02/06/21

Guía de OMS actualiza riesgos y ventajas de mosquitos transgénicos

Aedes-aegypti
Una hembra del mosquito Aedes aegypti con el abdomen lleno. Se están desplegando mosquitos genéticamente modificados para combatir enfermedades como el dengue, el chikungunya y el Zika Crédito de la imagen: Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), imagen en dominio público.

De un vistazo

  • La OMS publica nueva guía para el desarrollo y despliegue de mosquitos transgénicos
  • Estos insectos pueden ayudar a controlar otros mosquitos vectores de enfermedades
  • Pero científicos alertan que se necesita más evaluación sobre su seguridad y uso ético

Enviar a un amigo

Los detalles proporcionados en esta página no serán usados para enviar correo electrónico no solicitado y no se venderán a terceros. Ver política de privacidad.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó una nueva guía para el uso de mosquitos modificados genéticamente (GM) en el combate de enfermedades transmitidas por vectores, como la malaria y el dengue, una posibilidad que no convence a muchos expertos de la región.

El documento, publicado en mayo, presenta información sobre la investigación y el desarrollo, la eficacia, la seguridad, la accesibilidad y la ética de los mosquitos GM.

Esta tecnología puede usarse para incluir un gen que transmitirán las hembras del mosquito Aedes aegypti a sus descendientes que, debido a la modificación genética, morirán antes de llegar a la vida adulta, ayudando a disminuir la población de insectos vectores del virus del dengue, chikungunya y Zika. Para la malaria, la modificación genética se ha centrado en reducir la capacidad de la hembra del mosquito Anopheles para portar el parásito que causa la enfermedad.

Por el momento se han desplegado mosquitos transgénicos en India, Brasil, Panamá e Islas Caimán para controlar los mosquitos que transmiten los virus del dengue, chikungunya y Zika.
Actualmente, las medidas contra los mosquitos vectores de enfermedades incluyen el uso de insecticidas y la eliminación de los criaderos de larvas, informa la guía desarrollada en asociación con instituciones que colaboran con la OMS, como el Programa Especial de Investigación y Capacitación en Enfermedades Tropicales y la Global GeneConvene Collaborative.

“Al considerar el potencial de las nuevas tecnologías para abordar las necesidades insatisfechas de control de mosquitos es necesario evaluar sus riesgos y beneficios en el contexto de la situación actual”, detalla la guía. El uso de mosquitos transgénicos para controlar grupos similares de mosquitos en la comunidad puede reducir la transmisión de la malaria y el dengue, agrega.
Pero debido a la novedad de estos mecanismos, varios foros han pedido que los ensayos de campo se realicen de manera exhaustiva y transparente, en favor de la salud y la seguridad ambiental.

Utilidad de la técnica

Según una declaración de la OMS del 19 de mayo, los mosquitos transgénicos, si son seguros, efectivos y asequibles, podrían combatir enfermedades como la malaria y el dengue y eliminar su carga sustancial para la salud, la economía y la sociedad.

Sin embargo, consultado por SciDev.Net, Nicolás Schweigmann, director del Grupo de Estudios de Mosquitos de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires (Argentina), dijo que “aplicar un mosquito modificado genéticamente implica explicarle a la gente que habrá mosquitos buenos y malos, para que de pronto permita que existan mosquitos buenos. Eso es un sinsentido después de 20 años de comunicar las formas de prevención”.

Con él coincidió Camilo Rodríguez-Beltrán, director de Innovación y Desarrollo de la Universidad del Desarrollo, en Chile, que agregó que la aplicación de “herramientas tan tecnocéntricas” como los mosquitos GM es complicada, entre otras razones porque supone “un tremendo cambio cultural”, describió el experto a SciDev.Net.

“De pronto, (ante) el concepto general de que un mosquito es un vector de una enfermedad que hay que matar, (surge) la idea de que hay un mosquito que hay que dejar vivir. Es un discurso más complejo en ciertos entornos culturales”, dijo Rodríguez-Beltrán.

