17/05/12

Ecosistemas costeros resurgen tras terremoto en Chile

La foto, un mes después del terremoto, muestra el ensanchamiento de la playa de Punta Lavapié, donde antes la marea alta llegaba hasta el muro de la izquierda : Eduardo Jaramillo Crédito de la imagen: Eduardo Jaramillos

Enviar a un amigo

Los detalles proporcionados en esta página no serán usados para enviar correo electrónico no solicitado y no se venderán a terceros. Ver política de privacidad.

[SANTIAGO] El terremoto y posterior tsunami que afectaron a Chile en 2010 ocasionaron el resurgimiento de especies de flora y fauna costera desaparecidas años antes y ensancharon playas que la construcción de murallas costeras había reducido a una angosta franja.

Estos son algunos de los insospechados efectos del movimiento sísmico revelados por científicos chilenos y estadounidenses que estudiaban la influencia de las defensas costeras artificiales sobre las características físicas y biológicas de las playas arenosas.

Los investigadores tuvieron una oportunidad única de analizar el antes y después del sismo, pues semanas antes de que éste ocurriera habían hecho un catastro de los ecosistemas intermareales de nueve playas ubicadas en las regiones del Maule y Biobío, las más golpeadas por el terremoto.

“Lo más sorprendente sucedió en la Península de Arauco, donde el terremoto produjo un levantamiento continental de 2 a 2,5 metros. En lugares como Punta Lavapié, la superficie de playa que se había perdido tras la construcción de defensas costeras se recuperó, alcanzando 20 metros o más entre el muro y el agua”, dijo a SciDev.Net Eduardo Jaramillo, investigador de la Universidad Austral de Chile y autor principal del estudio, publicado en PLoS ONE (2 de mayo).

Agregó que “solo un mes después, la fauna comenzó a recolonizar esas playas y aparecieron especies que antes no estaban, lo que demuestra que al poner muros de defensa costera se reduce la biodiversidad”. 

Entre las especies que resurgieron había crustáceos como la pulga de mar, que se alimenta de materia orgánica, cumpliendo un rol de limpieza del ecosistema y sirve de alimento a aves migratorias y playeras como chorlos, que también reaparecieron.

Además resurgieron chanchitos de mar, crustáceos que sirven de alimento a peces de importancia económica, como róbalo y corvina, y se repobló de plantas de dunas, que protegen contra la erosión costera.

Según los investigadores, murallas, malecones y rompeolas son el principal enemigo de esa biodiversidad y, además, no protegen contra los maremotos y erosionan las playas.

“El problema es que al afectar las playas de arena se reduce su capacidad de filtro para contener el aumento del nivel del mar, lo que ya está ocurriendo con el cambio climático”, advirtió Jaramillo.

David Garrison, director del programa de Investigación Ecológica Costera de Largo Plazo de la Fundación Nacional de Ciencias de EE.UU., dijo a SciDev.Net: “Esperamos que estudios como este sean una voz de alerta sobre cómo estructuras construidas por el hombre pueden alterar los ecosistemas, y que esto conduzca a prácticas de manejo basadas en el ecosistema de las regiones costeras”.

Enlace al estudio completo en PLoS ONE

References

PLoS ONE 7(5): e35348.