22/12/21

Encierro aumentó riesgo de mujeres con problemas cardiovasculares

problemas cardiovasculares
Durante el encierro por la pandemia de COVID-19, las mujeres se volvieron más sedentarias y depresivas, dos factores que aumentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Crédito de la imagen: Gia Ciccone/Flickr, bajo licencia Creative Commons (CC BY-ND 2.0)

De un vistazo

  • Estudio halló diferencias importantes en estilos de vida entre hombres y mujeres durante la pandemia
  • Mujeres con problemas cardiovasculares se volvieron más sedentarias y propensas a la depresión
  • Hombres consumieron más azúcares, grasas, cigarillos y alcohol que las mujeres

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El encierro provocado por la pandemia de COVID-19 afectó de distinta manera a los pacientes con problemas cardiovasculares de América Latina. Específicamente, las mujeres se volvieron más sedentarias y depresivas, dos factores que aumentan el riesgo de su enfermedad.

Para entender cómo la pandemia ha afectado a las personas con enfermedades cardiovasculares (ECV), un grupo de cardiólogos latinoamericanos hizo una encuesta telefónica a sus pacientes, 4.216 en total de 13 países, para confirmar si habían cambiado su estilo de vida a uno más nocivo para su condición médica.

Específicamente, los consultados tenían hipertensión, enfermedad de las arterias coronarias, miocardiopatía, valvulopatías, enfermedades pericárdicas, síndrome metabólico, obesidad, dislipidemia, y/o diabetes mellitus.

Si bien se confirmó la hipótesis del cambio negativo de hábitos en los pacientes, lo que además se encontró fue una diferencia entre hombres y mujeres, explicó a SciDev.Net Fernando Lanas, académico del Departamento de Medicina Interna de la Universidad de La Frontera y coautor del estudio publicado en Current Problems in Cardiology.

“Mientras ellas siguieron comiendo más frutas y verduras (39,26 por ciento versus 29,97 por ciento), ellos tuvieron una dieta más rica en azúcares y grasas”, explicó.

Los pacientes cardiometabólicos son especialmente vulnerables a hábitos de vida de alto riesgo, los que pueden conducir al aumento de su adiposidad visceral, presión arterial y resistencia a la insulina, pero también a la activación de procesos inflamatorios y propiciadores de trombosis.

“Ellas en general han tenido un mayor estrés por la suma de la carga laboral, las tareas de la casa y la educación de los niños”.

Mónica Acevedo, Facultad de Medicina de la Universidad Católica, Chile

En cuanto a la actividad física, ellas se volvieron más sedentarias que ellos. “Si bien en condiciones normales las mujeres tienden a hacer menos ejercicio, la pandemia lo exacerbó”, dijo a SciDev.Net Mónica Acevedo, académica de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica y quien no fue parte del estudio. El problema llegó a tal punto que la cardióloga aseguró haber recibido en su consulta a pacientes con hasta 20 kilos extras.

Ahora bien, aunque las mujeres consumieron menos alcohol y cigarrillos que los hombres –un punto a favor de ellas– presentaron más síntomas depresivos.

“Ellas en general han tenido un mayor estrés por la suma de la carga laboral, las tareas de la casa y la educación de los niños”, dijo la cardióloga. Por eso la ansiedad y la depresión en ellas ha sido más frecuente, las que a su vez se ven potenciadas por el sedentarismo.

Pero además este círculo vicioso presenta otro problema. La interacción entre los factores psicológicos y la falta de actividad física podría incrementar el riesgo de eventos cardiovasculares en esta población, concluye el estudio.

En 2019, las enfermedades cardiovasculares fueron la principal causa de muerte entre las mujeres, siendo responsables del 35 por ciento de los fallecimiento en todo el mundo, aseguró un informe presentado en mayo pasado por The Lancet women and cardiovascular disease commission.

Antes de la pandemia, ya se observaba en América Latina una mayor ingesta de alimentos de alta densidad y bebidas azucaradas, así como también aumento del tabaquismo. En la región las tasas informadas de consumo de tabaco entre las mujeres oscilan desde 3,4 por ciento en Honduras hasta 33 por ciento en Chile.

Mientras que entre los diez países con las tasas más altas de diabetes en el mundo estaban Chile (14 por ciento), México (9,7 por ciento) y Colombia (8,2 por ciento). “Esta prevalencia de diabetes en las mujeres es muy preocupante porque es un importante factor de riesgo cardiovascular”, aseguró Mónica Acevedo, quien fue una de las expertas que participó en el informe presentado en mayo.

Si bien las mujeres tienen una mejor adherencia a los tratamientos, explicó Fernando Lanas, aún no se sabe el real impacto que tendrá en ellas el aumento de los factores de riesgo.

Y aunque la evolución de la pandemia ha posibilitado que muchos pacientes vuelvan a sus controles médicos habituales, es crucial que todos lo hagan y los mantengan. “El beneficio del tratamiento para controlar la presión arterial a tiempo se ve muy rápido, pero este va disminuyendo si se retrasa la consulta”, advirtió el especialista.

> Enlace al estudio en Current Problems in Cardiology