“… para determinar la viabilidad de esta técnica primero hay que evaluar qué tan adecuada es para las condiciones y el contexto latinoamericano. Pero esta herramienta fue diseñada para combatir una enfermedad independientemente del contexto. Ahora se está adecuando el contexto a la herramienta, y ahí está el desbalance de su posible viabilidad”

Camilo Rodríguez-Beltrán, director de Innovación y Desarrollo de la Universidad del Desarrollo, Chile

Según Schweigmann, la técnica es cara porque “es necesaria mucha gente en terreno para liberar los mosquitos y hacer evaluaciones permanentes. Además, para liberar mosquitos modificados genéticamente hay que liberar entre 10 y 100 mosquitos por cada macho natural. Si en una manzana hay mil mosquitos hay que liberar entre 10 mil y 100.000 por semana. Hay que imaginarse eso para una ciudad como Buenos Aires”, comentó.

“Mientras existan recipientes con agua estancada donde estos insectos pueden tener cría, sean modificados o no, los mosquitos se van a seguir reproduciendo y no resolvería el problema de fondo”, destacó el experto argentino, que abogó por “una solución definitiva”. Nos merecemos un cambio cultural, educando desde niños para que los adultos eliminen los recipientes, opinó.
En la región, después de las experiencias en Brasil, Panamá e Islas Caimán “no se han notado avances”, dijo Rodríguez-Beltrán citando experiencias que ocurrieron hace ya 10 años y que entonces generaron mucha expectativa.

“Pero para determinar la viabilidad de esta técnica primero hay que evaluar qué tan adecuada es para las condiciones y el contexto latinoamericano. Pero esta herramienta fue diseñada para combatir una enfermedad independientemente del contexto. Ahora se está adecuando el contexto a la herramienta, y ahí está el desbalance de su posible viabilidad”, opinó el experto desde Chile.

Rahuldeb Sarkar, especialista en salud pública y consultor del Medway Hospital, en Kent (Reino Unido), dijo a SciDev.Net que debido a que los mosquitos forman una parte importante de la cadena alimentaria y son polinizadores, la erradicación de una especie de mosquito puede tener consecuencias desconocidas para el ecosistema. “Estos efectos, por supuesto, deben examinarse en su totalidad”, destacó.

Sobre la guía de OMS

La guía de la OMS detalla medidas para mejorar la comprensión de los efectos que los mosquitos transgénicos pueden tener en el ambiente, la salud humana y la salud animal. Se centra en actualizaciones sobre las estrategias más eficaces para la evaluación de riesgos y la participación de las partes interesadas.

“Todos los ingredientes importantes que pueden garantizar el uso responsable y seguro de esta tecnología, incluidos los desafíos técnicos, los problemas legales y éticos, la evaluación de riesgos y la participación pública, se encuentran en este documento para guiar a los científicos”, opinó Diabaté Abdoulaye, entomólogo del Instituto de Investigación en Ciencias de la Salud (IRSS, por su sigla en francés) en Burkina Faso.

“La manipulación transgénica de mosquitos es algo que se viene, y es excelente que exista un plan para ayudar a orientar las decisiones políticas sobre esta tecnología y para proteger el ambiente y las comunidades”, opinó Roly Gosling, profesor de epidemiología y bioestadística y asesor principal del Iniciativa para la Eliminación de la Malaria, de la Universidad de California en San Francisco, EEUU.

Sin embargo, Rodríguez-Beltrán consideró que si bien “este tipo de guías marca el estado del arte de lo que se sabe de los insectos GM y es útil para las personas interesadas en aplicar o desarrollar esta tecnología”, no lo es tanto “para los decisores de políticos, porque no ofrece información concreta para evaluar y decidir”.

Este artículo fue producido por la oficina de Asia y el Pacífico de SciDev.Net, con reporteo adicional de la oficina de América Latina.