro veces al año, en verano, otoño, primavera e invierno. Identificaron 87 especies nativas y 66 especies invasoras de peces.

“Los administradores y políticos deben entender que las especies exóticas causan efectos negativos sobre la biodiversidad autóctona, los que tienden a volverse más pronunciados con los años. Aun cuando no resulten visibles en el corto plazo, lo serán en escalas de tiempo más largas”.

Dieison André Moi,  Grupo de Investigación en Limnología, Ictiología y Acuicultura, Universidad de Maringá, Brasil

Mientras la acumulación de peces nativos creció entre 2002-2008, bajó entre 2014 y 2018. En las especies no nativas, el fenómeno se dio a la inversa: menos peces en los primeros años y una alta acumulación de ejemplares en los últimos (2014-2018), lo que indica que, con el tiempo, los peces nativos fueron perdiendo especies, y los no nativos fueron ganándolas.

“Demostramos por primera vez que los peces invasores, cuando se vuelven dominantes sobre la biota nativa, disminuyen la multifuncionalidad de los ecosistemas acuáticos. Esto es extremadamente preocupante, ya que medimos dos métricas multifuncionales cruciales de los ecosistemas”, explicó a SciDev.Net Dieison André Moi, del Grupo de Investigación en Limnología, Ictiología y Acuicultura de la Universidad de Maringá, en el Estado de Paraná, Brasil y autor principal del estudio.

Dichas métricas fueron la productividad primaria y la descomposición (de materia orgánica), “y nuestros resultados mostraron que los peces no nativos reducen ambas”, afirmó.

“Los administradores y políticos deben entender que las especies exóticas causan efectos negativos sobre la biodiversidad autóctona, los que tienden a volverse más pronunciados con los años. Aun cuando no resulten visibles en el corto plazo, lo serán en escalas de tiempo más largas”, añadió.

Para Pedro Carriquiriborde, del Centro de Investigaciones del Medioambiente de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de la Plata, Argentina, “el trabajo contribuye a incrementar el conocimiento sobre los efectos adversos relacionados con la introducción de especies, en este caso reduciendo la riqueza y diversidad de las especies nativas y afectando la productividad de los sistemas naturales”.

En tal sentido, es un gran aporte para alertar sobre el daño ambiental que produce la introducción de especies, subrayó.

Destacó, asimismo, la importancia del lapso abarcado y de la frecuencia de muestreos. Pero señala que dado que sólo se incluyeron cinco lagos, la extrapolación de resultados a otras comunidades ícticas deberá hacerse con precaución.

Al respecto, Dieison Moi espera que el estudio pueda emplearse para comprender los impactos de los peces no nativos en otros lagos tropicales.

“En todo el mundo se han introducido peces y nuestros resultados pueden despertar el interés de más científicos para evaluar los impactos de los peces no nativos en el funcionamiento de los ecosistemas acuáticos en otras partes del mundo”, precisó.

> Enlace al resumen del estudio en Science of the Total Environment