Por: Zoraida Portillo
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[LIMA] Semillas pertenecientes a 540 variedades de papa nativa conservadas en el Parque de la Papa de Cusco, Perú, fueron depositadas en la Bóveda Mundial de Semilla de Svalbard, Noruega, en lo que constituye la primera entrega de semillas procedentes de los propios agricultores a este depósito.
“La Bóveda de Svalbard fue creada para salvaguardar semillas de los cultivos alimenticios del mundo procedentes de los grandes bancos de germoplasma, es decir, de condiciones ex situ. Esta es la primera vez que se guarda semilla proveniente de condiciones in situ, de los propios agricultores”, explica a SciDev.Net René Gómez, curador del Banco de Germoplasma del Centro Internacional de la Papa (CIP).
“Esta es la primera vez que se guarda semilla proveniente de condiciones in situ, de los propios agricultores”.
René Gómez, Centro Internacional de la Papa
El CIP realizó una labor de capacitación científica y técnica en quechua con los guardianes del Parque de la Papa —conocidos como papa-arariwa— durante casi 5 años para garantizar que los 750 lotes de semilla entregados reunieran los requisitos de calidad y pureza exigidos.
“Los papa-arariwa poseen sólidos conocimientos ancestrales, pero no conocían sobre cruzamientos, autofecundaciones y demás técnicas para obtener buena semilla, ni cómo generar una identidad para que todas las semillas sean de la misma variedad. Fue un proceso largo de capacitación y prácticas, porque la ciencia no está en quechua y hay que establecer muchos paralelos para que se entienda”, refiere Gómez, agrónomo especialista en conservación dinámica y quechua-hablante.
Para Alejandro Argumedo, coordinador de la Asociación Andes que promueve el Parque de la Papa —una agrupación de cinco comunidades campesinas—, la contribución es más que una simple entrega: “ahora los agricultores del Parque están capacitados para desarrollar nuevas variedades que puedan hacer frente a las cambiantes condiciones climáticas y al reto de la seguridad alimentaria”, comenta a SciDev.Net.
Gómez señala que gracias a la capacitación realizada, al Parque le han quedado semillas que actualmente están custodiadas por el CIP “hasta que ellos le encuentren formas de uso. En ese momento retornará a sus manos para que sean utilizadas en nuevos trabajos, como buscar nuevas variedades que hagan frente a los retos del cambio climático”.
Argumedo estuvo en la ceremonia de entrega (27 de agosto) junto con una delegación de campesinos del parque.
Rolando Egusquiza, especialista en fitomejoramiento genético y docente de la Universidad Nacional Agraria La Molina, dice que este depósito de semillas de papa “además de ser un acto que reclama mayor atención a los gobiernos por la preservación de los recursos genéticos, es una nueva contribución para la seguridad alimentaria”.
“En Perú la conservación in situ a cargo de sus campesinos es un proceso dinámico en el que se recrea la diversidad, en el que ‘desaparecen’ semillas que no se ‘acomodan’ a los cambios y ‘aparecen’ otras con mejor adaptación a las necesidades igualmente dinámicas del mundo campesino”, subraya.