10/07/12

La agricultura intensiva ‘altera la diversidad tropical’

Como en los campos de agricultura intensiva la vegetación no cambia, tampoco lo hace la comunidad de pájaros Crédito de la imagen: Care_SMC/Flickr

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La agricultura intensiva reduce la diversidad de especies entre comunidades o paisajes tropicales distintos, comprobaron investigadores al estudiar pájaros en diferentes regiones de Costa Rica.

La investigación, publicada en Ecology Letters (21 de junio), señala que la siembra intensiva de monocultivos genera un declive aproximado del 40 por ciento en el recambio o diferencia de especies que debería ocurrir a medida que aumentan las distancias geográficas, lo que se conoce como diversidad beta.

“Un patrón natural en biología es ver que a mayor lejanía de un punto determinado, los hábitats son más diversos y los pájaros y otras especies son distintos entre sí”, explicó a SciDev.Net Daniel Karp, de la Universidad de Stanford, Estados Unidos, y autor principal del estudio.

“Descubrimos que dado que en los campos de agricultura intensiva la vegetación no cambia, la comunidad de pájaros tampoco varía. [Por lo tanto,] en la selva húmeda de Costa Rica la comunidad de pájaros va a ser muy parecida a la del bosque seco”.

Según Karp, esto ocurre porque solo un subgrupo limitado de especies de pájaros puede sobrevivir en extensiones de terreno donde la superficie de cultivos es muy similar y los árboles son escasos.

Los autores señalan que la creciente tendencia a sembrar grandes extensiones de monocultivos en los trópicos podría acelerar la pérdida de biodiversidad y, de paso, alterar el sistema de servicios que los ecosistemas y organismos como los pájaros prestan al medio ambiente, incluyendo dispersión de semillas, polinización y control de plagas.

Los investigadores también detectaron que la agricultura de baja intensidad ―que generalmente incluye variedad de cultivos y respeta parte de la vegetación silvestre― logra mantener prácticamente el mismo nivel de diversidad beta que mantiene un bosque.

“Esto indica que, plantando árboles y sembrando cultivos diversos, los agricultores no solo mantendrían la biodiversidad en su propia tierra, sino también entre regiones”, dice Karp.

Ivette Perfecto, investigadora de la Universidad de Michigan, dijo a SciDev.Net que el estudio además “sugiere que intensificar la agricultura para aumentar la producción en espacios pequeños, dejando terreno para conservación de la biodiversidad, no es una estrategia efectiva si resulta en la homogeneización del paisaje agrícola”.

William Laurance, de la Universidad James Cook, Australia, e investigador asociado del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales de Panamá, advierte que “en algunos casos, el cultivo intensivo es tan rentable que tiende a extenderse, consumiéndolo todo a su paso”.

“Este podría ser el caso de cultivos que se utilizan para producir biocombustibles, y cuya demanda podría ser casi insaciable a medida que el precio del petróleo aumente”, agregó.

Enlace al artículo completo en Ecology Letters

References

doi: 10.1111/j.1461-0248.2012.01815.x